Fichero

LEA, por favor

Los humanos somos, por la mayor parte, seres bastante ocupados con el quehacer de la subsistencia. Involucrados en rutinas de ocupación, no disponemos de mucho tiempo para pensar, con alguna profundidad, las innumerables cuestiones que una sociedad cada vez más compleja nos propone. De allí que nos convenga pasar por la vida armados de esquemas simples que, como abreviatura del pensamiento, nos permitan discurrir lo necesario sin demasiado trabajo. De allí la utilidad de los mitos, tanto de los propiamente dichos, esas estructuras clásicas de la verdadera mitología, como de los más pedestres y comunes. Son fórmulas cortas, convenientes, soluciones prêt-à-porter con apariencia de verdad ineludible, lapidarios dictámenes inapelables.

Uno de estos mitos ha gravitado desde hace mucho sobre Caracas. En el debate sobre los extremos de la centralización vs. la descentralización, se tiene a la capital de la República como culpable de una apetencia desmedida, la que a su vez sojuzgaría, como en una suerte de imperialismo local, al resto de las urbes del país.

En sucintas palabras, el arquitecto Frank Marcano, Director del Instituto de Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, sale al paso de esta especie falaz, en entrevista que concediera a Rafael Arráiz Lucca y William Niño Araque, los editores del muy extraordinario e invalorable libro Santiago de León de Caracas, 1567-2030.

El libro en cuestión ha sido producido por la Gerencia de Asuntos Públicos y Relaciones Gubernamentales de ExxonMobil de Venezuela, a cargo de Richard Bailey Lazzari. (Quien a pesar de sus nombres es más criollo que la alpargata). Esta nueva producción bibliográfica de esa Gerencia, precedida de los maravillosos volúmenes Tierra Negra y Paria, entre otros, supone de una vez la existencia de una verdadera biblia, prácticamente definitiva, para la cabal comprensión de la ciudad capital de Venezuela. Profusa en mapas, imágenes, fotografías y documentos, armada con textos inteligentes, profundos y desusados, es ahora la referencia obligada para cualquier discurso serio sobre Caracas.

La Ficha Semanal #39 de doctorpolítico se contrae a reproducir la exposición inicial del Arqto. Marcano en la entrevista mencionada, la que inaugura la sección Visión Metropolitana. Vocación y Mercadeo de Ciudad, Gobernabilidad, Territorialidad, en la Segunda Parte del libro. La informalidad de las palabras de Marcano delata que, en efecto, se trata de una conversación en sosegada entrevista, y de algún modo esta familiaridad potencia la eficacia de sus justas afirmaciones.

LEA

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Caracas incomprendida

La vocación de una ciudad es un horizonte que se plantea y se replantea continuamente. Hay vocaciones innatas por localización, por tradición histórica, pero cada ciudad se reinventa a cada momento y tenemos muchos casos que lo confirman. Por ejemplo, Barcelona, España, es una ciudad que tiene una capacidad enorme de reinventarse a cada rato y se traza un nuevo horizonte de ciudad de una manera muy rigurosa y realmente lo cumple. Entonces, teniendo claro que la vocación de una ciudad es algo que se tiene que definir por etapas, por períodos, si entramos en el caso de Caracas, vemos que ha tenido varios escenarios en el pasado, que contrastan mucho con el no escenario actual, que es una cosa no digamos insólita, pero sí extraña, pero que nos caracteriza mucho en este momento, hay una falta de escenarios, una falta de pensamiento sobre la ciudad.

Hay una primera decisión del gobierno del territorio de definir a Caracas como centro y capital, eso fue muy importante. Durante todo el período que va hasta principios del siglo XX, Caracas mantiene ese rol, es la ciudad más importante, la del gobierno, la central. Es una ciudad que además empieza a acumular una tradición, un peso específico como ciudad que no tienen las otras y empieza a tener también un cierto peso que cada vez va creciendo con respecto al centro venezolano del Caribe.

A principios de 1900 Caracas no tenía fuerza sino como capital de un país muy desmembrado, muy sectorizado, muy alejado entre sí. Maracaibo tenía más contacto con Curazao que con Caracas, Carúpano tenía más contactos con Trinidad, Martinica y con Europa, que con Caracas. Mi mamá decía que en el puerto de Carúpano llegaban a la semana dos o tres barcos franceses e italianos y el barco de La Guaira llegaba una vez al mes, entonces ahí había una relación muy clara. Pero Juan Vicente Gómez lo cambia y hay una nueva definición de la vocación de la ciudad de Caracas, que cuando Gómez unifica al país, él centraliza, a pesar de que trata de hacer de Maracay el centro, pero no pudo, creo que por unas condiciones geográficas importantes. Caracas está, además de en el centro, muy cerca del mar y Maracay es una ciudad mucho más enclaustrada, mucho más difícil, no era ni siquiera Valencia, que también estaba enclaustrada, porque de Puerto Cabello a Valencia era una odisea.

A partir de la muerte de Gómez, Caracas refuerza su centralidad y su vocación. Depués hay otra etapa muy importante, que es en los años 50. Antes, en los años 40, cuando viene Rotival, empiezan todos los planes que se cristalizan en el 50, que es cuando sí se define muy agresivamente la vocación de la ciudad, y Caracas para Rotival iba a ser, por definición, el centro del Caribe.

Luego la vocación de la ciudad otra vez se refuerza por toda la labor de Pérez Jiménez de dotar a esta ciudad de un equipamiento como no había en toda América Latina y mucho menos en el Caribe. Esa época duró hasta los años 70: en ese momento estábamos construyendo una capital. En el año 70 vuelve a renacer una suerte de castigo a Caracas, con un pensamiento, otra vez, que parte del interior de Venezuela. Entonces se paralizan por decisión política, las inversiones en la ciudad y se empiezan a hacer fuera, porque había que balancear el territorio, había esta teoría de evitar la macrocefalia, que no era correcta porque Venezuela no es un país de macrocefalias urbanas, no es el caso de Colombia, de Perú, de Argentina, ni de Chile. Este es uno de los pocos países en América del Sur en donde su capital tiene el 20%, el 21% de la población; en otros países la capital tiene el 50%, aquí afortunadamente no es así, pero había esa sensación de que todo el dinero se iba a la centralidad.

En este momento, en el 2003, uno ve que la gran infraestructura de la ciudad de Caracas es la infraestructura que se hizo entre el 50 y el 70, porque creo que no se ha hecho casi nada en 30 años.

Frank Marcano

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