Cartas

6. Sung / Conflicto
_______
_______
_______
___   ___
_______
___   ___

arriba         CH’IEN     EL CREATIVO, CIELO

abajo          K’AN        LO ABISMAL, AGUA

El trigrama superior, cuya imagen es el cielo, se mueve hacia arriba; el trigrama inferior, agua, de acuerdo con su naturaleza, tiende hacia abajo. Así, las dos mitades se alejan la una de la otra, dando origen a la idea de conflicto.
El atributo del Creativo es la fuerza, el de lo Abismal es peligro, astucia. Cuando la astucia tiene fuerza por delante, hay conflicto.
Una tercera indicación de conflicto, en términos de carácter, se presenta por la combinación de profunda astucia interior con una determinación fija hacia afuera. Una persona con este carácter ciertamente será pendenciera.

………

El epígrafe corresponde a la descripción del sexto hexagrama del I Ching, El libro de los cambios, que trae la traducción de Richard Wilhelm (Cambridge University Press, 3ra. edición, 1967, undécima impresión, julio de 1974). Alrededor, pues, de 2.800 años antes de Cristo, la sabiduría china ya retrataba el carácter de personas como Hugo Rafael Chávez Frías. Cuatro mil setecientos setenta y un años después otro sabio, esta vez el israelita Yehezkel Dror, escribía el libro Crazy States: A Counterconventional Strategic Problem, varias veces aludido en esta publicación (la última vez el 11 de enero de 2007). Dror caracteriza un “Estado loco” con los siguientes rasgos: “1. tiene objetivos muy agresivos en contra de otros; 2. mantiene un profundo e intenso compromiso con esos objetivos (dispuesto a pagar un alto precio por su logro y correr grandes riesgos); 3. está imbuido de un sentido de superioridad frente a la moralidad convencional y las reglas habitualmente aceptadas de la conducta internacional (dispuesto a la inmoralidad e ilegalidad en términos convencionales en nombre de ‘valores superiores’); 4. exhibe un comportamiento lógicamente consistente dentro de tales paradigmas; 5. lleva a cabo acciones externas que impactan la realidad (incluyendo el uso de símbolos y amenazas)”.

Antes de que Chávez saliera de viaje rumbo a Suráfrica, su gobierno estuvo envuelto en una nueva polémica—más bien la reedición de una vieja—con el gobierno de los Estados Unidos, en esta ocasión sobre el tema del narcotráfico. El modo concreto del nuevo asalto en la pelea fue un sonoro rechazo a una visita al país propuesta por John P. Walters, Director de la Oficina Nacional de Política de Control de Drogas de los Estados Unidos, el Zar Antidrogas para los íntimos. La cancillería venezolana emitió un comunicado en el que declaraba la pretendida visita como “inútil e inoportuna”, sugiriendo que Walters haría mejor uso de su tiempo en el control del problema en el territorio de su país. Pero Chávez no se conformó con el comunicado de su cancillería, y prefirió ocuparse personalmente del asunto. En el “Aló Presidente” del pasado domingo, dirigió a Walters alguna grosería y envolvió la cosa en anuncios de nuevo armamento ruso para Venezuela, incluyendo misiles de alcance intermedio—200 kilómetros, según explicó el mismo Chávez, si no es que termina adquiriendo el sistema SA-20, con alcance de 400—, y la reiteración de su oferta a Rusia, a la que llamó su principal aliado estratégico, para el reabastecimiento de aviones y buques de guerra de ese país, al que apoyó en su tratamiento del conflicto entre Abjasia y Osetia del Sur con Georgia.

¿No parece excesivo? El vicepresidente Carrizales fue más discreto—salvo Juan Barreto, no hay quien haya osado competir con Chávez en agresividad y procacidad—, emitiendo declaraciones basadas en datos de la Organización de las Naciones Unidas. Dijo Carrizales: “Colombia en el año 2007 produjo 600 toneladas de cocaína, según la ONU, de ésas 600 hubo un registro de incautación de 131 toneladas. Los reportes indican que el 78 por ciento sale por la costa del Pacífico y nosotros no tenemos costa en el Pacífico; si hacemos la cuenta quedarían entonces 104 toneladas y de ellas aquí se incautaron 58 toneladas el año pasado. Si vemos estos números sobre cuánto sale y por dónde, veremos que se desmontan esas mentiras que están haciendo circular de que aquí en Venezuela transitan 500 toneladas de cocaína. Los sumergibles cargados de droga se han detectado es en el Pacífico colombiano”.

Estos posturas responden a acusaciones provenientes del propio Walters, quien el 22 de agosto aseguró que Venezuela no había mostrado disposición a cooperar con los funcionarios estadounidenses antidrogas. Dijo Walters: “La cooperación ha empeorado y los problemas han crecido”, al certificar que el flujo de cocaína colombiana a través de Venezuela se habría cuadruplicado desde 2004, y que el año pasado habría alcanzado un volumen de 282 toneladas.

Como puede verse, se trata de estimaciones bastante diferentes. ¿A quién creer? Por una parte, las cifras que publica la ONU—puede obtenerse el Reporte Mundial de Drogas correspondiente a 2008 en el sitio web de la organización—se construye con cifras proporcionadas por los gobiernos de cada nación, de modo que en lo tocante a Venezuela los números son aportados por el gobierno nacional. Pero también son cifras colombianas, entonces, las que reporta la ONU sobre Colombia.

Por la otra, la práctica de desinformación es vieja técnica de los gobiernos norteamericanos. En época de la Doctrina Reagan fue empleada con frecuencia. El Consejero Nacional de Seguridad de Reagan, el almirante John Poindexter, propuso todo un “programa de desinformación” en 1986, pensado para desestabilizar el gobierno libio mediante la siembra de informes falsos en la prensa internacional. En 1990, Poindexter fue convicto de varios cargos de felonía relacionados con el affaire Irán-Contras, que incluían conspiración, obstrucción de la justicia, perjurio, defraudación del gobierno y alteración y destrucción de evidencias. (Un año después, el alegato de defectos de orden procesal le salvó de la condena). Para 2003, ya en el gobierno de George W. Bush, el almirante retirado Poindexter volvió por sus fueros, dirigiendo para el Pentágono el montaje de un sitio en Internet (www.policyanalysismarket.org) en el que se podía apostar sobre la posibilidad de atentados terroristas diversos. El sitio web OnlineCasinoNews.com daba la noticia el 28 de septiembre de ese año: “Según fuentes de Washington, reporta hoy Associated Press, el Pentágono está estableciendo un sistema en línea para un mercado al estilo de una bolsa de valores, o lo que algunos llamarían un mercado de futuros en línea. Lo interesante es que lo que en él se comercia no son acciones de compañías o productos, sino información de conspiraciones, rumores a los que especuladores anónimos apostarían para predecir ataques terroristas, asesinatos y otros ‘eventos nostradámicosÂ’. Los hipotéticos contratos a futuro en los que los inversionistas pueden comerciar pueden ir desde la probabilidad de que el líder palestino Yasser Arafat sea asesinado, hasta la de que el rey jordano Abdullah II sea depuesto, Corea del Norte emprenda un ataque nuclear u ocurra un ataque biológico sobre Israel”. La inmediata reacción de horror político en los propios Estados Unidos causó la inmediata clausura del sitio de apuestas, que con la mayor frialdad se proponía aprovechar la puntería analítica de los jugadores en mercados de futuros, y contaba con ocho millones de dólares para su implementación.

No tendría nada de extraño, por tanto, que hubiera fabricación de cifras por parte de Walters, y conviene recordar que Manuel Noriega fue extraído quirúrgicamente de Panamá, en 1989, por una fuerza de invasión enviada por el padre del actual presidente norteamericano y juzgado en los Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero. Si a ver vamos, una lectura serena de los rasgos enumerados por Dror como característicos de los “Estados locos” encontrará que ellos se aplican ajustadamente al actual gobierno de los Estados Unidos.

Obviamente, la credibilidad del gobierno venezolano no es tampoco muy buena que se diga. Habiéndose manifestado más de una vez a favor de los guerrilleros colombianos, y estando éstos fuertemente ligados al narcotráfico ¿cómo no pensar que pudiera también nuestro gobierno favorecer esta última actividad? Dime con quién andas y te diré quién eres, por un lado; por el otro, la diplomacia de la rabieta grosera, que infla el asunto sacándolo de contexto, para hablar de armamentismo suplido por los rusos, lo pone a uno a cavilar.

……..

Pero mientras Chávez programa más gasto militar, las inversiones que requiere el sector eléctrico nacional brillan por su ausencia. Después de la estatización de La Electricidad de Caracas, tres apagones masivos han interrumpido el suministro eléctrico en gran parte del país, incluida la capital, por supuesto. El lunes de esta semana ocurrió el último (dos interrupciones con una breve pausa de recuperación), con una pérdida de 4.500 megavatios de transmisión. El Presidente de la Corporación Eléctrica Nacional, Hipólito Izquierdo, identificó el origen inmediato del inconveniente en una falla de la línea de alta tensión 765 (San Jerónimo-La Arenosa), pero admitió que se trata en realidad de un problema estructural: una demanda excesiva que una generación insuficiente no puede satisfacer. (Unos 24.000 megavatios de capacidad no suplen la demanda de 26.000). Los caraqueños, sin embargo, podemos darnos con una piedra en los dientes: los vecinos de San Félix pasaron todo el fin de semana sin suministro eléctrico, luego de que el viernes de la semana pasada la sub-estación Chírica-San Félix sufriera una sobrecarga que la anuló por completo. A este respecto, por tanto, el socialismo del siglo XXI nos hace retroceder a fines del XIX, cuando la ciudad de Maracaibo, la primera en Venezuela, tuviera alumbrado público por electricidad desde 1888.

Es por esta razón que el viaje de Hugo Chávez a Suráfrica cobra especial relevancia, pues los dos problemas principales del gobierno presidido por Thabo Mbeki, el sucesor de Nelson Mandela, son precisamente un grave y persistente déficit de suministro eléctrico y una delincuencia que asesina cincuenta personas por día. La experiencia de Mbeki en estas materias debe ser de gran utilidad al presidente venezolano, que no ha logrado resolver ninguna de las dos.

No le convendrá, sin embargo, su consejo en materia socialista. A pesar de haberse formado desde muy temprano como miembro de un partido de plataforma socialista (el Congreso Nacional Africano, con su Carta de la Libertad), Mbeki es ahora criticado por la izquierda de su país al sostener un esquema económico neoliberal, que evita sistemáticamente la estatización de empresas y la implantación de controles al capital. Nada menos que el World Factbook de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) apunta sobre el gobierno de Mbeki: “La política económica de Suráfrica es fiscalmente conservadora, aunque pragmática, enfocada sobre el blanco de la inflación y liberalizando el comercio como medio de aumentar el crecimiento de los empleos y el ingreso familiar”.

En lo que sí pueden Chávez y Mbeki lograr acuerdo con rapidez es en el tratamiento benevolente al régimen de Mugabe en Zimbabue. Mbeki ha sido consistentemente censurado por su “diplomacia suave” respecto del gobierno de Mugabe, y ha llegado hasta el punto de autorizar el uso de la fuerza militar para reprimir desórdenes en protestas xenófobas por la invasión de refugiados procedentes de Zimbabue, un expediente que no se empleaba desde la era del apartheid. Los desórdenes de mayo de este año, centrados principalmente en la provincia de Gauteng, dejaron un saldo de cuarenta y dos muertos y centenares de heridos. El Grupo de Zimbabue en el Exilio acusó a Mbeki de estar más interesado en apaciguar a Mugabe que en resolver el problema de los zimbabuenses que procuran refugio en Suráfrica. La conocida simpatía del gobernante venezolano hacia Mugabe resonará con la benevolencia de Mbeki.

Por lo que toca a la violencia delincuencial, las posturas del gobierno surafricano se parecen bastante a las negaciones del problema del gobierno venezolano. Mbeki llegó a decir en 2004 que los reportes acerca del crimen en Suráfrica eran exageraciones fabricadas por racistas blancos, deseosos de demostrar la ineficacia de un gobierno de negros.

Así, hay bastante afinidad entre el gobernante surafricano y el venezolano—si se deja de lado las preferencias de Mbeki por los mecanismos del mercado—como para lograr acuerdos generales importantes. Chávez, naturalmente, llevó a Suráfrica su oferta energética, a pesar de que acá tengamos una crisis de energía.

También llevó hasta allá su lectura geopolítica planetaria, tema que le entretiene más que nuestros vulgares apagones o nuestros aburridos crímenes. En rueda de prensa posterior a su reunión con Mbeki, dijo cosas como éstas: “Afortunadamente, el intento de imponer en el mundo una hegemonía y un mundo unipolar ha fracasado. El mundo bipolar fue terrible para el Tercer Mundo. El breve mundo unipolar fue aun peor para el mundo entero. Hoy en día estamos en medio de una crisis en todo el mundo: una crisis financiera, una crisis económica, una crisis alimentaria, una crisis energética, una crisis ecológica y una crisis moral”.

Pareciera, no obstante, que la fórmula de Chávez planteara un regreso de lo peor a lo terrible, puesto que al oponerse a la unipolaridad estadounidense no hace otra cosa que blandir la amenaza de Rusia, en claro apoyo al resurgimiento de la bipolaridad. En su más reciente programa dominical, Chávez apuntó que a pesar de que los Estados Unidos tenían rodeada a Rusia, ésta se había levantado y hablado de nuevo de sí misma como una superpotencia, en clara señal de de que “la hegemonía de los yanquis ha llegado a su fin”. Es decir, para el gobierno venezolano no es el imperialismo en general lo que es malo, puesto que encuentra que el ruso es aceptable.

LEA

Share This: