Un tipo conversador
El viernes 25 de los corrientes, mi señora compró para mí un ejemplar del semanario Quinto Día, pues sabía que Fernando Luis Egaña había escrito una nota sobre Las élites culposas, mi libro. En efecto, con azoro y alegría leí la generosa opinión que el Dr. Egaña se formó de mi trabajo, pero llamó mucho mi atención la primera—Con los pranes, sí—de las cinco notas que escribió para su columna de ese día. Sin permiso del periódico o del autor, reproduzco de seguidas su implacable y eficaz enumeración en esta ficha. Pone en evidencia que hay gente meritoria que vale para el Presidente de la República menos que un delincuente convicto y condenado. LEA
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El comandante-presidente explica que dialogó con los pranes de La Planta para buscar una solución al pandemonio: “conversé con ellos… y negociamos por la vida». Muy bien. Hablando se entiende la gente. Pero… ¿Y conversa con los gobernadores y alcaldes no-oficialistas? No. ¿Y conversa con los dirigentes de la oposición política? No. ¿Y conversa con los rectores de las universidades autónomas? No. ¿Y conversa con los representantes elegidos de los gremios empresariales y profesionales? No. ¿Y conversa con los voceros sociales y laborales de los movimientos comunitarios que son independientes? No.
¿Y conversa con las autoridades de las Academias Nacionales? No. ¿Y conversa con los directivos de los periodistas y comunicadores? No. ¿Y conversa con los Obispos que representan a la Conferencia Episcopal venezolana? No. ¿Y con los pastores, rabinos y guías espirituales de las comunidades evangélicas, hebreas y musulmanas? No. ¿Y conversa con los presidentes de las FCU y de los centros de estudiantes? No. ¿Y conversa con los líderes de las asociaciones de vecinos o de los consejos comunales? No. La verdad sea dicha, qué suerte tienen los pranes…
Fernando Luis Egaña
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