Los timoratos ricachones que pretenden salvarse de una previsible degollina chavista están ellos mismos anudándose la soga al cuello.
Luis Enrique Alcalá
El efecto Munich, Diario La Verdad, Maracaibo, septiembre de 1998
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Uno se pregunta de qué sirvió la defenestración de Alberto Federico Ravell, ex Director General de Globovisión. Supuestamente, su cabeza compraría la inmunidad de Guillermo Zuloaga y Nelson Mezerhane, así como la supervivencia de la combativa planta televisora.
El 11 de febrero de este año se anunció la salida de Ravell; la planta no ofreció ninguna explicación convincente de la ominosa decisión corporativa. Justamente una semana después, Ravell daba una rueda de prensa para explicar cómo las presiones gubernamentales tenían tiempo buscando que Mezerhane lograra adquirir las acciones de Zuloaga, el socio más grande, y las suyas. Luego, banquero y gobierno se entenderían para permitir a éste el control de las transmisiones. Entre los villanos de este intento de extorsión, Ravell nombró a José Vicente Rangel, Isaías Rodríguez, Alí Rodríguez y Nelson Merentes.
El ablandamiento de Mezerhane es más antiguo que el intentado contra Zuloaga, el que ha incluido la acusación de acaparamiento de vehículos y por prédica antidemocrática en el exterior. Mezerhane, en cambio, estuvo preso como presunto autor intelectual del asesinato de Danilo Anderson, sobre la base de un testigo mitómano (“estrella”), bastante antes de que se enfilara contra sus intereses financieros.
Ahora resulta que tanto Guillermo Zuloaga como Nelson Mezerhane están fuera del país mientras pesan en su contra órdenes de captura policial, emitidas por tribunales nacionales y ampliadas por solicitudes a Interpol. La cesantía de Alberto Federico Ravell sólo sació el apetito oficialista por unos cuatro meses.
El canal trabaja ahora en un clima de desconcierto y temor. Sus empleados cuentan los días que tomará al hacha del gobierno decapitar su autonomía informativa. La intervención del Banco Federal y las empresas financieras relacionadas, la expropiación de un yate, no es lo que en realidad interesa al gobierno; lo que busca el gobierno es poner su mano a las acciones de Mezerhane en Globovisión.
Por eso es que uno se pregunta: con Zuloaga y Mezerhane fuera de juego, ¿no será tiempo de que el experimentado y aguerrido Ravell regrese a su cargo de Director General de Globovisión, donde tanta falta hace su liderazgo?
El miedo no calma la furia del perro rabioso. LEA
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