AVISO: El Blog de Dr. Político estará en receso durante el mes de febrero. En este lapso, sólo habrá cambios en la Lectura y el Tragaluz de la parte superior de su columna izquierda y, en ella misma cada sábado, la incorporación del audio de la emisión correspondiente de Dr. Político en RCR.
André Rieu: Koning van lekkere muziek
A mis amigos Cornelis y Vera
sabroso. 1. adj. Sazonado y grato al sentido del gusto.2. adj. Delicioso, gustoso, deleitable al ánimo.
Dicionario de la Lengua Española
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La música es el mejor de los elíxires: entra por el oído y por la piel (especialmente por la que cubre el vientre), pero es posible degustarla como manjar maravilloso; nada mejor para expresar y contagiar la alegría. Naturalmente, hay música melancólica y triste, pues su rango emocional equipara al de los sentimientos humanos, pero puede argumentarse que la que más disfrutamos es aquella que tenemos, simplemente, por música sabrosa.
Shostakovich sobre Mravinsky
Hay música sabrosa en la que han hecho los grandes compositores clásicos. Juan Sebastián Bach es seguramente el jefe en esta materia; hasta un joropo compuso. No otra cosa es el Allegro que cierra su Concierto de Brandenburgo #3 en Sol mayor (BWV 1.048). Si tiene a mano alpargatas, úselas para iniciar bailando esta entrega musical. (En vez de Juan Vicente Torrealba, tenemos a Simon Addison dirigiendo a la Orquesta Filarmónica Inglesa).
Allegro
No sólo en el Barroco era posible componer música sabrosa. Dmitri Shostakovich podía hacerlo convincentemente, como lo demostró con el 2do. movimiento (Allegretto) de su Sinfonía #5 en Re menor, op. 47. Una versión de lujo está acá por la Orquesta Filarmónica de Leningrado bajo la dirección de Yevgeny Mravinsky, el mismo conjunto y el mismo conductor que estrenaron la obra en 1937.
Allegretto
Después de esta sabrosura sofisticada, noble y de trovador, admitamos nuestras raíces plebeyas—todo el mundo tiene al menos una—y abracemos el canto del juglar. Podemos comenzar por Nuestramérica y pedir a Soledad Bravo que nos cante Déjala bailar en paz. (Que no nos engañe la letra castellana; la pieza es del brasileño Chico Buarque de Holanda, y se llama originalmente Deixe a menina).
Déjala bailar en paz
Barry, Robin y Maurice Gibb formaron el popular grupo los Bee Gees, e hicieron varias canciones de gran éxito. En el filme insignia de la música disco, descuella entre ellas Stayin’ alive, que John Travolta bailó famosamente en Saturday Night Fever (1977) junto a Olivia Newton-John. Hela aquí:
Stayin’ alive
El grupo sueco ABBA—Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid Lyngstad—llenó los oídos del mundo con música buena y sabrosa en los años setenta y ochenta. Uno de sus números más incitantes al baile alegre es Super Trooper, canción que dio el nombre al álbum en el que se grabara.
Super Trooper
Para los caraqueños, la alegre sabrosura se consigue concentrada en la Billo’s Caracas Boys, la maravillosa orquesta que formó el ilustre inmigrante dominicano Luis María Frómeta Pereira. Todos hemos bailado felices su Canto a Caracas.
Canto a Caracas
Andrea y Eros
Es claro que Andrea Bocelli es uno de los líderes del género crossover (combinación de música clásica y pop); canta con igual propiedad arias de ópera y temas del repertorio popular. Protegido de Luciano Pavarotti, gusta de cantar en compañía de colegas, tal como su mentor lo hiciera. Con Eros Ramazzotti ha cantado muchas veces, e Il mare calmo della sera—canción de Zucchero Fornaciari, Giampiero Felisatti y Gloria Nuties—es una de sus mejores colaboraciones; es muy agradable al oído el contraste de la voz redonda del primero con la áspera del otro.
Il mare calmo della sera
Difícil resulta a los melómanos de esta época concebir la música sin la presencia del guitarrista andaluz Paco de Lucía. Inolvidable, por ejemplo, es su participación en Carmen, la película de Carlos Saura con la compañía de baile de Antonio Gades. Con Al Di Meola grabó Mediterranean Sundance en 1977; luego, éste formó The Guitar Trio—aumentando el requisito de Chopin («Sólo hay algo más hermoso que una guitarra: dos guitarras»)—al añadir a John Mc Laughlin, un grupo excepcional que grabó en 1981 Río Ancho-Mediterranean Sundance como oímos a continuación del álbum Friday Night in San Francisco, en una endemoniada fusión de flamenco y jazz.
Río Ancho-Mediterranean Sundance
Hablando de jazz, un álbum experimental del digno género, con altísima popularidad, fue Time Out, por el Cuarteto de Dave Brubeck. Las piezas ocurren en ritmos inusuales, siendo la más convencional Strange Meadowlark que, arrancando en tiempo indefinido, pronto se acomoda en un familiar 4/4.
Strange Meadowlark
En mi memoria auditiva ocupan neuronas muy próximas It’s not unusual, el número que lanzó a Tom Jones a la fama, y Music to watch girls go by, que confirmó la de Andy Williams (fallecido el año pasado a sus 84 años). ¿Quién discutirá que son piezas de música sabrosa?
It’s not unusual
Music to watch girls go by
Toda la música del musical cumbre de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, The Sound of Music, es un festín auditivo, pero seguramente es uno de los números más simpáticos These are a few of my favorite things, que María canta con los niños von Trapp para ahuyentar el miedo. (En teatros desde 1959; en el cine en 1965 con sendos Premios Oscar a la Mejor Película y el Mejor Director). La versión que sigue es de la voz inconfundible de la dueña del rol principal, Julie Andrews.
These are a few of my favorite things
Cartel de película
Otra María protagoniza West Side Story, el musical con las piezas compuestas por Leonard Bernstein, mítico Director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. America es un número de entreverado y sabroso ritmo, que cantan los jóvenes portorriqueños liderados por María (Natalie Wood) y Anita (Rita Moreno). Robert Wise, quien había ganado el Oscar como director de la película precedente, había hecho lo mismo en este filme de 1961 en compañía de Jerome Robbins; en total, la película que coloca a Romeo y Julieta en las calles de Nueva York obtuvo de la Academia del Cine diez premios de once nominaciones.
America
Pero si, ya no la Academia del Cine, sino la Sueca como en el caso de Jorge Luis Borges en Literatura, se niega a conceder a José Antonio Abreu el Premio Nóbel de la Paz, insistiré con la candidatura de André Rieu, el violinista y director de orquesta holandés que puede ser tenido como el Isaac Asimov de la música. No sólo es que la divulga, sino que su gusto es, como el del escritor ruso-estadounidense, universal y dirige como éste escribe, con sabrosura. He aquí su rauda versión sintética de la Obertura de Carmen, la ópera magna de Georges Bizet. (Rieu dirige su Orquesta Johann Strauss).
Carmen
Rieu, por otra parte, tiene un sentido espectacular del espectáculo, valga la redundancia. En múltiples ocasiones, se agencia el concurso de otros magníficos artistas, como ahora, cuando convoca a los Coros Evangélicos de Harlem y Soweto para una eléctrica rendición de When the saints go marching in (en Maastricht, la ciudad capital de la provincia holandesa de Limburg donde se fabricó la Unión Europea).
Valió la pena ese concierto neerlandés a cargo del gran holandés errante, y así cerramos con el testimonio de Mark Anthony quien canta, precisamente y pensando no en Europa sino en la estupendísima Jennifer López, Valió la pena. La salsa, sin duda, es sabrosura pura. LEA
Pon tu mano entre las mías… / temblarán como un canario / y oiremos las sinfonías / de algún amor milenario.
Alfonsina Storni
Un pájaro no canta porque tenga una respuesta, / canta porque tiene una canción.
Maya Angelou
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El canto de las sirenas podía perder a los navegantes; el de una mujer de buena voz puede enamorar a cualquiera. Gracias a Dios, hay mujeres, y ellas tienen muchas más canciones que los pájaros y las sirenas.
La Môme
He aquí dieciséis canciones en voces femeninas; creo que son una muestra elocuente para la tesis que antecede. Edith Piaf (Édith Giovanna Gassion), el Pequeño Gorrión (medía 1 metro 42 cms.), es la encargada de comenzarla, con su Hymne a l’amour. Pocas películas son tan completas y satisfactorias como La Vie en Rose, donde Marion Cotillard se destaca en el papel de Piaf hasta el Oscar a la Mejor Actriz en 2007, el primero a una artista en idioma extranjero, cuando se celebraba la octogésima ceremonia de premiación de la Academia de Artes y Ciencias del Cine. Ella nos hizo amar, todavía más, a La Môme.
Edith Piaf – Hymne a l’amour
La reina del disco
Bueno, para mí la voz más rica, sabia y expresiva de una cantante viva es la de Barbra Streisand. Pudiéramos poner acá muchas canciones que lo comprobarían, pero sonará primero Moon river, cantada en una emisión de radio cuando contaba 19 años de edad. (El año anterior, había hecho su primera presentación en un club gay de Nueva York). Inmediatamente después, canta en dúo con Donna Summer Enough is enough, tal vez la canción más popular de la música disco. (En una divertida aparición en Inside the Actors Studio, Streisand reconoció a James Lipton que mucha gente creyó que era negra, como Summer, al oír su generosa voz sin haberla visto. Acto seguido, se puso de pie y dijo: «Además, cuento con esto», y se dio una palmada en una notable nalga). Barbra Streisand también recibió un Oscar a la Mejor Actriz (1969) por su papel en Funny girl, y como directora se alzó con el Golden Globe a la Mejor Película por Yentl, en 1984.
Barbra Streisand – Moon river
Barbra Streisand & Donna Summer – Enough is enough
La voz de una caoba
Es también una dama de color Diana Ross, y una magnífica cantante. No lo oculta, al haber filmado Mahogany (caoba), en la que cantó su tema principal: Do you know where you’re going to? En los míticos años sesenta, fue la vocalista principal de Las Supremas; poco después se independizó para una asombrosa y exitosa carrera individual. En 1972 se hizo acreedora al Globo de Oro a la mejor actriz por su actuación como Billie Holiday en Lady sings the blues, papel por el que también fue nominada al Oscar. Escuchemos por ella misma el tema de Caoba.
Diana Ross – Mahogany
La Reina del Jazz
Pero muchos connoisseurs sostendrían fervientemente que la reina de las cantantes negras fue Ella Fitzgerald, y no soy quien para contradecirles. En efecto, se la llamó Reina del Jazz, Lady Ella y la Primera Dama de la Canción. No ganó un Oscar, pero sí trece Premios Grammy (incluyendo el Lifetime Achievement Award en 1967), la Medalla Nacional de Arte de los Estados Unidos, la Medalla Presidencial de la Libertad y el Premio Magnum Opus de la Universidad del Sur de California, que mucho la satisfizo. Era, por otra parte, una dama dada a la más generosa filantropía; todavía hoy, la fundación de caridad que estableció en 1993—tres años antes de su muerte a sus 79 años—, y que lleva su nombre, distribuye ayuda monetaria y propaga los ideales humanitarios de la fundadora. Es un privilegio escucharla en esta gran canción, grabada en vivo, de Cole Porter: I’ve got you under my skin.
Ella Fitzgerald – I’ve got you under my skin
Cantora de la trova cubana
Entre nosotros hay también voces supremas, y una de ellas es, sin ninguna duda, la de Soledad Bravo, quien ha cantado de todo. Su padre, un republicano español, la trajo con su familia desde Logroño (La Rioja) para escapar del horror franquista. Acá hizo estudios de Arquitectura y Filosofía en la Universidad Central de Venezuela, y fue en el teatro de la primera facultad donde fue descubierta por Sofía Imber, quien se convirtió en su más entusiasta promotora junto con su esposo, Carlos Rangel. De tendencia izquierdista, cantó y grabó muchas canciones de protesta (ha grabado más de cuatro decenas de discos). Al morir Francisco Franco, regresó a su país de origen; allí y en Francia alcanzó fama muy merecida. Nos entrega ahora la zamba Alfonsina y el mar, que canta el suicidio de la poetisa Alfonsina Storni quien, sola y con cáncer en el pecho, envió a un periódico bonaerense su último poema—Voy a dormir—y se adentró en Mar del Plata para suicidarse de ahogo, como tres años después lo haría Virginia Woolf.
Soledad Bravo – Alfonsina y el mar
Influyente en el mundo (TIME Magazine)
Tal vez haya sido Argentina un país con cultura de muerte. Uno podría presumirlo leyendo a Jorge Luis Borges—su cuento favorito era El sur, en el que se preludia un deceso tan ineludible como innecesario, y no es ésa la única muerte en sus narraciones—, pero también recuerdo a mi tío Harry Corothie contándome el luto que vivió horrorizado en Buenos Aires, donde se doctoró en Música llegado como Ingeniero Forestal, a la muerte de Evita Péron; vívidamente describió la enfermiza ciudad engalanada con pendones negros en cada calle y rincón. En todo caso, Andrew Lloyd Webber compuso en honor a ella el musical Evita, del que el número más famoso es la canción Don’t cry for me, Argentina. La famosísima diva Madonna, a quien el Libro Guinness de Récords la tiene como la vocalista que más ha vendido discos en la historia—por sobre 300 millones—, la interpreta de seguidas.
Madonna – Don’t cry for me, Argentina
Nana te ve bien y canta mejor
Un sentimiento muy diferente se manifiesta en una canción de Simon & Garfunkel, la pareja que produjo la música de The Graduate; es su Feeling groovy (excitante, a la moda), también conocida como la Canción del Puente de la calle 59. Nana Mouskouri es la maravillosa voz de Creta que la canta ahora. Si el secreto de Streisand es su apéndice nasal, el de Mouskouri es haber nacido con dos cuerdas vocales diferentes. Sabe cantar, por supuesto, en griego, pero también lo ha hecho en español y portugués, en inglés y alemán, en hebreo y turco, en galés y holandés, en mandarín y maorí, en italiano y en francés. Y es, como Madonna, una gran vendedora de discos; ya sobrepasa los doscientos millones de copias.
Nana Mouskouri – Feeling groovy
Del álbum de la canción
Todo lo que hizo musicalmente el grupo (trío) español Mecano es bueno. Sus canciones son música inteligente con letra inteligente, y la vocalista de ellas es Ana Torroja, quien interpreta los memorables números con agradable voz aniñada. Ha hecho carrera por su cuenta, pero son ciertamente los números con los hermanos José María y Nacho Cano los que todos apreciamos. Aquí canta Me cuesta tanto olvidarte.
Ana Torroja – Me cuesta tanto olvidarte
No te vayas, Jeanette
Al separarse de Mecano, Torroja cantaba Porque te vas, de José Luis Perales; pero esta canción es propiedad exclusiva de Jeanette (Janette Anne Dimech). Nacida en Londres de padre belga-congolés y madre española, fue criada en los Estados Unidos antes de sentar plaza muy musical en la patria materna. Jeanette añade al alemán y el francés de Mouskouri, el canto en japonés. Ha colaborado con numerosos artistas—Raphael, Sacha Distel, Mocedades, Julio Iglesias—y se dio el lujo de rechazar una oferta de nadie menos que Michael Jackson por no considerarlo musicalmente afín. ¿Qué tal? También, como Torroja, tiene una voz de niña, aunque canta mejor el éxito de Perales, que es también el de su carrera.
Jeanette – Porque te vas
Además, bella
Es hora de regresar a Francia en busca de Mireille Mathieu. A esta chanteuse se la ha declarado la sucesora de Edith Piaf. Este Gorrión de Aviñón, que debutó ante un público a los cuatro años de edad (ganándose una chupeta), era la mayor de catorce hermanos que vivían en la pobreza. Más tarde vería a Piaf en la televisión, y esto marcó su vida. A la fecha, Mathieu ha grabado más de 1.200 canciones diferentes en nueve idiomas (a pesar de su dislexia), y ha vendido 120 millones de discos. Era dueña de un peculiarísimo vibrato que ha perdido con el tiempo, pero eso no le ha impedido codearse con admiradores políticos como François Mitterrand o Vladimir Putin. Su amable tono intimista es perfecto para cantar Ne me quitte pas.
Mireille Mathieu – Ne me quitte pas
La plebeya nórdica
Así como Mecano, el grupo sueco ABBA se caracterizó por la composición e interpretación de buenas y sabrosas canciones. Hasta la grandiosa Meryl Streep quiso protagonizar Mamma mia!, la estupenda comedia musical sobre canciones de ABBA que fue nominada en varios renglones pero no premiada. (Pierce Brosnan recibió el Premio Razzie al Peor Actor de Reparto). Dos eran las vocalistas de este grupo: Agnetha Fâltskog y Anni-Frid Lyngstad (hoy Su Serena Alteza Princesa Anni-Frid Synni Reuss, Condesa de Plauen, luego de su matrimonio con un príncipe alemán de la Casa de Reuss). Es la plebeya de este dúo quien nos canta The winner takes it all, una canción del álbum Super Trouper que hice sonar durante un mes seguido al conocerla cuando mis hijos eran pequeños y me toleraban el abuso. La pieza es referencia al divorcio de Fâltskog y Björn Ulvaeus, uno de los varones de ABBA.
Agnetha Fâltskog – The winner takes it all
La mujer orquesta
Eithne Ní Bhraonáin no es nombre eufónico o fácil de recordar; por eso su dueña prefirió ser conocida como Enya. La cantautora e instrumentista irlandesa es conocida en el mundo entero por sus piezas de textura céltica, que consigue en el folclor de su tierra. En el primer año del tercer milenio cristiano, fue la cantante con más discos vendidos en el mundo. Se ha ocupado hasta del río Orinoco (Sail away), y ha recibido una nominación al Oscar y cuatro Premios Grammy. Nicky Ryan produce sus discos y Roma, su esposa, escribe las letras, a menos que estén en irlandés. Todo lo demás, la vocalización, la percusión y la ejecución de los demás instrumentos, es hecho por la elegante Enya quien, naturalmente, escribe los versos irlandeses. Es ella sola una fábrica de música. Aquí hace sonar todo lo que suena en Only time.
Enya – Only time
La voz de la paz
Llegados a tierras británicas, consideremos a una cantante que cantando dos veces fue escuchada por cinco mil millones de personas. Es Sarah Brightman, que lo hizo en los Juegos Olímpicos de Barcelona con José Carreras para una audiencia de mil millones de televidentes y con Liu Huan en los de Beijing, cuando fue oída por cuatro mil millones de pares de orejas. (Claro, hay más chinos que catalanes). Se la define como voz del crossover clásico—piezas de música culta que llegan a hacerse populares, como el reiteradísmo Canon de Pachelbel—y logra descollar en tal menester con un rango vocal de tres octavas, un véritable monstre à musique. Tan sólo del dueto que grabó con Andrea Bocelli—Time to say goodbye—vendió doce millones de copias, y ha recogido hasta ahora sólo unos ciento ochenta discos de oro y de platino. La UNESCO la nombró su Artista para la Paz del período 2012-2014, en reconocimiento a su “compromiso con las causas humanitarias y caritativas, su contribución, a través de su carrera artística, a la promoción del diálogo cultural y el intercambio entre culturas, y su dedicación a los ideales y objetivos de la Organización». ¿Qué puede hacerse con un engendro de esa naturaleza? Hay que matarlo. Encaramémosla, pues, en el Titanic (armado en Belfast, en suelo celta) y obliguémosla a cantar el tema principal de la película de James Cameron. Iremos con ella, pues con ella hay que morir.
Sarah Brightman – My heart will go on
La novia eterna
Cercanos a Terranova, nos conseguimos a Celine Dion. (Céline Marie Claudette Dion, Compañera de la Orden del Canadá, también condecorada con la Orden Nacional de Québec). Es una cantante magnífica, de dulce y poderosa voz. Su primer disco fue posible gracias a que su futuro marido, René Angelil—un auténtico ángel—, hipotecó su casa para producirlo en 1981, cuando Celine tenía trece años y él 39. (Luego de seis años se empataron y más tarde se casaron, en 1994; en 2000 renovaron sus votos en nueva luna de miel en Las Vegas. Tienen tres hijos varones; dos de ellos mellizos concebidos por fertilización in vitro y traídos por cesárea. Son insistentes en su amor). Dion es la artista canadiense del canto más vendedora de todos los tiempos. Viéndonos pasar, canta My heart will go on, una versión que es a la que escuchamos de Brightman lo que entre sí son las Gymnopedies de Erik Satie.
Celine Dion – My heart will go on
La chica del cabaret
Pero, premunidos por un druida allegado a mares canadienses, nos agenciamos puestos con Brightman en un bote salvavidas y llegamos, a pesar del naufragio, sanos y salvos en el Carpathia a la isla que los lenapes nombraron Mana-hata. La maga Enya dispuso que una máquina del tiempo nos adentrara en el futuro, y en Manhattan escuchamos a Liza Minnelli, la impar hija de Judy Garland, cantar New York, New York. Allí nos quedamos un buen tiempo.
Liza Minnelli – New York, New York
El viaje ha concluido con un descubrimiento: «Sin la música, la vida sería una equivocación», dijo Federico Nietzsche, pero sin la voz de la mujer la propia música sería un error. LEA
balada. (Del prov. balada). 1. f. Canción de ritmo lento y de carácter popular, cuyo asunto es generalmente amoroso.
Real Academia Española
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Es verdaderamente el amor el tema recurrente en la mayoría de las baladas o canciones; entre nosotros, boleros cuando pueden ser bailadas. Por otra parte, parece ser lo más frecuente que el amor cantado en ellas esté seriamente en problemas: añoranza y despecho, traición y cuernos o, simplemente, amor imposible son los incidentes y cuestiones que se explica en las letras que nos son más familiares. Hasta en María bonita, ranchera relativamente feliz dedicada a María Félix por Agustín Lara, hay algo de sospecha, de celos anticipados. Aquí la canta la opulenta voz de Pedro Vargas.
María bonita
Acuérdate de Acapulco, de aquellas noches María bonita, María del alma; acuérdate que en la playa, con tus manitas, las estrellitas las enjuagabas.
Tu cuerpo, del mar juguete, nave al garete, venían las olas, lo columpiaban y mientras yo te miraba, lo digo con sentimiento, mi pensamiento me traicionaba.
Te dije muchas palabras, de esas bonitas con que se arrullan los corazones, pidiendo que me quisieras, que convirtieras en realidades mis ilusiones.
La luna que nos miraba ya hacía ratito se hizo un poquito desentendida, y cuando la vi escondida me arrodillé para besarte y así entregarte toda mi vida.
Amores habrás tenido, muchos amores Maria bonita, María del alma; pero ninguno tan bueno ni tan honrado como el que hiciste que en mí brotara. Lo traigo lleno de flores como una ofrenda para dejarla bajo tus plantas; recíbelo emocionada y júrame que no mientes porque te sientes idolatrada.
Bueno, después de esta clásica introducción, se me antoja escuchar la canción que me parece más real entre las que conozco, seguramente porque he tenido la experiencia que describe el compositor argentino Andrés Calamaro en su Algo contigo.Moncho—el catalán Ramón Calabuch Batista—canta esta versión que difiere en unos pocos puntos de la letra que emplean, entre otros, Los Panchos, grandes intérpretes de este drama amoroso. (Ellos preguntan, por ejemplo: «¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?») De mi experiencia puedo testificar que cuando la cosa parece más desesperada la conquista es aún posible. Y debo gratitud eterna a mi compadre—Horacio Vanegas Fischbach, el mejor serenatero del mundo—por haberme dado a conocer esta maravilla.
Algo contigo
No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo. ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
Ya no puedo acercarme a tu boca sin desearte de una manera loca; necesito controlar tu vida, saber quién te besa y quién te abriga.
No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo. ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
Ya me quedan muy pocos motivos y aunque pueda parecerte un desatino, no quisiera yo morirme sin tener algo contigo.
Ya no puedo continuar espiando día y noche tu llegada adivinando, yo no sé con qué inocente excusa pasar por tu casa… ay…
Ya me quedan muy pocos motivos y aunque pueda parecerte un desatino, no quisiera yo morirme sin tener algo contigo.
(Bis)
Una balada terapéutica, optimista, marcial y grandilocuente es Con te partirò, la pieza crossover (que puede ser clasificada en más de un estilo) que compuso Francesco Sartori, con letra de Lucio Quarantotto, para Andrea Bocelli, aquí presente. (Se atribuye a Carlos V Emperador—a veces a Federico el Grande—haber dicho que el italiano era la lengua para hablar a las mujeres).
Con te partirò
Quando sono solo sogno all’orizzonte e mancan le parole si lo so che non c’luce in una stanza quando manca il sole se non ci sei tu con me, con me.
Su le finestre mostra a tutti il mio cuore che hai acceso chiudi, dentro me la luce che hai incontrato per strada
Con te partirò, paesi che non ho mai veduto e vissuto con te adesso sui li vivrò.
Con te partirò, su navi per mari che io lo so no, no, non esistono più con te io li vivrò.
Quando sei lontana sogno all’orizzonte e mancan le parole e io solo so che sei con me, con me, tu mia luna tu sei qui con me mio sole tu sei qui con me, con me, con me, con me.
Con te partirò Paesi che non ho mai veduto e vissuto con te adesso si li vivrò.
Con te partirò su navi per mari che, io lo so no, no, non esistono più con te io li rivivrò.
Con te partirò su navi per mari che, io lo so no, no, non esistono più con te io li rivivrò.
Con te partirò…
Io con te!
Tres canciones que comienzan con una negativa pondré a continuación; son No puedo ser feliz (de Francisco Céspedes por Bola de Nieve), y dos francesas: Non, je ne regrette rien, de Charles Dumont por la señora Edith Piaf, y Non, c’est rien (Michel Jourdan, Armand Canfora, Joseph Basile) en la voix incroyable de Barbra Streisand.
No puedo ser feliz
No puedo ser feliz, no te puedo olvidar; siento que te perdí y eso me hace pensar…
He renunciado a ti, ardiente de pasión, no se puede tener conciencia y corazón.
Hoy que ya nos separan la ley y la razón, si las almas hablaran, en su conversación las nuestras se dirían cosas de enamorados.
No puedo ser feliz no te puedo olvidar.
Non, je ne regrette rien
Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Ni le bien qu’on m’a fait
Ni le mal; tout ça m’est bien égal! Non, rien de rien Non, je ne regrette rien
C’est payé, balayé, oublié Je me fous du passé! Avec mes souvenirs J’ai allumé le feu Mes chagrins, mes plaisirs Je n’ai plus besoin d’eux! Balayées les amours Et tous leurs trémolos Balayés pour toujours
Je repars à zéro Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Ni le bien qu’on m’a fait Ni le mal; tout ça m’est bien égal!
Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Car ma vie, car mes joies Aujourd’hui, ça commence avec toi
Non, c’est rien
Non, c’est rien Aussi peu, croyez le bien Ça ira mieux dès demain Avec le temps qui passe Dans la vie tout s’efface
Non, c’est rien A qua bon tendre vos mains Je n’ai pas tant de chagrin C’est vous qui êtes triste Mes amis, partez vite
Laissez moi cette nuit Sortez, mais sans moi Allez boire à ma santé Rapportez votre pitié Vous me faites rire, bien rire…
Non, c’est rien Aussi peu croyez le bien Cet amour n’était plus rien D’autre qu’une habitude J’en ai la certitude
Non, c’est rien Ce garçon, moi j’ai le plains Ne croyez pas que demain Une seule segonde Je serai seule au monde
Laissez, laissez-moi cette nuit Sortez mais sans moi Allez boire à mes amours A tous mes futurs amours
Mes prochains je t’aime… Je t’aime… Laissez-moi et ne croyez pas surtout pas Que je vais pleurer pour ça Seul mon coeur n’y comprend rien Mais à part ça rien, rien Non c’est rien, aussi peu croyez le bien Je n’ai pas tant de chagrin Je n’ai pas tant de chagrin Non c’est rien… Non c’est rien… Rien!
Como acabamos de ver, las damas cantan sus desengaños con igual eficacia que los varones, aunque quizás sean muchas más las canciones en las que un hombre es el desencantado. Aquí es Julio Iglesias—alguna vez clasificado como «cantante de cama»—quien canta afectadamente Por el amor de una mujer, la canción que compusiera Danny Daniel.
Por el amor de una mujer
Por el amor de una mujer Jugué con fuego sin saber Que era yo quien me quemaba Bebí en las fuentes del placer Hasta llegar a comprender Que no era a mí a quien amaba.
Por el amor de una mujer He dado todo cuanto fui Lo más hermoso de mi vida, Mas ese tiempo que perdí Ha de servirme alguna vez Cuando se cure bien mi herida.
Todo me parece como un sueño todavía Pero sé que al fin podré olvidar un día Hoy me siento triste pero pronto cantaré Y prometo no acordarme nunca del ayer.
Por el amor de una mujer Llegué a llorar y enloquecer Mientras que ella se reía Rompí en pedazos un cristal Dejé mis venas desangrar Pues no sabía lo que hacía.
Por el amor de una mujer He dado todo cuanto fui Lo más hermoso de mi vida, Mas ese tiempo que perdí Ha de servirme alguna vez Cuando se cure bien mi herida.
Son, ciertamente, las melodías brasileñas una música especial, con dulzura especial o dolor especial; una añoranza especial—saudade—que le viene de una de sus raíces, el fado, la melancólica forma de canción portuguesa. Una perfecta versión de Apelo, la lenta desesperación expuesta en la canción de Vinicius de Moraes, es la lograda por Soledad Bravo.
Apelo
Ah, meu amor não vás embora Vê a vida como chora, vê que triste esta canção Não, eu te peço, não te ausentes Pois a dor que agora sentes, só se esquece no perdão Ah, meu amado me perdoa Pois embora ainda te doa a tristeza que causei Eu te suplico não destruas tantas coisas que são tuas Por um mal que já paguei Ah, meu amado, se soubesses Da tristeza que há nas preces Que a chorar te faço eu Se tu soubesses num momento todo arrependimento Como tudo entristeceu Ah, se soubesses como é triste Perceber que tu partiste Sem sequer dizer adeus Ah, meu amor tu voltarias E de novo cairias A chorar nos braços meus Ah, meu amor tu voltarias E de novo cairias A chorar nos braços meus
También en portugués, el gran Chico Buarque de Holanda canta en vivo su Atrás da porta, una desgarradora declaración que no se resigna a la pérdida de la amante y, como la anterior, puede ser cantada indistintamente por hombre o mujer mediante el cambio de los pronombres.
Atrás da porta
Quando olhaste bem nos olhos meus E o teu olhar era de adeus Juro que não acreditei Eu te estranhei Me debrucei sobre teu corpo E duvidei E me arrastei E te arranhei E me agarrei nos teus cabelos Nos teus pelos Teu pijama Nos teus pés Ao pé da cama Sem carinho, sem coberta No tapete atrás da porta Reclamei baixinho Dei pra maldizer o nosso lar Pra sujar teu nome, te humilhar E me vingar a qualquer preço Te adorando pelo avesso Pra mostrar que ainda sou tua Só pra provar que ‘inda sou tua
El DRAE nos advirtió que el tema de las baladas es generalmente amoroso; es decir, no siempre. Hay en más de una exaltación de la amistad. Es justamente lo que, muy tristemente, hace Joan Manuel Serrat en Elegía, música que puso a versos con los que Miguel Hernández elogia al amigo muerto, Ramón Sijé. También es la oferta de una amistad incondicional Bridge over troubled water, de Paul Simon y Art Garfunkel.
Elegía
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se nos ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería…)
Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas, y órganos mi dolor sin instrumentos, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano está rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera, por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas y tu sangre se irá a cada lado, disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas, mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
Bridge over troubled water
When you’re weary, feeling small, When tears are in your eyes, I will dry them all; I’m on your side when times get rough And friends just can’t be found, Like a bridge over troubled water I will lay me down. Like a bridge over troubled water I will lay me down.
When you’re down and out, When you’re on the street, When evening falls so hard I will comfort you. I’ll take your part. When darkness comes And pains is all around, Like a bridge over troubled water I will lay me down. Like a bridge over troubled water I will lay me down.
Sail on silver girl, Sail on by. Your time has come to shine. All your dreams are on their way. See how they shine. If you need a friend I’m sailing right behind. Like a bridge over troubled water I will ease your mind. Like a bridge over troubled water I will ease your mind.
En ocasiones muy especiales, el amor o la amistad se expresan hacia un animal, y en algunos casos puede tratarse de uno fantástico, como en Mi unicornio azul, de Silvio Rodríguez, uno de los líderes de la Nueva Trova cubana, que aquí canta su dulce canción. Pero en otros se manifiesta el cariño por un animal de carne y hueso que es propio de la ruralidad; una de las más bellas tonadas venezolanas es Flor de mayo, de Otilio Galíndez—brota su copla y responde el llano—, que se canta a una vaca llanera. Simón Díaz, que sabe de tonadas y de llano, la interpreta aquí.
Mi unicornio azul
Mi unicornio azul ayer se me perdió Pastando lo dejé y desapareció Cualquier información bien la voy a pagar Las flores que dejó no me han querido hablar
Mi unicornio azul ayer se me perdió No sé si se me fue, no sé si se extravió Y yo no tengo más que un unicornio azul Si alguien sabe de él le ruego información Cien mil o un millón yo pagaré Mi unicornio azul se me ha perdido ayer, se fue
Mi unicornio y yo hicimos amistad Un poco con amor, un poco con verdad Con su cuerno de anís excava una canción Saberla compartir era su vocación
Mi unicornio azul ayer se me perdió Y puede parecer acaso una obsesión Pero no tengo mas que un unicornio azul Y aunque tuviera dos, yo sólo aquél Cualquier información la pagaré Mi unicornio azul se me ha perdido ayer, se fue
Flor de mayo
Mañana que va llegando rayito de sol que siento mañana que va llegando rayito de sol que siento llévame por la sabana llévame sabana adentro mañana que va llegando rayito de sol que siento
Flor de mayo, Flor de mayo, Flor de mayo no eres tan brava como Mariposa Flor de mayo, Flor de mayo
Agüita de hojitas verdes perlitas madrugadoras agüita de hojitas verdes perlitas madrugadoras decidme adiós que voy lejos cantando al morir la aurora agüita de hojitas verdes perlitas madrugadoras
Cabalgando en mi rucio paraulato brota mi copla y responde el llano Mariposa, Flor de mayo
Fantasmas de sombra y luna espantos y aparecidos fantasmas de sombra y luna espantos y aparecidos
El gallo de mi totumo ahuyenta con su cantío fantasmas de sombra y luna espantos y aparecíos
Azabache pintadita, Blanca espuma canta la lluvia, se acabó el verano Blanca Espuma, Flor de mayo.
Algo tan de pueblo como nuestro llanero es el jíbaro borinqueño, el indígena rural de Puerto Rico. La tragedia de Lamento borincano, inmortal canción de Rafael Hernández Marín que es todo un himno de la pobreza, suena dolorosa en el amplio registro de Marco Antonio Muñiz.
Lamento borincano
Sale loco de contento Con su cargamento Para la ciudad, sí, Para la ciudad.
Lleva en su pensamiento Todo un mundo lleno De felicidad, sí, De felicidad.
Piensa remediar la situación Del hogar que es toda su ilusión, si.
Y alegre el jibarito va Pensando así, diciendo así, Cantando así por el camino Si yo vendo la carga, mi Dios Querido Un traje a mi viejita voy a comprar.
Y alegre también su yegua va Al presentir que su cantar Es todo un himno de alegría. En esto le sorprende la luz del día Y llegan al mercado de la ciudad.
Pasa la mañana entera Sin que nadie pueda Su carga comprar, ay, Su carga comprar. Todo, todo está desierto, El pueblo está muerto De necesidad, ay, de necesidad.
Se oye este lamento por doquier, En mi desdichada Borínquen, si; Y triste, el, jibarito va pensando así, diciendo así Llorando así por el camino; ¡Que será de Borínquen Mi Dios querido! ¡Que será de mis hijos Y de mi hogar!
Borínquen, la tierra del edén La que al cantar, el gran Gauthier Llamó la perla de los mares. Ahora que tu te mueres Con tus pesares Déjame que te cante yo también. Yo también.
Las islas como Puerto Rico y Cuba suelen producir música y músicos excepcionales; la condición insular llama al canto. Las islas Hawai no son una excepción, como lo atestigua la popularísima versión en ukelele y voz del tema de El Mago de Oz: Somewhere over the rainbow. Se debe al fallecido cantante hawaiano Israel Kaʻanoʻi Kamakawiwoʻole, quien combinó la música de Harold Arlen con evocaciones fugaces de What a wonderful world de George David Weiss. (Es por esto que nuestro título habla de treinta… y una baladas). Kamakawiwoʻole fue un héroe para los habitantes de Hawai, al punto de que a su muerte recibió los honores de un funeral de Estado.
Somewhere over the rainbow – What a wonderful world
Somewhere over the rainbow Way up high And the dreams that you dreamed of Once in a lullaby ii ii iii oh Somewhere over the rainbow Blue birds fly And the dreams that you dreamed of Dreams really do come true ooh ooooh Someday I’ll wish upon a star Wake up where the clouds are far behind me ee ee eeh Where trouble melts like lemon drops High above the chimney tops thats where you’ll find me oh Somewhere over the rainbow bluebirds fly And the dream that you dare to,why, oh why can’t I? i iiii
Well I see trees of green and Red roses too, I’ll watch them bloom for me and you And I think to myself What a wonderful world
Well I see skies of blue and I see clouds of white And the brightness of day I like the dark and I think to myself What a wonderful world
The colors of the rainbow so pretty in the sky Are also on the faces of people passing by I see friends shaking hands Saying, «How do you do?» They’re really saying, I…I love you I hear babies cry and I watch them grow, They’ll learn much more Than we’ll know And I think to myself What a wonderful world (w)oohoorld
Someday I’ll wish upon a star, Wake up where the clouds are far behind me Where trouble melts like lemon drops High above the chimney top that’s where you’ll find me Oh, Somewhere over the rainbow way up high And the dream that you dare to, why, oh why can’t I? I hiii ?
Ricardo Montaner es ochentoso, sin duda. Tampoco puede dudarse que uno de sus grandes éxitos fue Tan enamorados. Es versión castellana de Per noi innamorati, canción de Gianni Togni y Guido Morra. Hela aquí por el cantautor venezolano nacido en Argentina.
Tan enamorados
Quizás te puedas preguntar Qué le hace falta a esta noche blanca A nuestras vidas que ya han vivido tanto Que han visto mil colores de sábanas de seda Y cuando llueve, te gusta caminar Vas abrazándome, sin prisa aunque te mojes Amor mío, lo nuestro es como es Es todo una aventura, no le hace falta nada
Y estoy aquí, tan enamorado de ti Que la noche dure un poco más El grito de una ciudad Que ve en nuestras caras la humedad Y te haré compañía más allá de la vida Yo te juro que arriba te amare más Tan enamorados y así La noche dura un poco más
La mañana nos traerá Un canto nuevo de pájaros alegres Amor mío, así es la vida juntos Dos locos de repente, sonriéndole a la gente Que los ve pasar
Tan enamorados y así La noche dura un poco más Viajar a tu lado en el tren Un sueño difícil, de creer Poco a poco el abrazo, boca a boca al espacio Aliento y suspiros tibios anochecer
Tan enamorados y así La noche dura un poco más Viajar a tu lado en el tren Un sueño difícil, de creer
Luis Miguel (Gallego Basteri), cantante mexicano que nació en Puerto Rico de padre español y madre italiana, tiene no sólo un enorme gusto para cantar, sino que su ángel sirvió para interesar a oyentes muy jóvenes en los grandes boleros que gustaban a los abuelos. Es, por tanto, un gran divulgador de esa música romántica. Oigámoslo en su interpretación de Usted es la culpable, clásico bolero de Gabriel Ruiz.
Usted es la culpable
Usted es la culpable De todas mis angustias y todos mis quebrantos Usted llenó mi vida De dulces inquietudes y amargos desencantos Su amor es como un grito Que llevo aquí en mi alma y aquí en mi corazón Y soy aunque no quiera, Esclavo de sus ojos, juguete de su amor No juegue con mis penas, ni con mis sentimientos Que es lo único que tengo Usted es mi esperanza, mi última esperanza Comprenda de una vez Usted me desespera, Me mata, me enloquece Y hasta la vida diera por vencer el miedo De besarla a Usted
Dos otros boleros comparten con el anterior esa cualidad de quintaesencia de la balada caribeña: Palabras de mujer es maravillosa canción del maestro Agustín Lara que nos canta Alfredo Sadel; Fichas negras, en cambio, es cantada acá por nadie menos que Leo Marini—mi madre entornaba los ojos al referirse a él—y es canción de Johnny Rodríguez.
Palabras de mujer
Palabras de mujer que yo escuché cerca de ti, junto de mí, muy quedo, tan quedo como nunca. Las quiero repetir para que tú igual que ayer las digas sollozando, palabras de mujer.
Aunque no quieras tú ni quiera yo, lo quiso Dios; hasta la eternidad te seguirá mi amor.
Como una sombra iré, perfumaré tú inspiración y junto a ti estaré también en el dolor.
Aunque no quieras tú ni quiera yo, lo quiso Dios; hasta la eternidad te seguirá mi amor.
Hasta en tus besos me hallarás hasta en el agua y en el sol, aunque no quieras tú, aunque no quiera yo.
Fichas negras
Yo te perdí, como pierde aquel buen jugador que la suerte reversa marcó su destino fatal…
Yo ya jugué mis cartas abiertas al amor, la confianza que tuve tronchó nuestra felicidad.
Pero en cambio tú me jugaste fichas sin valor, fichas negras como es el color de tu perversidad…
Yo ya perdí… y te juro no vuelvo a jugar, porque nunca yo volveré a amar, como te quiero a ti…
Huyamos por un momento, y progresivamente, del castellano. Una magnífica canción de Baden Powell de Aquino y Vinicius de Moraes, que aquí cantan a dúo Agnes Jaoui y el emblema brasileño que es la famosa María Bethania, es Samba em preludio, cuya textura es contrapuntística. Dos melodías diferentes pero armónicamente afines son cantadas, primero, separadamente y en sucesión; luego, combinadamente para un hermoso efecto musical.
Samba em preludio
Eu sem você não tenho porquê Porque sem você não sei nem chorar Sou chama sem luz, jardim sem luar Luar sem amor, amor sem se dar Eu sem você sou só desamor Um barco sem mar, um campo sem flor Tristeza que vai, tristeza que vem Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Ah, que saudade Que vontade de ver renascer nossa vida Volta, querida Os meus braços precisam dos teus Teus abraços precisam dos meus Estou tão sozinho Tenho os olhos cansados de olhar para o além Vem ver a vida Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Eu sem você não tenho porquê Porque sem você não sei nem chorar Sou chama sem luz, jardim sem luar Luar sem amor, amor sem se dar Eu sem você sou só desamor Um barco sem mar, um campo sem flor Tristeza que vai, tristeza que vem Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Ah, que saudade Que vontade de ver renascer nossa vida Volta, querida Os meus braços precisam dos teus Teus abraços precisam dos meus Estou tão sozinho Tenho os olhos cansados de olhar para o além Vem ver a vida Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Sem você, meu amor, eu não sou ninguém
Tiene un carácter similar al del Bólero de Maurice Ravel la canción—¿himno?—de Gilbert Becaud, quien la canta, y Pierre Delanoë: Et maintenant. Es una suerte de mouvement perpétuel cuyo arreglo orquestal se hace cada vez más rico y fuerte; es triunfal.
Et maintenant
Et maintenant que vais-je faire De tout ce temps que sera ma vie De tous ces gens qui m’indiffèrent Maintenant que tu es partie
Toutes ces nuits, pourquoi pour qui Et ce matin qui revient pour rien Ce coeur qui bat, pour qui, pourquoi Qui bat trop fort, trop fort
Et maintenant que vais-je faire Vers quel néant glissera ma vie Tu m’as laissé la terre entière Mais la terre sans toi c’est petit
Vous, mes amis, soyez gentils Vous savez bien que l’on n’y peut rien Même Paris crève d’ennui Toutes ses rues me tuent
Et maintenant que vais-je faire Je vais en rire pour ne plus pleurer Je vais brûler des nuits entières Au matin je te haïrai
Et puis un soir dans mon miroir Je verrai bien la fin du chemin Pas une fleur et pas de pleurs Au moment de l’adieu
Je n’ai vraiment plus rien à faire Je n’ai vraiment plus rien…
Y uno pudiera suponer que si, tras Becaud, uno invita aquí a Charles Aznavour es para continuar oyendo canciones en francés. Pues no; ahora nos da una canción muy suya cantada en inglés: She, que compuso para que Herbert Kretzmer le pusiera letra.
She
She May be the face I can’t forget A trace of pleasure or regret May be my treasure or the price I have to pay She may be the song that summer sings May be the chill that autumn brings May be a hundred tearful things Within the measure of the day.
She May be the beauty or the beast May be the famine or the feast May turn each day into a heaven or a hell She may be the mirror of my dreams A smile reflected in a stream She may not be what she may seem Inside a shell
She who always seems so happy in a crowd Whose eyes can be so private and so proud No one’s allowed to see them when they cry She may be the love that can and hope to last May come to me from shadows of the past That I remember till the day I die
She May be the reason I survive The why and where for I’m alive The one I’ll care for through the rough and rainy years Me I’ll take her laughter and her tears And make them all my souvenirs For where she goes I got to be The meaning of my life is
She, she, she
Descarguemos de seguidas cinco canciones más en la lengua de Shakespeare antes de regresar a la materna. Éstas son: Imagine, de John Lennon, Oh very young, de Cat Stevens, The sage, de Emerson, Lake & Palmer, Me and Bobby McGee, por Janis Joplin y, finalmente, la célebre de Cole Porter I’ve got you under my skin por—who else?—Frank Sinatra.
Imagine
Imagine there’s no heaven It’s easy if you try No hell below us Above us only sky Imagine all the people Living for today… Imagine there’s no countries It isn’t hard to do Nothing to kill or die for And no religion too Imagine all the people Living life in peace… You may say I’m a dreamer But I’m not the only one I hope someday you’ll join us And the world will be as one Imagine no possessions I wonder if you can No need for greed or hunger A brotherhood of man Imagine all the people Sharing all the world… You may say I’m a dreamer But I’m not the only one I hope someday you’ll join us And the world will live as one
Oh very young
Oh Very Young, what will you leave us this time? You’re only dancin’ on this earth for a short while And though your dreams may toss and turn you now They will vanish away like your dads best jeans Denim blue, faded up to the sky And though you want them to last forever You know they never will (You know they never will) And the patches make the goodbye harder still.
Oh Very Young what will you leave us this time? There’ll never be a better chance to change your mind And if you want this world to see a better day Will you carry the words of love with you Will you ride the great white bird into heaven And though you want to last forever You know you never will (You know you never will) And the goodbye makes the journey harder still.
Will you carry the words of love with you Will you ride, oh, oooooooooooooh
Oh Very Young, what will you leave us this time? You’re only dancin’ on this earth for a short while Oh Very Young, what will you leave us this time?
The sage
I carry the dust of a journey that cannot be shaken away It lives deep within me For I breathe it every day.
You and I are yesterday’s answers; The earth of the past come to flesh, Eroded by Time’s rivers To the shapes we now possess.
Come share of my breath and my substance, and mingle our stream and our times. In bright, infinite moments, Our reasons are lost in our rhymes.
Me and Bobby McGee
Busted flat in Baton Rouge, waiting for a train And I’s feeling nearly as faded as my jeans. Bobby thumbed a diesel down just before it rained, It rode us all the way to New Orleans.
I pulled my harp on out of my dirty red bandanna, I was playing soft while Bobby sang the blues. Windshield wipers slapping time, I was holding Bobby’s hand in mine, We sang every song that driver knew.
Freedom’s just another word for nothing left to lose, Nothing don’t mean nothing honey if it ain’t free, now now. And feeling good was easy, Lord, when he sang the blues, You know feeling good was good enough for me, Good enough for me and my Bobby McGee.
From the Kentucky coal mines to the California sun, Hey, Bobby shared the secrets of my soul. Through all kinds of weather, through everything we done, Hey Bobby baby? kept me from the cold.
One day up near Salinas, Lord, I let him slip away, He’s looking for that home and I hope he finds it, But I’d trade all of my tomorrows for one single yesterday To be holding Bobby’s body next to mine.
Freedom is just another word for nothing left to lose, Nothing, that’s all that Bobby left me, yeah, But feeling good was easy, Lord, when he sang the blues, Hey, feeling good was good enough for me, hmm hmm, Good enough for me and my Bobby McGee.
La la la, la la la la, la la la, la la la la La la la la la Bobby McGee. La la la la la, la la la la la La la la la la, Bobby McGee, la.
La La la, la la la la la la, La La la la la la la la la, hey now Bobby now Bobby McGee yeah. Na na na na na na na na, na na na na na na na na na na na Hey now Bobby now, Bobby McGee, yeah.
Lord, I’m calling my lover, calling my man, I said I’m calling my lover just the best I can, C’mon, hey now Bobby yeah, hry now Bobby McGee, yeah, Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lord Hey, hey, hey, Bobby McGee, Lord!
Yeah! Whew!
Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lord Hey, hey, hey, Bobby McGee.
I’ve got you under my skin
I’ve got you under my skin I’ve got you deep in the heart of me So deep in my heart, that you’re really a part of me I’ve got you under my skin
I’ve tried so not to give in I’ve said to myself this affair never will go so well But why should I try to resist, when baby I know so well I’ve got you under my skin
I’d sacrifice anything come what might For the sake of having you near In spite of a warning voice that comes in the night And repeats, repeats in my ear
Don’t you know little fool, you never can win Use your mentality, wake up to reality But each time that I do, just the thought of you Makes me stop before I begin ‘cause I’ve got you under my skin
Esta selección, que ha sido un placer recopilar para Ud., cerrará con tres canciones de letra en nuestra lengua madre: Mujer contra mujer, que canta Ana Torroja de José María Cano (esto es, Mecano), una bella canción homoerótica lésbica; Paso la vida pensando, de Leonardo Schultz con elcantante (Duke Ellington dixit) José Feliciano; Vete de mí, que fuera canción compuesta por los hermanos Virgilio y Homero Expósito y fuese insignia de Bola de Nieve, interpretada por Bebo y Cigala, con sabroso tumbao flamenco.
Mujer contra mujer
Nada tienen de especial dos mujeres que se dan la mano; el matiz viene después cuando lo hacen por debajo del mantel. Luego a solas, sin nada que perder, tras las manos va el resto de la piel. Un amor por ocultar, aunque en cueros no hay donde esconderlo, lo disfrazan de amistad cuando sale a pasear por la ciudad. Una opina que aquello no está bien, la otra opina que qué se le va a hacer y lo que opinen los demás está de más. ¿Quién detiene palomas al vuelo volando a ras del suelo, mujer contra mujer? No estoy yo por la labor de tirarles la primera piedra; si equivoco la ocasión y las hallo labio a labio en el salón, ni siquiera me atreveré a toser; si no gusto ya sé lo que hay que hacer, que con mis piedras hacen ellas su pared. ¿Quién detiene palomas al vuelo volando a ras del suelo, mujer contra mujer? Una opina que aquello no está bien, la otra opina que qué se le va a hacer y lo que opinen los demás está de más. ¿Quién detiene palomas al vuelo volando a ras del suelo, mujer contra mujer?
Paso la vida pensando
Yo te llevo muy dentro de mí, la locura que viví por ti aún se alberga en mi corazón; te dejé partir, no me explico la razón.
Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, con tu amor, con tu amor.
Fue mi orgullo o mi estupidez que me entorpeció; no tuve sensatez, quizá no supe valorar tu amor, aunque te ofendí te suplico tu perdón.
Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, con tu amor, con tu amor.
Vienen a mi mente tantas cosas que a mí no me puedo perdonar pero nunca, nunca te he dejado de amar.
Yo te llevo muy dentro de mí y si tú me llevas muy dentro de ti los dos sufrimos igual decepción el separarnos fue una tonta decisión.
Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey. Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, con tu amor, con tu amor.
Vete de mí
Tú, que llenas todo de alegría y juventud y ves fantasmas en las noches de trasluz, y oyes el canto perfumado del azul, vete de mí…
No te detengas a mirar las ramas muertas del rosal que se marchitan sin dar flor.
Mira el paisaje del amor que es la razón para soñar y amar…
Yo, que ya he luchando contra toda la maldad, tengo las manos tan desechas de apretar, que ni te pueden sujetar. Vete de mí…
Seré en tu vida lo mejor de la neblina del ayer, cuando me llegues a olvidar.
Cómo es mejor el verso aquel que no podemos recordar.
Son muchos los ejemplos de música con intención o inspiración política. Tanto la música popular como la que llamamos culta o clásica alojan un buen número de piezas con tal carácter. (Ver en este blog, por ejemplo, Música política). He aquí una colección abigarrada, que comienza por lo que pudiera considerarse el himno de la democracia, la Fanfarria para un hombre común, de Aaron Copland, quien optó por celebrar a la gente común y corriente en lugar de algún héroe o hazaña. En esta ocasión la interpreta la maravillosa Orquesta de Filadelfia, dirigida por Eugene Ormandy. (Puede compararse con una versión por la Orquesta Sinfónica de Detroit, dirigida por Antal Doráti, en Música política):
Buena parte de la carga política en la música popular viene expresada en testimonios de la pobreza. Lamento borincano, cantada aquí por Marco Antonio Muñiz, es una queja campesina que contrasta los sueños de un padre pobre con su fracaso: el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino: ¿que será de Borinquen, mi Dios querido, que será de mis hijos y de mi hogar?
Construçao, en cambio, de Chico Buarque de Holanda, es una tragedia urbana, la muerte de un obrero albañil que cae al tropezar desde lo alto de una obra. Como una canción de nuestro Vicente Emilio Sojo, la última palabra de cada verso es esdrújula. He aquí su letra:
Amou daquela vez como se fosse a última Beijou sua mulher como se fosse a última E cada filho seu como se fosse o único E atravessou a rua com seu passo tímido Subiu a construção como se fosse máquina Ergueu no patamar quatro paredes sólidas Tijolo com tijolo num desenho mágico Seus olhos embotados de cimento e lágrima Sentou pra descansar como se fosse sábado Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe Bebeu e soluçou como se fosse um náufrago Dançou e gargalhou como se ouvisse música E tropeçou no céu como se fosse um bêbado E flutuou no ar como se fosse um pássaro E se acabou no chão feito um pacote flácido Agonizou no meio do passeio público Morreu na contramão atrapalhando o tráfego Amou daquela vez como se fosse o último Beijou sua mulher como se fosse a única E cada filho seu como se fosse o pródigo E atravessou a rua com seu passo bêbado Subiu a construção como se fosse sólido Ergueu no patamar quatro paredes mágicas Tijolo com tijolo num desenho lógico Seus olhos embotados de cimento e tráfego Sentou pra descansar como se fosse um príncipe Comeu feijão com arroz como se fosse o máximo Bebeu e soluçou como se fosse máquina Dançou e gargalhou como se fosse o próximo E tropeçou no céu como se ouvisse música E flutuou no ar como se fosse sábado E se acabou no chão feito um pacote tímido Agonizou no meio do passeio náufrago Morreu na contramão atrapalhando o público Amou daquela vez como se fosse máquina Beijou sua mulher como se fosse lógico Ergueu no patamar quatro paredes flácidas Sentou pra descansar como se fosse um pássaro E flutuou no ar como se fosse um príncipe E se acabou no chão feito um pacote bêbado Morreu na contramão atrapalhando o sábado
En la misma onda, el clásico Sixteen tons (canción de Merle Travis; ver la magnífica versión de The Platters, en la rica voz baja de Herb Reed en Una docena más) describe la alienación de los mineros de carbón, amarrados de por vida a las compañías explotadoras de los yacimientos y sus obreros. (You load sixteen tons, what do you get/Another day older and deeper in debt/Saint Peter don’t you call me ‘cause I can’t go/I owe my soul to the company store). Quien popularizó esta canción fue Tennessee Ernie Ford, que la canta acá:
Todavía en situación peor, la gente encarcelada es cantada en Prison song por Graham Nash—formó parte del grupo Crosby, Stills, Nash & Young—, quien asegura que la gente rica no paga penas carcelarias: And here’s a song to sing for every man inside/If he can hear you sing, it’s an open door/There’s not a rich man there who couldn’t pay his way/And buy the freedom that’s a high price for the poor.
David Crosby y Graham Nash en Occupy Wall Street (clic amplía)
Puede cantarse a los héroes de epopeyas revolucionarias, personajes concretos o caracteres genéricos como el de Canción del elegido, obra de Silvio Rodríguez interpretada por Soledad Bravo, quien grabó un álbum de canciones de la Nueva Trova Cubana.
El romance de personajes de reparto
Hablando de epopeyas, en 1960 se estrenó el filme Éxodo, dirigido por Otto Preminger, que narra el episodio de unos refugiados que se trasladaban en barco en momentos de la fundación del Estado de Israel. Su tema musical se convirtió en un éxito principalmente por la versión del dúo de pianistas Ferrante & Teicher. Aquí se pone en la interpretación de nadie menos que Edith Piaf, el Ruiseñor de Francia.
Por supuesto, es una mordaz crítica a los valores sociales pervertidos el famosísimo tango Cambalache, de Enrique Santos Discépolo. Un cantautor que siempre ha tenido carácter protestatario, Joan Manuel Serrat, la expone en este archivo:
Ese mismo cantante profiere un reclamo más extenso en El sur también existe:
Con menor aspereza, John Lennon compuso y canta aquí Imagine, una canción que la revista Rolling Stone colocó en el tercer lugar de las quinientas canciones más grandes de todos los tiempos.
La canción We are the world, compuesta por Michael Jackson y Lionel Richie, reunió un supergrupo de estrellas en 1985 para producirla. La canción vendió más de veinte millones de copias, y los ingresos fueron destinados a aliviar el hambre africana (recaudó 63 millones de dólares).
There comes a time when we heed a certain call (Lionel Richie) When the world must come together as one (Lionel Richie & Stevie Wonder) There are people dying (Stevie Wonder) Oh, and it’s time to lend a hand to life (Paul Simon) The greatest gift of all (Paul Simon/Kenny Rogers)
We can’t go on pretending day by day (Kenny Rogers) That someone, somewhere will soon make a change (James Ingram) We’re all a part of God’s great big family (Tina Turner) And the truth (Billy Joel) You know love is all we need (Tina Turner/Billy Joel)
(CORO) We are the world, we are the children We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Michael Jackson) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Diana Ross) It’s true we’ll make a better day just you and me (Michael Jackson/Diana Ross)
Well, send ‘em you your heart so they know that someone cares (Dionne Warwick) And their lives will be stronger and free (Dionne Warwick/Willie Nelson) As God has shown us by turning stone to bread (Willie Nelson) And so we all must lend a helping hand (Al Jarreau)
We are the world, we are the children (Bruce Springsteen) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Kenny Loggins) Oh There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Steve Perry) It’s true we’ll make a better day just you and me (Daryl Hall)
When you’re down and out there seems no hope at all (Michael Jackson) But if you just believe there’s no way we can fall (Huey Lewis) Well, well, well, let’s realize that a change can only come (Cyndi Lauper) When we (Kim Carnes) stand together as one (Kim Carnes/Cyndi Lauper/Huey Lewis)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Bob Dylan) It’s true we’ll make a better day just you and me (Bob Dylan)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) Oh There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Ray Charles) It’s true we’ll make a better day just you and me (Ray Charles)
We are the world, we are the children (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Stevie Wonder) It’s true we’ll make a better day just you and me (Stevie Wonder)
We are the world, we are the children (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Bruce Springsteen) It’s true we’ll make a better day just you and me (Bruce Springsteen)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)
We are the world, we are the children (James Ingram) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (James Ingram) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Ray Charles) It’s true we’ll make a better day just you and me (Ray Charles)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos/Ray Charles) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos/Ray Charles)
Sibelius y Ormandy en la casa de campo del primero
Si entramos a otra dimensión, la música culta nos proporciona música de independencia y liberación. Éste es el caso de Finlandia, el opus 26 de Jan Sibelius. Suena acá en versión monumental de la Orquesta de Filadelfia y el Coro del Tabernáculo Mormón, dirigidos ambos por Eugene Ormandy. (La orquesta fue a Finlandia en 1955 y visitó a Sibelius poco antes de su muerte. Los músicos esperaron fuera de los autobuses que los llevaron a la casa del compositor, en pleno y nevado invierno, a que Ormandy sacara al maestro a saludarlos).
Krzysztof Penderecki, compositor polaco contemporáneo, que últimamente ha suavizado su música muy astringente con un nuevo estilo postromántico, se hizo conocer con la gélida Trenodia por las víctimas de Hiroshima (para 52 instrumentos de cuerda), que toca aquí la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional Polaca. (Advertencia: debe oírse teniendo a la mano una buena dosis de sal de frutas).
La ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, como otras de este compositor, adquirió pronto un tinte político, gracias principalmente a Va, pensiero, cantada en coro por los esclavos hebreos de Nabucodonosor. El justamente afamado Riccardo Muti potenció ese significado el 12 de marzo de este año, cuando rompió todo protocolo para arengar al público en protesta por los recortes de fondos para la cultura dispuestos por el gobierno de Silvio Berlusconi. Concluida la interpretación de este coro por la Ópera de Roma, Muti interrumpió la ejecución y dirigió un breve discurso a la audiencia, a la que luego reclutó para volver a cantar la pieza junto con la orquesta y los cantantes. Aplausos, vítores y lágrimas de músicos y público confirmaron que el maestro había tocado un nervio particularmente sensitivo. Dijo Muti en la ocasión: «Como italiano que da vueltas por el mundo me encuentro muy adolorido por lo que está pasando». (Se ha generalizado la impresión errónea de que sus palabras fueron dichas delante del propio Berlusconi, pero esto no fue así. El Primer Ministro de Italia asistió a otra representación de Nabucco seis días más tarde, pero la fuerza de la crítica de Muti no fue menor por eso. Berlusconi, naturalmente, ya no está en el cargo al que se aferrara tanto tiempo; Muti permanece).
¡Ve, pensamiento, con alas doradas, pósate en las praderas y en las cimas donde exhala su suave fragancia el dulce aire de la tierra natal! ¡Saluda las orillas del Jordán y las destruidas torres de Sión! ¡Oh, mi patria, tan bella y perdida! ¡Oh recuerdo tan caro y fatal! Arpa de oro de fatídicos vates, ¿por qué cuelgas muda del sauce? Revive en nuestros pechos el recuerdo, ¡que hable del tiempo que fue! Al igual que el destino de Sólima ¡canta un aire de crudo lamento, que te inspire el Señor un aliento que al padecer infunda virtud, que al padecer infunda virtud, que al padecer infunda virtud, al padecer, la virtud!
Un tono distinto de rojo
La pianista venezolana más renombrada, después de Teresa Carreño, es Gabriela Montero, que tempranamente recibió estímulo de la gran Martha Argerich. Con motivo del lanzamiento de su disco Solatino, se empeñó en que el logotipo de la disquera inglesa EMI sutituyera su color rojo habitual por el blanco. Montero explicó:
«Decidí excluir el color rojo en SOLATINO, a excepción de la letra ‘O’, porque en Venezuela el color rojo ha sido robado de su apasionada belleza y poder y es ahora asociado a la represión, la furia y el control. También notarán que el título tiene los colores amarillo, azul y rojo. Estos son los colores de la bandera venezolana.
El rojo es el último color de mi bandera y, coincidencialmente, ‘O’ es mi tipo de sangre. Encuentro este simbolismo muy hermoso. Todos compartimos la misma fuente de vida: la sangre. Son las células rojas de la sangre las que llevan el oxígeno por nuestros cuerpos. Sin ellas, perecemos. Con el balance adecuado, prosperamos. Me gustaría que esta ‘O’estuviese coloreada por un matiz pacífico de rojo. El rojo que nos pertenece a todos. El rojo que es hermoso en su intensidad, y no hiriente en su agarre. El rojo que pertenece a este mundo y no el que nos separa y extingue. No hay espacio para el tipo equivocado de rojo, y escojo removerlo de este álbum.
Esta es mi declaración».
Luego, en octubre de este año, estrenó en Nuremberg su opera prima para piano y orquesta, a la que llamó ExPatria. Dijo para presentarla: “Es el grito de una sociedad asfixiada y la denuncia de la complicidad e inconsecuencia del mundo ante la desventura de los venezolanos, encubierta en un tenue y engañoso velo de democracia. Va más allá de la nostalgia privada a un grito muy público. ExPatria es un retrato de un país apenas reconocible del que conocí en mi juventud. Es mi respuesta emocional a la pérdida de Venezuela a sí misma, a la ilegalidad, la corrupción, el caos y las tasas de homicidio entre las más altas del mundo”.
Cerremos este amasijo de música política con una interpretación por Gabriela Montero de la Polonesa Heroica de Federico Chopin, una de las piezas políticas del genio polaco del piano. (El 3 de diciembre de 2007 en el Centro Gubenkian de Lisboa). Buen provecho. LEA
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