Franela de un nuevo partido

«Un sector de la población tiene la expectativa de que la dirigencia le hable de igualdad, ética, productividad, respeto y diálogo”. Esto dijo a Hernán Lugo-Galicia, periodista de El Nacional, el abogado Henri Falcón en entrevista publicada el 2 de este mes de mayo.

Pues bien, si uno pone a Google a buscar «Hugo Chávez» + «igualdad», obtiene alrededor de 216.000 resultados; ese nombre junto con «ética» rinde 495.000 resultados. Si «ética» se cambia a «productividad», la búsqueda reporta sólo 87.600 resultados; si en lugar de este último término se pone «respeto», la cuenta sube a 636.000 páginas encontradas; si, por último, la conjunción se hace de Hugo Chávez con «diálogo», entonces Google halla 642.000 páginas en la Internet.

No todas las páginas identificadas por el poderoso buscador establecen asociaciones positivas entre los términos; por ejemplo, Google encuentra una página en la que se pregunta: «¿Es ético ante sus ciudadanos, que Hugo Chávez aporte miles de millones a otros países?» Pero, en general, la mayoría de las menciones tiene que ver con declaraciones, discursos, cadenas, artículos o tweets del locuaz presidente hablando de esas cosas. Chávez habla mucho de igualdad, ética—“Moral y ética son factores fundamentales de una Revolución», «La votación del referendo constitucional ayer en Venezuela demostró la ética de la Revolución bolivariana»—, respeto y diálogo («Hugo Chávez insiste en que necesita tener diálogo personal con Marulanda», «Chávez dispuesto a diálogo con Uribe», «El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reiteró este domingo su disposición de buscar el diálogo con el próximo Gobierno de Colombia»).

Por Google: «Julio Borges» + «diálogo» = 25.200 resultados; «Manuel Rosales» + «igualdad» = 14.400 páginas («Destacó [Manuel Rosales] que ante la autocracia, esta agrupación política construye una democracia social para todos, con todos y de todos, donde se imponga el pluralismo y la igualdad»); «Teodoro Petkoff» + «respeto» = 46.900 menciones; «Henri Falcón» + «productividad» = 7.270 hallazgos; «Henry Ramos Allup» + «ética» = 1.140 resultados.

Se habla mucho en el país—unos más, otros menos—de «igualdad, ética, productividad, respeto y diálogo”. Uno no ve por qué «un sector de la población tiene la expectativa de que la dirigencia le hable» todavía más de estas cosas.

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La población venezolana no quiere que se le hable; quiere que se le muestre. A ella se le ha hablado ya bastante. Lo que los venezolanos queremos es ver conductas, no escuchar palabras. Los políticos venezolanos, como los de cualquier parte del mundo, han hablado en exceso desde que se inauguró la República, y ahora el Presidente de la República no sabe callar.

Es acción y no palabra lo que se requiere. El país no está mejor porque un partido diga democracia social en lugar de socialdemocracia, o el gobernador de Lara mencione un socialismo ético y productivo en vez del socialismo del siglo XXI. No hemos progresado un ápice desde que se dice protagónico, endógeno, vertical (como adjetivo de gallinero), participativa, pentapolar o revolución.

De la trayectoria conocida de Henri Falcón puede decirse sin temer al error que es persona de diálogo y respeto. Es hombre que dialoga, sin duda, y su trato público es habitualmente respetuoso. Así lo saben los larenses, partidarios u opositores de sus acciones políticas.

Lo de productividad e igualdad no puede atribuírsele personalmente, puesto que ellas son propiedades de las cosas. (DRAE: igualdad. 1. f. Conformidad de algo con otra cosa en naturaleza, forma, calidad o cantidad. productividad. 1. f. Cualidad de productivo). Si acaso, pudiera medirse cuán eficazmente procura que todos seamos iguales o resultemos bastante productivos.

Lo de ética ya es más peliagudo. Es muy poco probable que alguien pueda juzgar con autoridad la ética de otra persona, a pesar de que alegremente sea precisamente eso una práctica común de los políticos convencionales, que se la pasan acusando a sus enemigos de falta de esa cualidad. No tengo la más mínima base para sugerir siquiera que la personalidad de Henri Falcón sea en su conjunto carente de ética; es más: presumo justamente lo contrario.

Pero sí encuentro poco ético que busque posicionarse como el representante de una mayoría no alineada, que «rechaza los extremos radicales de la oposición y del Gobierno» (entrevista a Lugo-Galicia), como líder de una avenida nueva. («¿Llamarlo jefe de los ni-ni sería un mote correcto?», le preguntó Ernesto Campo, e insistió Falcón: «Hay una mayoría de venezolanos que rechaza los extremos y está pidiendo a gritos diálogo, entendimiento, productividad. Está pidiendo respeto. Sobre la base de esa mayoría se puede lograr la construcción de una opción que le hable al país en esos términos»). Otra vez hablar, otra vez lo mismo.

No es ético después de que apoyara a Hugo Chávez durante once años, e hiciera abundante usufructo político de su asociación con él. (“Recibo este triunfo con mucha humildad y sólo pido que me dejen trabajar de la mano del Presidente de la República, Hugo Chávez Frías”. Henri Falcón, 24 de noviembre de 2008). A mí me suena eso a oportunismo. (DRAE: oportunismo. 1. m. Actitud o conducta sociopolítica, económica, etc., que prescinde en cierta medida de los principios fundamentales, tomando en cuenta las circunstancias de tiempo y lugar. U. t. en sent. peyor. 2. m. Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones).

Y Henri Falcón sí parece ser hombre de circunstancias. Cuando Hernán Lugo-Galicia le preguntó si no era verdad que un gobernante sectario (en alusión a Hugo Chávez) es peligroso para la democracia, lo primero que vino a la boca de Henri Falcón fue esta respuesta: «Eso depende del momento y sus circunstancias». Ahora cree que éste es su momento. LEA

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