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El 13 de enero de este año fue el Presidente de la República a la Asamblea Nacional, para hablar durante más de siete horas sobre los logros de su gobierno en, no sólo el ejercicio del año anterior, sino de la década entera que lleva gobernando. (Una cuarta parte ya de toda la previa época democrática). Cuando comenzaba a incursionar sobre el tema educativo, enumeró algunas carreras nuevas, y entonces escogió significativamente detenerse un rato sobre la flamante carrera de Ingeniería Azucarera. “¡Fíjense por donde venimos!”, dijo, y repetía: “¡Ingeniería azucarera! ¡El socialismo alimentario!”, o algo parecido.

Bueno, desde el lunes ondea una bandera de la Misión Zamora, “Tierra y Hombres Libres”, en tierras (33 hectáreas) del fundo La Paca, que surte de azúcar al central azucarero El Palmar y a la producción de Ron Santa Teresa. Es harto conocido que estas actividades ocurren en tierras que, desde el siglo XVIII, son propiedad de la familia Vollmer.

El pretexto, expuesto por Juan Carlos Loyo, Presidente del Instituto Nacional de Tierras, es que el fundo La Paca produciría menos de ochenta toneladas de azúcar por hectárea, las que vendrían a conformar los requerimientos mínimos de productividad para que la vocación planetaria de la “revolución bolivariana” no se vea vulnerada en su lucha contra el imperio capitalista, o algo así.

Fue justamente en territorio de ese imperio donde se libró una cruenta guerra civil, en gran medida peleada por la liberación de los esclavos en plantaciones agrícolas al sur de los Estados Unidos. Era el presidente de esa nación, naturalmente, Abraham Lincoln, que pagó con su vida su dedicación a la libertad universal de todos los hombres, independientemente de su raza. Es conocida expresión de su elocuencia democrática el trozo copiado a continuación:

No se puede crear prosperidad desalentando el ahorro. No se puede fortalecer al débil debilitando al fuerte. No se puede ayudar a quien gana un salario rebajando a quien lo paga. No se puede auspiciar la hermandad de los hombres estimulando la lucha de clases. No se puede ayudar al pobre destruyendo al rico. No se puede eludir los problemas gastando más de lo que se gana. No se puede edificar carácter y coraje quitándole al hombre su iniciativa e independencia. No se puede ayudar permanentemente a los hombres haciendo por ellos lo que pudieran y debieran hacer por sí mismos.

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