Un desarrollo innovador es la consecuencia más positiva del sangriento incidente del Mavi Marmara, el buque de bandera turca en el que perecieran violentamente nueve de sus pasajeros el pasado 31 de mayo, luego del abordaje que sufriera a manos de comandos israelíes para impedir su arribo a la Franja de Gaza con cargamento de auxilio. Israel ha anunciado que levantará su prohibición a la entrada de una amplia variedad de productos de uso civil, en efecto aflojando considerablemente el bloqueo económico contra la controversial provincia palestina. El propio Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quiso deslindarse del bloqueo anteayer, al comentar en la Knesset que la medida era una política que había heredado del bloqueo anterior. Para algo sirvieron los nueve asesinatos.
La decisión es el resultado de negociaciones de Israel con Tony Blair, quien actuó en representación del Cuarteto del Medio Oriente: las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia. El alcance del acuerdo deja mucho que desear, pero es al menos una señal de que Israel comienza a reconocer la futilidad de una estrategia acordada hace cuatro años con los gobiernos árabes moderados en el área: la imposición de sufrimiento económico sobre los habitantes de la franja en la esperanza de que dejaran de apoyar al movimiento radical Hamas.
El bloqueo no ha funcionado para ese propósito, y en general puede decirse que no funciona con otras sociedades, como la cubana o la norcoreana o la iraní. Ahora Irán se prepara para hacer llegar un barco suyo a Gaza, en una movida peligrosísima, pues pondría en curso de colisión directa a dos países que están más enemistados que nunca desde la llegada de Mahmoud Ahmadinejad al poder.
Una nación en particular pudiera intervenir para desactivar esta peligrosa situación: Turquía, cuya imagen salió fortalecida del incidente del Mavi Marmara a partir de su posición dura contra Israel. Ningún otro país tiene mayores posibilidades de disuadir a los iraníes del anunciado envío a Gaza, que los israelíes interpretarían como provocación y que ya han dicho que impedirán.
Habría que ver hasta dónde está Ahmadinejad dispuesto a llegar si el barco Hijos de Gaza, que se prepara a dejar el puerto de Bandar Abbas el domingo de esta semana, para una travesía de dos semanas rumbo a Gaza, es apresado por las fuerzas de Israel. Los israelíes, se sabe, están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias frente a un gobierno iraní que los quiere borrados del mapa. LEA
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