Al Gore se ha reciclado como líder mundial con su cruzada contra el calentamiento planetario. (Ver http://www.climatecrisis.net). Otros dirigentes no andan en lo mismo, y prefieren proferir advertencias distintas. Por ejemplo, Condoleezza Rice ha comunicado que su gobierno pudiera sumarse a las conversaciones europeas con Irán sobre el desarrollo de su energía nuclear, siempre y cuando este país convenga en permitir una verificación internacional de que ha detenido su programa de enriquecimiento de uranio.
Cualquier ciudadano medianamente informado sabe lo que contestará directamente el presidente Amahdinejad o por boca de su ministro de relaciones exteriores: que la condición estipulada por Rice es sencillamente inadmisible. Por consiguiente, el Departamento de Estado de los Estados Unidos sabe lo mismo y, en ulterior consecuencia, ha formulado una proposición que sabe será rechazada.
¿Qué busca el gobierno de Bush? ¿Poder decir que Irán rehúsa el diálogo? Resulta por la medida chiquita ominoso que nadie menos que Henry Kissinger, en almuerzo organizado por el Diario Digital de Lisboa el pasado 12 de mayo, se sintiera en la obligación de advertir que una invasión de Irán «sería una pesadilla». ¿Es que Kissinger, quien ocupara destacadamente la posición de Rice en un gobierno también republicano—Nixon—conoce datos que sugieren alguna inminencia a tal respecto? (Kissinger, por cierto, ha vuelto a la escena con la reciente publicación de unas doce mil páginas de notas y memorandos de su paso por el Departamento de Estado. En uno de ellos recogió algo que manifestó al liderazgo chino poco antes del cese de la guerra de Viet Nam: que si los Estados Unidos podían vivir con un régimen comunista en China también podrían vivir con un régimen comunista en Indochina. Lo único que pedía es que los norvietnamitas no pretendieran cogerse a Viet Nam del Sur demasiado pronto después de una retirada de las tropas norteamericanas, para que la reputación de los Estados Unidos no se afectara demasiado).
Mientras, por estos lares el especialista Alberto Garrido asegura que el Caribe ya está tomado militarmente por los Estados Unidos, que la escala de sus ejercicios navales en la zona y su dotación de efectivos y armamento es realmente desusada.
Los chinos consideran la peor maldición de todas desear a sus enemigos que vivan una época importante.
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