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Invitación a ‘conspirar’

El Universal – 3 de marzo de 2002

Marta Colomina616_marta_colomina

LA PERSISTENTE NEGATIVA de Chávez a producir cambios en su gobierno que establecieran acuerdos con los sectores que garantizarían la gobernabilidad del país, ha generalizado la convicción de que el teniente coronel debe abandonar el poder, si queremos buscar una salida a los graves problemas de Venezuela. El empeño de Chávez en incorporar a la FAN a su proyecto político, las ofensas que inflige a los militares al ofrecerles créditos baratos y jugosas limosnas a través del Plan Bolívar 2000 como una medida desesperada para detener ‘el goteo de oficiales rebeldes’ que dice no preocuparle, ha exacerbado aún más los ánimos del mundo castrense. La última y más grande aberración de Chávez que podría constituirse en la chispa que adelante una huelga general, es la abierta politización de Pdvsa con el nombramiento de una directiva ideologizada y reñida con las prácticas gerenciales necesarias para participar exitosamente en el cada vez más competitivo mercado energético internacional. Chávez ha entregado la industria más grande de América Latina a un grupo talibán que se constituyen en el primer círculo bolivariano fundado en Pdvsa.

Si hace meses varias voces comenzaron a elevarse para pedir la renuncia de Chávez, ahora millones de venezolanos claman por la búsqueda de una fórmula efectiva, distinta a la de un golpe militar (los golpes siempre han sido el problema y no la solución) que permita sacar a Chávez del poder. Y ahí está el problema. La mayoría está de acuerdo y ya algunos han comenzado a mover teclas institucionales, pero la profusión de fórmulas dispersa la efectividad de los esfuerzos. La CTV por ejemplo, aprovechó su multitudinaria marcha del 27F para plantear a la AN la realización de un referéndum consultivo para que sea el pueblo a través de su poder originario, ‘el que con su opinión, defina el rumbo que han de seguir los poderes constituidos’ y la permanencia de Chávez en el cargo. Copei y Primero Justicia preparan propuestas de enmienda constitucional que permitan la reducción del mandato presidencial a cuatro años y que se tome febrero del 99 como inicio del mandato de Chávez, con lo cual estaría concluyendo el cuarto año de gobierno. PJ añade la no reelección, de modo que la AN convocaría a nuevas elecciones en diciembre, fecha para la cual el teniente coronel no podría lanzarse como candidato. El MAS está instando a la Fiscalía a que abra un antejuicio de mérito a Chávez y fundamenta tal solicitud en la comisión de seis graves delitos que van desde el criticado convenio con Cuba y la connivencia y complicidad con actos de corrupción, hasta atentados a la libertad de expresión. En este momento la Fiscalía procesa seis solicitudes de juicio contra el teniente coronel por la comisión de diversos delitos.

Sin embargo, mucho nos tememos que la dispersión de las propuestas dificulte y alargue indefinidamente cualquiera de las fórmulas que, por lo demás, requieren de la anuencia y de la acción de unos poderes públicos que hasta ahora no han mostrado propósito de enmienda. Por eso, la cronista invita a la sociedad civil organizada, a los partidos políticos, a la CTV, a las ONG y a los constitucionalistas a reunirse para estudiar UNA SOLA FORMULA que reciba el apoyo de la mayoría de la población en su solicitud de ‘Chávez, vete ya’. El politólogo Luis Enrique Alcalá, en una entrevista que le hiciéramos en 99.9 FM nos decía que ‘el mecanismo democráticamente perfecto para la salida de Hugo Chávez de la Presidencia es la firma, por la mayoría de los electores venezolanos, de un Acta de Abolición de su gobierno. Por doctrina constitucional de universal aceptación, confirmada por decisión de la Corte Suprema de Justicia del 19 de enero de 1999 (ponente Humberto La Roche), el Poder Constituyente, esto es, la mayoría de los electores es un poder supraconstitucional. (Fue esa decisión, justamente, la que permitió la convocatoria a Constituyente en ese año, aun cuando no estuviera prevista como figura por la Constitución de 1961, vigente para la época). Bastaría entonces sigue diciendo LEA que una mayoría de electores firmara un acta en la que, a continuación de ciertos considerandos, expresara su voluntad de abolir el gobierno de Chávez’. Para evadir trampas de la Constitución del 99 (a la falta absoluta del Presidente antes de la mitad del período habría que hacer elecciones en 30 días cosa imposible y menos con este CNE), el documento debe incluir, además, un Estatuto de Transición, en el que se estipulen algunas condiciones que no cabrían en este corto espacio. Además, ‘el mandato expreso de la mayoría de los electores perfeccionaría el derecho de rebelión de la FAN, en caso de que Chávez se negase a acatar el mandato’. Con esta fórmula concluye Alcalá ‘ni los militares, ni Estados Unidos podrían objetar nada’.

Ojalá que esta invitación a ‘conspirar’ democráticamente no caiga en saco roto. Nunca antes como ahora cabe recordar el lugar común de que en la unión está la fuerza. Pongámonos de acuerdo y unifiquemos los procesos para acabar con ‘el proceso’.

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