No se le habría ocurrido a Luis XIV, por supuesto, que se limitó a identificarse con el Estado. El prototipo del absolutismo se consideraba por encima del Pueblo y no habría podido ser marxista. Tampoco a Salvador Allende, quien sí lo era. A Chile llegó, para aconsejarle sobre la instalación de un gobierno computarizado, Stafford Beer, el prestigioso cibernetista inglés. En una sesión en la que Beer, armado de diagramas de flujo, explicaba al mandatario el sistema de información que supuestamente controlaría desde un centro la economía chilena toda, Allende preguntó—cuenta Beer en Platform for Change (1975)— qué era una cajita sin nombre que aparecía sobre una red de flujo, entre otras muchas cajas que se extendían por todo el diagrama. Beer explicó: “Esa cajita representa el pináculo de todo el sistema, esa cajita es usted, Señor Presidente”. Entonces Allende dijo: “Ah, pero si esa caja es la cima de todo el sistema esa caja no soy yo. Esa caja es el Pueblo”.
Chávez ha dicho: “Yo soy el Pueblo”. Es muy posible que en su crónico estado de alucinación así lo crea.
………
De 1954 es Destination Unknown, una entre las decenas de novelas policíacas de la reina del género, Agatha Christie. Es ése el año cuando llega Hugo Chávez al mundo, y uno de los personajes del relato dice, premonitoriamente: “He llegado a la conclusión de que este lugar es manejado por un loco. Un loco, déjame decirte, puede ser muy lógico. Si eres rico y lógico, y también loco, por muy largo tiempo puedes tener éxito en vivir tu ilusión. Pero al final—se encogió de hombros—, al final esto se desintegrará. Porque, ve, lo que ocurre aquí no es razonable. Al final, lo que no es razonable debe siempre pagar sus cuentas”.
Un profeta más próximo—Yehezkel Dror, Crazy States (1971)—también certificó la posible coexistencia de lógica y locura. Los rasgos de un «Estado loco» serían los siguientes: 1. tiene objetivos muy agresivos en contra de otros; 2. mantiene un profundo e intenso compromiso con esos objetivos (dispuesto a pagar un alto precio por su logro y a correr grandes riesgos); 3. está imbuido de un sentido de superioridad frente a la moralidad convencional y las reglas habitualmente aceptadas de la conducta internacional (dispuesto a la inmoralidad e ilegalidad en términos convencionales en nombre de «valores superiores»); 4. exhibe un comportamiento lógicamente consistente dentro de tales paradigmas; 5. lleva a cabo acciones externas que impactan la realidad (incluyendo el uso de símbolos y amenazas). O sea, Dror pintó el retrato del Estado chavista cuando su ductor no era todavía mayor de edad.
Y está llegando la hora de pagar la cuenta. El espectáculo que ofrece el gobierno es de desintegración. Por más advertencias que Ramón Carrizales haga acerca de las razones «estrictamente personales» que le llevan, y también a su esposa, a separarse de su cargo—Vicepresidente Ejecutivo él, Ministra del Ambiente su consorte—en momentos tan delicados para el régimen, es un signo inequívoco de profundo malestar intestino. Cuando el gobierno enfrenta, incompetente, además de problemas tan persistentes como la criminalidad—que pretende conjurar atribuyendo su causa a una «burguesía» que la habría contratado—, una inflación explosiva provocada por la devaluación tardía con fines de fiscalismo electorero (sin que ceje el mercado paralelo), y una crisis de suministro eléctrico sólo atribuible a su desidia, que nadie menos que el Vicepresidente Ejecutivo de la República abandone el barco en estos precisos momentos es una señal de ingobernabilidad, de inestabilidad creciente.
De nuevo, la protesta juvenil se extiende como pólvora encendida con el paso de las horas. De nada vale la estúpida represión de jóvenes que expresan su opinión en un estadio con pancarta humorosa y beisbolística, antes de que la saña de Chávez y Cabello la emprendiera una vez más contra RCTV y reavivara el fuego del disgusto ciudadano. De nada vale que Rodolfo Sanz, Ministro de Industrias Básicas, afirme que todo está normal en Guayana, cuando una alianza de obreros, profesionales, pequeños empresarios y estudiantes mantiene a Puerto Ordaz varios días en pie de guerra contra «la destrucción de Guayana». De nada vale la táctica de amedrentamiento a base de expropiaciones.
Chávez no es el Pueblo, y éste se está levantando. LEA
Excelente, pero no olvidemos la reconciliación nacional luego de la partida del payaso del anacronismo.
Gracias, Mauricio, por tu conciso e importante comentario. La concisión no te abandona. Todavía recuerdo haber escrito el 2 de septiembre de 2004 (LEA #102) lo siguiente:
Por surcar mejor agua alza las velas
ahora la navecilla de mi ingenio,
que un mar tan cruel detrás de sí abandona;
y cantaré de aquel segundo reino
donde el humano espíritu se purga
y de subir al cielo se hace digno.
Los versos que anteceden corresponden a las dos primeras estrofas del Canto Primero del Purgatorio, Segunda Parte de La Divina Comedia, la obra magna de Dante Alighieri. He refrescado su lectura inducido por exacta caracterización de Mauricio Báez Cabrera, Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Pensilvania, Profesor del Post Grado en Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar, antes su Director.
El Dr. Báez tiene la propiedad de encapsular en sintéticas frases, a veces en una sola palabra sugestiva de una imagen también única, el significado de una compleja situación. Es como si hubiera dominado el arte de los haiku políticos. Hace pocos días observó: «Aquí estamos: en este purgatorio».
La imagen es perfecta, porque con un solo vocablo—Purgatorio—tres ideas encuentran expresión: primera, que allí se sufre penas terribles, pues no son agradables las llamas que abrazan a las ánimas en pena; segunda, que estas penas no son eternas, que tienen término y no durarán por siempre; tercera, que de allí no se sale para bajar, sino para ascender al Paraíso. Todo eso pudo sugerirlo el Dr. Báez con el íngrimo sustantivo de purgatorio.
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Creo que tu apuntación es crucial, y como no soy, como tú, ducho en el haiku político, reforzaré tu punto más extensamente, refrescando unos cuantos fragmentos de dos de las Cartas Semanales de doctorpolítico.
En la Carta Semanal #320, del 19 de febrero del año pasado, conté lo que sigue:
Hace unos días, en un sorprendente ejercicio de lucidez, por lo demás habitual en él, el Dr. Ramón J. Velásquez dibujó con hábil pincel grueso el trayecto histórico que nos ha traído a este insólito momento. Con toda la intención trazó la rúbrica de cierre: “El resultado de todo esto es que el país está dividido”.
¿Unir a “la oposición”, cuando la mitad de la nación no le está afiliada, sería la estrategia adecuada? Tal vez, pero la tarea política profunda es la de unir a ese país dividido. Es imposible completarla con altanería.
………
Luego, el 20 de agosto de 2009 inserté en la Carta Semanal #345 una conclusión que suscitó algún desacuerdo. Esto escribí:
Y sí, el deber es por encima de todo una emoción, la incomparable, a veces sublime emoción de creer que se hace lo que es correcto. Se puede estar equivocado en el deber, por supuesto, como puede estarse en el amor.
La relación de Hugo Chávez con la gente que ha aprobado sus ejecutorias debe principalmente entenderse como una de amor. Quienes le apoyan o apoyaban han partido, mayormente, de una plataforma afectiva. Y esto tiene carácter bilateral. No podría darse el amor de los pobres por Chávez si no hubiera amor de Chávez por los pobres, si no hubiera una empatía bidireccional.
Ningún estudio sobre la pobreza en Venezuela tiene que enseñar a Chávez qué es la pobreza. Él la conoce; él la vivió de cerca. La sufrió y sintió con injusticia, y cree que es la lucha por eliminarla su deber. Simplistamente, piensa que hay gente interesada en que existan pobres. Entiende mal su deber, pero su deber se funda en su amor.
Pero es un amor primitivo. No se expresa positivamente, sino como negación de quienes él piensa que hieren a sus pobres. Es un amor protector, paternalista, ejercido sobre un pueblo que entiende débil, ingenuo, inconsciente. Una mezcla patológica de ira, miedo, amor y deber determina su conducta.
Ahora que nos encontramos en el umbral del post-chavismo es importante entenderlo así. Si rechazamos de él su ira y su miedo, si su sentido del deber es retorcido y extraviado, no neguemos que también actúa por amor. La venganza no debe ser su sucesor.
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Como puedes ver, hago caso de tu admonición: “No olvidemos la reconciliación nacional luego de la partida del payaso del anacronismo”. Gracias, otra vez. LEA
Excelente comentario y totalmente de acuerdo con Mauricio.
El problema que tiene Venezuela es la articulación de intereses ciudadanos.
Gracias, Max. Bienvenido a estos pizarrones que puedes considerar tuyos.
En muchas oportunidades se ha hablado de «reconciliación» en términos sentimentales. Se pretende que la división y desconfianza entre distintos grupos de venezolanos ha sido creada por Chávez y que antes de su llegada vivíamos pacíficamente en una sociedad en la cual todos nos sentíamos iguales. Creo que ese estado idílico nunca existió y que Chávez ha magnificado un estado de cosas ya existente antes de su llegada. La desconfianza entre la mayoría del pueblo (los pardos) y las élites dominantes (los godos) es la misma de siempre, presente en Venezuela desde los tiempos coloniales y fundada, dicho sea de paso, en sólidas razones. Lo que realmente une a todos los venezolanos es la aspiración de progreso en términos occidentales, es decir, avance material, independencia financiera, desarrollo intelectual y espiritual; las grandes mayorías tienen siglos buscando el camino para materializar esa aspiración, cosa que hasta ahora ha sido posible sólo para una porción muy pequeña de la población, y es la élite intelectual y económica la que debe implantar el sistema que permita que esa aspiración se satisfaga. Ése es el reto fundamental: que el país valga la pena para todos. Si esto no se logra, la búsqueda no cesará y seguiremos experimentando caminos más o menos viables o ciertamente disparatados como el que recorremos actualmente. La reconciliación la interpreto no como un encuentro entre hermanos, en el cual las diferencias se ocultan o disimulan esperando que algunos grupos acepten una condición de ciudadanos de «segunda» en una armonía ilusoria (al mejor decir de Naím y Piñango). La reconciliación sólo será posible si el país sirve para todos, y esa empresa, la de convertir el país en una máquina de creación de valor para todos, requiere de una élite que se «apropie» el país, que decida de una vez por todas que el camino no es tener los dólares fuera y los pasajes comprados. No puede ser creíble ante las mayorías, ni puede ser reconocida como élite, una que es percibida con agenda oculta por el resto del país. Es necesario que haya evidencias de que estamos todos en el mismo barco, de lo contrario, no hay reconciliación posible.
Amigo Raúl: en la Carta Semanal #196 (2 de julio de 2006) de doctorpolítico, y antes en De héroes y de sabios (referéndum #26, 17 de junio de 1998), incluí un trozo que puede alinearse con tu pertinente comentario:
«Depende, por tanto, de la opinión que el líder tenga del grupo que aspira a conducir, el desempeño final de éste. Si el liderazgo nacional continúa desconfiando del pueblo venezolano, si le desprecia, si le cree holgazán y elemental, no obtendrá otra cosa que respuestas pobres congruentes con esa despreciativa imagen. Si, por lo contrario, confía en él, si procura que tenga cada vez más oportunidades de ejercitar su inteligencia, si le reta con grandes cosas, grandes cosas serán posibles».
Gracias por tu participación en este espacio, enteramente a tu disposición.
Hablando de síntesis y de amor, lo mejor que he escuchado en años, en boca de un líder opositor, lo escuché del alcalde Carlos Ocariz en la marcha del 23 de enero: «Es hora de enamorar a ese pueblo y no traicionarlo más nunca».
El Alcalde Ocariz ha demostrado que el pueblo, por más humilde que sea, responde cuando alguien se hace creíble.
Ocariz es mi alcalde, pues vivo en la Parroquia Leoncio Martínez del Municipio Sucre de Caracas. También lo es porque voté por él. El 4 de noviembre de 2004 había reportado (Carta Semanal #111 de doctorpolítico): «De los juveniles de Primero Justicia tal vez quien haya alcanzado más proyección política es, paradójicamente, el perdedor Carlos Ocariz. A menos de cuarenta y ocho horas de las votaciones concedió la victoria a su adversario, no sin destacar que había perdido por sólo 1.500 votos. De los ‘tres justicieros’ postulados a alcaldías caraqueñas—luego de que la mosquetera Hernández se retirara del centro de Caracas—fue el único que se midió en municipio de población mayormente proletaria, y estuvo a punto de ganar. Se ve claramente que hizo un buen trabajo». Es decir, no corrió a refugiarse en la falaz coartada del fraude, y en cambio asumió valientemente la verdad y la dijo. También consta en este blog mi opinión sobre él, en entrevista que me hiciera José Gregorio Graterol el 9 de mayo de 2008.
Lo que dijo hace seis días fue muy bueno, pero su construcción fue defectuosa: parecía haber admitido, en primera persona del plural, que «hemos» traicionado al pueblo. Éstas fueron sus palabras exactas:
«Hoy 23 de enero los invito hacer la más grande transformación que se ha hecho en Venezuela. Otros que hablen de división, que hablen de odio, de persecución. A los que estamos acá nos corresponde luchar en nombre del amor. Tenemos que amar a nuestro pueblo. Que los otros hablen de odio, nosotros hablamos de amor, y amor es enamorar a los más pobres. Nadie puede luchar contra eso. Y es por eso que estamos aquí en Petare, porque hemos demostrado amor a nuestro pueblo pero sobre todo que nunca más lo vamos a traicionar».
Un desliz del castellano, que debiera cuidar. En otros momentos ha incurrido en errores más importantes, ya políticos, como cuando se sumó sin pensarlo bien a la peregrina idea de convocar un referéndum abrogatorio de la Ley Orgánica de Educación. (Ver Carta Semanal #346). Sobre este espejismo alerté en la Nota Ocasional #21 de doctorpolítico. Por supuesto, Ocariz es de los líderes más refrescantes y bien enfocados de las nuevas generaciones. Es una lástima que su marco de actuación política, el partido Primero Justicia, aunque relativamente nuevo, sea enteramente convencional: un partido que depende de una ideología; esto es, de un planteamiento obsoleto.
Gracias de nuevo por tu participación.
Buenos días.
Acabo de ver la entrevista en Globovisión. Su planteamiento me parece interesantísimo para diagnosticar la situación del país y para lógicamente buscar los correctivos necesarios. Sin embargo, hablaba usted de una insuficiencia política de vieja data que se ha complicado con un Chávez que resulta ser «el cáncer». Lástima que desviaron el comentario, pero igual se produce el interrogante: ¿cuál es la única forma de detener el avance del cáncer en el organismo, cuando no es viable tratamiento alguno? ¡¡¡Felicitaciones!!! ¡¡Me gustó mucho su enfoque!!
Muchas gracias, María Teresa, por su generosa evaluación. En este mismo blog puede consultar Dictamen 2010, que precisamente expone el tema con más amplitud y detalle y propone un tratamiento. También puede escuchar un archivo de audio con la lectura de la sección final de ese dictamen, justamente la parte final de su sección terapéutica: Tratamiento del chavoma. Le doy la bienvenida a este espacio, que puede considerar suyo.
Doctor, un placer saludarlo a través de este medio, hoy tuve la suerte de seguir la entrevista que le realizó William Echeverria en Globovisión y decidí revisar su página, la cual por demás me ha parecido sumamente interesante. Soy militar naval retirado con el grado de Capitán de Corbeta (Mayor, en los tres componentes restantes) y doy fe de que mi retiro se debió a disidencias con el actual régimen de gobierno, afortunadamente un mes antes de la salida del Almirante Molina Tamayo a la palestra pública y cuatro antes de la farsa del 11 de abril, de la cual comentaré en otra oportunidad.
Quisiera a través de su prestigiosa página hacer algunos comentarios, los cuales en el ambiente político es imposible hacerlos, ya que los mismos operadores o gerentes de la política en el país, se niegan a aceptar o a permitir el ingreso de nuevos escenarios, ya que los mismos vendrían acompañados de nuevos actores y distintas visiones, lo cual dejaría a muchos de ellos sin la «teta».
En primera instancia, quiero informarle que como efecto de una lucha continua y perseverante en contra del gobierno actual, solicitaron mis servicios en el partido Alianza Bravo Pueblo, como Secretario de Organización del Estado Táchira, lo cual acepté como compromiso de lucha ante la sociedad que represento. Caso similar, se me solicitó mi colaboración como Coordinador Ejecutivo de la Unidad Democrática Tachirense en el Municipio Andres Bello del Estado Táchira, lo cual también acepté por las mismas circunstancias. Hoy en día he renunciado a ambos cargos, al primero por razones personales en contra de quienes ostentan un cargo sólo para su beneficio personal y que de manera irresponsable alimentan el descontento del colectivo, toda vez que sus procederes no se ajustan a las necesidades del pueblo, sino que siempre priva lo personal. Al segundo, por considerar que la unidad debe ser un estadio de compromiso moral para con la comunidad, en el cual se aparten los tintes políticos y se consolide un verdadero multicolor en donde ondee una sola bandera y se hable un solo idioma, independientemente de la lucha o sana competencia por resaltar ante los demás. No con esto victimizarme o dejar entrever que me considero superior a algunos, sino dejar claro el hecho de que existen reglas de juego y compromisos que todos debemos aceptar.
En segunda instancia, quisiera someter a su consideración, como experto analista político, el siguiente criterio personal: en mi condición militar, considero que conozco perfectamente el funcionamiento del pensamiento de quienes hemos alcanzado méritos dentro de la institución castrense, pese a que algunos no han logrado disociar el pensamiento militar del político. Es así como puedo garantizar que el pensamiento del Presidente y de muchos de sus colaboradores está basado en las estrategias de guerra, en un comportamiento de enfrentamiento constante y de arrinconamiento al «enemigo», incapaz de negociar y con un criterio de eliminar a quienes lo adversan. No obstante, en la sociedad política venezolana, hay quienes mantienen un ideal de tolerancia como plataforma. No los critico porque es su naturaleza, pero hay que entender en esta lucha la naturaleza de nuestro adversario. Es así como pretendemos que una marcha sin objetivos, que una cámara de televisión y que un discurso sutil, nos puede llevar a conquistar corazones políticos. Lo que pretendo hacerle llegar, es que el pueblo requiere de acciones contundentes, civilizadas pero basadas en estrategias que surtan efectos y los únicos que lo están logrando son los estudiantes, pero más preocupante aún, porque ellos no tienen la capacidad para dirigirnos y quienes la tienen pretenden manipularlos y eso hoy en día es imposible, por lo que entramos en una compleja paradoja, ya que la misma se descompone en múltiples dimensiones. El pueblo grita y clama por la aparición de un loco más loco que el loco; esa es la traducción inequívoca de la necesidad de un líder que desde ya comience su trayectoria con miras al 2012. ¿Pero cómo?, si los políticos no se ponen de acuerdo en las candidaturas de la AN y por lo visto nos llegará junio o julio sin candidatos.
Esta pelea se debe librar con objetivos claros, estrategias definidas, gente dedicada y comprometida con el análisis del día a día, pero ¿cómo conseguirlo?, si cada partido político concibe una estrategia para derrotar al vecino y no hay acuerdos multisectoriales. Creo que es la hora de que algunos tomen riendas diferentes y se incorporen a este nido de víboras o las desplacen si no reconocen su capacidad, y que de una vez por todas se le hable claro al país que tanto invoca la necesidad de salir de uno pero sin la existencia de otro. Todos los ni ni están en busca de este mesías, y la oposición consagrada en los partidos políticos estará de acuerdo con cualquiera que represente la oposición en el país, sea quien sea pero con nombre y apellido y que de una vez por todas salga a la palestra. Los únicos que no estarán de acuerdo son los que por siempre han tenido la «teta».
Saludos y un placer saludarlo.
PD: dos aclaratorias cortas Doctor.
Primero, sigo pensando que Antonio Ledezma, pese a su vinculación con la llamada cuarta república, sigue representando un modelo de perseverancia, arrojo y trabajo, digno de ser tomado encuenta. En mi exposición me refería a la dirigencia de mi Estado.
Segundo, disculpe mi despedida, estaba un tanto apurado y lo resaludé.
Gracias.
Pues dos saludos es mejor que uno solo. Gracias. La perseverancia, el arrojo y el trabajo, reconocible en Ledezma y muchos venezolanos más, no son cualidades suficientes. Es preciso tener tino en la dirección. Nuestros mejores políticos convencionales hacen política convencional. Por eso ninguno ha podido convencer a más de 3% de los electores (el que más). Nuevos saludos para usted, luego de haber contestado su amable, apasionada e interesante participación anterior.
Muchas gracias, capitán Colmenares (muy tachirense y rancio apellido). Agradezco su enjundiosa contribución a este blog y le invito a leer dos trabajos publicados en él, sobre temas y problemas que usted ha trajinado y explicado en su comunicación: Dictamen 2010, sobre la actual situación política venezolana, y Retrato hablado, en torno a la necesidad que usted expone de modo tan sintético: «Es la hora de que algunos tomen riendas diferentes».
Un saludo agradecido.
Estimado Doctor: acabo de hacer media hora de análisis escrito referente a RETRATO HABLADO. Le expuse mi criterio y lo excelente que me pareció. De igual forma, le transmití de algunos conocimientos teórico-prácticos de los que es el liderazgo y sus formas de manifestarse y al final le hablaba de lo fácil que yo veo la situación de LA CONTRAFIGURA DE CHAVEZ, toda vez que ya conocemos las características o las dotes que debe poseer este ciudadano. Sin embargo, al momento de enviar mi correspondencia, olvidé colocar nuevamente mi dirección de correo y mi nombre y ocurrió un error, el cual me costó la perdida del material reseñado. Sin embargo, y ahora como una síntesis, infiero que ya teniendo estas dotes y peculiaridades sólo debemos suministrarlas, en dosis grandes y controladas, a un ciudadano que posea el temple y la cordura y que no son necesarios los HEAD HUNTERS, porque el recurso humano es lo que nos sobra en el país; la materia gris es la que está escasa. Por último, señalaba que los únicos que no estarán de acuerdo son quienes por siempre han tenido la «teta». Le agradecería revisara el problema del error cuando no se coloca el nombre y el e-mail, ya que el mismo no le retorna a uno al escrito original, sino que toda la información se pierde. Muchas gracias y lástima, porque sé que mucha de la información que quería hacerle llegar se perdió y seguramente era un complemento valioso al presente.
Disculpe usted la gran cantidad de errores en el anterior escrito, pero realmente después de media hora escribiendo y haber perdido la información, esto me perturbó un poco y no revisé el mismo antes de enviarlo.
No debe preocuparse. A mí me han pasado cosas muy parecidas. Paciencia.
Siento mucho, Capitán, haberme perdido la plenitud de sus contribuciones, que usted afortunadamente sintetiza en su nuevo comentario con habilidad. Lamentablemente, no se trata de un error, sino de una condición del programa del blog, que requiere el nombre y la dirección electrónica para tramitar los comentarios. Éstos son revisados personalmente por mí para decidir su aprobación. Como se explica en la pestaña Contactos de la barra superior: «Siempre, por supuesto, puedes dejar comentarios en cualquiera de las entradas. Los comentarios serán revisados antes de mostrarlos en el blog, a fin de asegurar el cumplimiento de normas elementales de urbanidad electrónica. También podrán ser editados, en caso de que requieran alguna mínima corrección». Usted habrá notado alguna que otra coma o acento añadidos a los comentarios que ha colocado. A todos se nos escapa algún error de dedo o gazapo.
Una vez más, gracias por su atención y la generosa evaluación que me ofrece.
En varias oportunidades en el día de hoy en entrado a su página, a seguir revisando sus enfoques sobre la problemática actual de la política en nuestro país. Admiración y alegría me causa el ver, que no sólo yo sino un grupo de venezolanos preocupados por la situación y entusiasmados con su entrevista, nos hemos dado cita por primera vez en su blog. Reciba usted mis más sinceras palabras de elogio a tan fenomenal e indescriptible trabajo. Es gratificante el saber que después de lo narrado en mi primer escrito, me siento con la razón, al entender que realmente mis pasos van en la senda correcta y que la crítica que en todo momento he formulado a los gobernantes de turno y a quienes aspiran sucederlos, no es fundada en presunciones personales ni en visiones equívocas, sino que es el sentir de muchos que analizan el contexto global de los sucesos políticos de Venezuela.
En este orden de ideas, y después de haber leído algunas de sus correspondencias y artículos, solo me resta hacer la pregunta de rigor: ¿quién se encargará de organizar este desbarajuste? Sabemos que los políticos actuales y convencionales todos, tal cual usted los describe, no van a estar a la altura de la contrafigura de Chávez; todos sabemos que si no se impulsa una campaña de altura y con eximios candidatos a la AN, no vamos a lograr el objetivo de la mayoría. Entonces, ¿quién le va a poner el cascabel al gato?. Yo, humildemente, propongo: crear un Equipo de Coordinación Nacional que se encargue de transmitir toda la información que podamos difundir, en materia de terapia política, obviamente dirigida por usted. Brindar sus conocimientos a la mayor cantidad posible de estudiantes a nivel nacional, con la finalidad de establecer ese nuevo paradigma político en la juventud y por último, afianzar las bases para la entrada de esos quienes «tomen riendas diferentes y se incorporen a este nido de víboras o las desplacen si no reconocen su capacidad, y que de una vez por todas se le hable claro al país que tanto invoca la necesidad de salir de uno pero sin la existencia de otro».
Por último, y tal como lo señaló César Jaspe, ¿dónde y cuando es posible escucharlo personalmente? Pero no en un foro, sino en una reunión informal para presentar algunos de mis pequeños y modestos proyectos. Quizá no he recorrido en su totalidad la página, pero me interesaría su e-mail y si tiene Facebook me lo haga llegar. Reiterándole mis saludos y en la seguridad de su pronta respuesta. Un amigo. Vicente Colmenares.
Hola de nuevo, capitán Colmenares. En la pestaña Contacto de la barra superior del blog se consigue un enlace para escribir directamente a alcala@doctorpolitico.com. Creo que acierta usted al entrever que es la juventud un target primordial del nuevo paradigma clínico de la Política. Thomas Kuhn, el responsable del nuevo significado del término “paradigma” como marco mental (antes significaba sólo modelo o ejemplo), escribió: “…una verdad científica nueva no triunfa por el convencimiento de sus oponentes haciéndoles ver la luz, sino más bien porque sus oponentes mueren tarde o temprano, y surge una nueva generación familiarizada con aquél”.
Por ahora debo concentrarme en la atención y mantenimiento del blog, en el que coloqué unos novecientos archivos en diciembre. (Ya lleva más de mil). Hago esta labor completamente solo, sin asistentes, ni administrativos ni de contenido; consume un tiempo considerable. Tal vez más adelante esté más libre, y podré abrir tiempo para el tipo de reunión que usted me solicita. Entretanto, le ruego emplee la dirección mencionada para enterarme acerca de sus proyectos.
Gracias por su repetida atención.
Estimado Doctor, me quedé esperando una respuesta de mi último comentario, 29/01/2010 7:07 pm. Saludos.
Estimado Capitán: contesté su comentario el 30 de enero a las 10 y 17 minutos de la mañana. Podría usted ver la contestación al final de la página, resaltada en azul, pero para evitarle el esfuerzo la copio a continuación:
Hola de nuevo, capitán Colmenares. En la pestaña Contacto de la barra superior del blog se consigue un enlace para escribir directamente a alcala@doctorpolitico.com. Creo que acierta usted al entrever que es la juventud un target primordial del nuevo paradigma clínico de la Política. Thomas Kuhn, el responsable del nuevo significado del término “paradigma” como marco mental (antes significaba sólo modelo o ejemplo), escribió: “…una verdad científica nueva no triunfa por el convencimiento de sus oponentes haciéndoles ver la luz, sino más bien porque sus oponentes mueren tarde o temprano, y surge una nueva generación familiarizada con aquél”.
Por ahora debo concentrarme en la atención y mantenimiento del blog, en el que coloqué unos novecientos archivos en diciembre. (Ya lleva más de mil). Hago esta labor completamente solo, sin asistentes, ni administrativos ni de contenido; consume un tiempo considerable. Tal vez más adelante esté más libre, y podré abrir tiempo para el tipo de reunión que usted me solicita. Entretanto, le ruego emplee la dirección mencionada para enterarme acerca de sus proyectos.
Gracias por su repetida atención.
Doctor Luís Enrique: Muy interesante su disertación en la entrevista de Globovisión, desafortunadamente breve para la importancia del tema que desarrollaba. Tengo para ud. 2 preguntas: ¿dónde y cuando es posible escucharlo personalmente? y ¿qué practicidad y efectividad tiene salir «del payaso», sí queda «el resto del circo», representado en los antivalores y hábitos perniciosos que como individuos y sociedad mantenemos? Bien lo señaló Ud.: «el proceso patológico social/político no es nuevo ni exclusivo del chavismo; tiene vieja data, sólo que con Chávez se ha agravado». MIL GRACIAS POR SU GENTIL RESPUESTA.
Por los momentos, es este blog el escenario para el contacto. Espero concretar pronto la oferta de un curso básico de Introducción a la Política Clínica. Le ruego estar pendiente del anuncio aquí: Servicios.
En cuanto al segundo y muy complicado tema, le ruego considerar la lectura de Dictamen 2010, o escuchar la lectura de su sección final: Tratamiento del Chavoma. Y a pesar de la limitación de los individuos, del enjambre ciudadano como conjunto emerge una inteligencia colectiva. Se trata de una propiedad emergente, como nos enseña la moderna ciencia de los sistemas complejos. Copio acá el reporte que del punto hice en Marcos para la interpretación de la libre empresa en Venezuela:
«…la más moderna y poderosa corriente del pensamiento científico en general, y del pensamiento social en particular, ha debido admitir esta realidad de los sistemas complejos: que éstos—el clima, la ecología, el sistema nervioso, la corteza terrestre, la sociedad—exhiben en su conjunto ‘propiedades emergentes’ a pesar de que estas mismas propiedades no se hallen en sus componentes individuales. En ilustración de Ilya Prigogine, Premio Nóbel de Química: si ante un ejército de hormigas que se desplaza por una pared, uno fija la atención en cualquier hormiga elegida al azar, podrá notar que la hormiga en cuestión despliega un comportamiento verdaderamente errático. El pequeño insecto se dirigirá hacia adelante, luego se detendrá, dará una vuelta, se comunicará con una vecina, tornará a darse vuelta, etcétera. Pero el conjunto de las hormigas tendrá una dirección claramente definida. Como lo ponen técnicamente Gregoire Nicolis y el mismo Ilya Prigogine en ‘Exploring Complexity’ (Freeman, 1989): ‘Lo que es más sorprendente en muchas sociedades de insectos es la existencia de dos escalas: una a nivel del individuo y otra a nivel de la sociedad como conjunto donde, a pesar de la ineficiencia e impredecibilidad de los individuos, se desarrollan patrones coherentes característicos de la especie a la escala de toda la colonia’. Hoy en día no es necesario suponer la racionalidad individual para postular la racionalidad del conjunto: el mercado es un mecanismo eficiente independientemente y por encima de la lógica de las decisiones individuales.
Es esta característica natural de los sistemas complejos el más poderoso fundamento de la democracia y el mercado. A pesar de la imperfección política de los ciudadanos concretos, la democracia sabe encontrar el bien común mejor que otras formas de gobierno; a pesar de la imperfección económica de los consumidores el mercado es preferible como distribuidor social».
Nada, por supuesto, se logra de inmediato, a corto plazo. La mejor política es un trabajo que nunca termina.
Muchas gracias por su comentario y aporte. Le invito a continuar visitando estas páginas.
Un saludo muy cordial y de alta estima.
En la mañana vi su programa y quedé muy impresionado de su charla, con el extraordinario conductor del programa desnudando la noticia, y ello me llevó a abrir su página, lo que me dio una gran satisfacción al saber que en Venezuela existe gente como Ud., que piensa con el corazón y con el cerebro. Ya yo voy para las nueve décadas de vida, y he visto y conocido muchos presidentes y políticos desde Juan Vicente Gómez, hasta llegar al desastre que es Hugo Chávez, que a mi verdad es el más despiadado de todos, por la simple razón de que él ni quiere a su Patria y deja muy atrás el gentilicio de nosotros los venezolanos. Es más, siente un profundo desprecio de los que lo adversan. Creo que Ud. debería ser un elegible para regir los destinos del País, porque sería en mi opinión quien uniría al pueblo que dividió el actual señor feudal. Un saludo y apretón de mano de un venezolano que antes de morir desea ver a su Patria en PAZ Y UNIDA. UNA VEZ MÁS, GRACIAS POR SU EXTRAORDINARIA VOLUNTAD DE BUEN CIUDADANO, Y Que Dios le guíe por el mejor camino al destino que tiene trazado en la vida.
Don Rubén: lo que usted explica me llega a lo profundo y me compromete, me abruma de azoro y agradecimiento. Debe ser triste para usted, un testigo de excepción que vio primero las dictaduras de la primera mitad del siglo XX ser sucedidas por la esperanza de la democracia, asistir a la involución anacrónica representada por el presidente Chávez.
No pierda usted el optimismo, se lo ruego. Le invito cordialmente a leer Lo que viene, un comentario que inserté en este blog el 2 de enero, comenzando este año.
Dos son mis proverbios favoritos; uno, árabe, dice simplemente: «La mejor venganza es ser feliz». El otro es, en verdad, una declaración de Don Pedro Grases: «La bondad nunca se equivoca». Es la maldad la que, dominante un tiempo, está condenada al más estrepitoso fracaso. Eso es lo que estamos viendo en estos días: el más rotundo fracaso del régimen de Hugo Chávez.
Le quedo grandemente agradecido.