El Día de la Inmaculada Concepción el diario El Universal publicó un artículo cuyo autor era el ex presidente Rafael Caldera Rodríguez, en el que le cantaba la cartilla al presidente Hugo Chávez Frías. Luego de repasar con algún laconismo— «Si se examinan los seis años de gobierno del presidente Chávez se llega a la conclusión de que lo único que ha hecho es ganar elecciones»—el tiempo que Chávez lleva gobernando, el doctor Caldera le llama, como su única autoridad puede hacer, a la conciliación. Así escribió el ex presidente:
«Yo, en mi gobierno, acordé el sobreseimiento de los juicios de los alzados del 4F, porque el anhelo de la población era la paz. ¿Y este gobierno qué hace? Es el momento de demostrar que existe la posibilidad de que haya una oposición y de que los derechos humanos se respetan. Las organizaciones internacionales creadas para asegurar los elementos fundamentales de la democracia se están pronunciando sobre la actitud de este gobierno, que cuenta con el apoyo de las minorías extremistas que con un revolucionarismo anticuado viven armando disturbios en sus respectivos países. Es hora de decir Punto y aparte. Vamos a reconstruir los partidos políticos, a fortalecer las instituciones y demostrar que el pueblo venezolano puede vivir y reconocer el combate político como uno de los atributos fundamentales del sistema democrático».
Lo más probable, no obstante, es que ese llamado del pacificador de la insurrección armada de la década de los sesenta, el libertador de Chávez, caiga sobre oídos sordos. No parece ser que la compasión sea virtud que adorne al actual presidente. Todo lo contrario. Ante una implacable agenda retaliatoria, no hay opositor político a Chávez que pueda dormir tranquilo. (Tal vez Manuel Rosales, que ahora se da abrazos con José Vicente Rangel y ofrece súbitamente «borrón y cuenta nueva»).
Entretanto, parece que ya llega al millar el número de médicos y odontólogos cubanos que vinieron a trabajar en el país y han optado por irse a los Estados Unidos o a Colombia. Según reporta Stratfor, «…una creciente red de grupos opositores, familias voluntarias en Venezuela, diplomáticos latinoamericanos, cristianos evangélicos y activistas cubanos anticastristas basados en Miami» estaría manejando el tráfico de evadidos. (Por mar y a través de la frontera con Colombia). Claro, esta gente no desea esperar a que Chávez le haga caso a Caldera, y sabe muy bien que en Cuba no se concede amnistías.
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