Actualización: Una voz entona una melodía disonante del coro formado por Hinterlaces, Consultores 30.11, IVAD, Dinámica Venezuela (51,4% Chávez-33% Capriles) y GIS XXI: se trata de la respetada Consultores XXI, que ayer 22 de marzo fue citada por Bloomberg según información telefónica aportada por Saúl Cabrera, su Vicepresidente. El diario El Universal recoge hoy lo publicado por la agencia estadounidense: «Según un estudio de opinión de la firma Consultores 21, el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, y el gobernador de Miranda y candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, tienen un empate técnico cuando faltan siete meses para las elecciones presidenciales. Chávez y Capriles están empatados (46% a 45%) en la intención de voto, según la más reciente encuesta». Dice la nota que este dato proviene de una muestra de 2.000 entrevistados entre el 3 y el 13 de marzo. De Datanálisis, que terminó labor de campo hace cinco días, se conocerá su medición en breve.
Por su parte, El Nuevo Herald trae hoy la información de Consultores XXI y explicaciones adicionales de Patricia Ruggeri (Consultores XXI), Oscar Schemel (Hinterlaces) y José Antonio Gil (Datanálisis).
denial. Psychology: failure to acknowledge an unacceptable truth or emotion or to admit it into consciousness, used as a defense mechanism: you’re living in denial.
Oxford American Dictionaries
En suma, un nuevo mensajero viene a traer malas noticias, muy malas, al candidato, la dirigencia y la clientela opositoras, que insisten en la polarización. Puesto a hacer mi propio pronóstico, creo que al menos el primero y la segunda se negarán a aceptar tan desalentadora lectura, con terco y estéril heroísmo.
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Los mecanismos de defensa clásicos, como los enumerara y describiera Sigmund Freud son, en orden decreciente de sofisticación, la sublimación, la proyección y la negación. El primero desvía o modifica el impulso instintivo de defensa de la culpa, para convertirlo en una actividad culturalmente superior o socialmente más aceptable. El segundo proyecta en otra persona la culpa que nos acosa; le atribuimos precisamente el defecto que tenemos. La negación es el mecanismo más primitivo; en el niño de corta edad lo lleva a decir «Yo no fui» cuando acaba de romper el jarrón, y en el adulto es una defensa que consiste, como dice el Diccionario Oxford, en un fracaso en reconocer una verdad o una emoción inaceptables o en admitirlas a la conciencia. Ante tres o cuatro reportes en fila que miden una considerable ventaja de Hugo Chávez sobre Henrique Capriles en lo tocante a intención de voto, han emergido ya las esperables negaciones.
Antonio Sánchez García, en artículo en el que ni siquiera escribe correctamente el apellido Radonski, cree despachar las mediciones calificándolas de «encuestas amañadas que enriquecen a personajillos inescrupulosos de muy triste fama». No ofrece ni un solo registro reciente que contradiga lo anunciado por Hinterlaces, Consultores 30.11 y, más recientemente, el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD).
Otros elaboran teoremas. Luego de la nota en este blog sobre lo mostrado por IVAD, un estimado amigo me interpeló por Twitter: «@doctorpolitico ¿te has preguntado cuántos votos representa el 26% que le da IVAD a Capriles?» Él mismo se contestó en un tweet dirigido a sus seguidores en general: «Según la encuesta IVAD, @hcapriles (ergo, la oposición) sacaría hoy 3.591.000 votos. Hay que ser descarados, carajo». Este estilo lingüístico no es característico en mi amigo, habitualmente de disposición muy educada, por lo que el ajo delata un estado emocional perturbado. En el fondo, se le hace difícil creer que la cifra que IVAD expresara en términos porcentuales sólo equivaliera al doble de los votos obtenidos por HCR el 12 de febrero; según su infundado razonamiento el total de un poco más de tres millones de votos emitidos en esa fecha ha sido automática e instantáneamente transferido a Capriles, y por tal razón le parece que la atribución de sólo medio millón más es un descaro de Félix Seijas.
Otra amiga me escribió diciendo que no entendía las encuestas. Si Capriles «iba» a ganar seguramente en Miranda, Carabobo, Zulia y el resto de los estados más poblados ¿cómo era posible que Chávez le sacara una ventaja tan grande? Otro más preguntó: «¿no decían todas las encuestas que en las primarias votarían entre un millón y un millón y medio y, en realidad, 3 millones de personas se movilizaron a votar? ¿Por qué creer en estas encuestas? El punto es ¿se puede creer en encuestas en un ambiente político tan viciado como el venezolano?» A la primera le pedí que me informara de dónde obtenía la información de que Capriles ganaría indefectiblemente en los centros más poblados. ¿De alguna encuesta de las que dice no entender? No he recibido respuesta. Al segundo le puse:
No es verdad que todas las encuestas predijeran 1,5 millones de votantes en las primarias. Primero, porque las encuestas no predicen; son tan sólo una fotografía—mejor o peor tomada—del estado de la opinión en un momento dado. Segundo, por mencionar sólo un caso, Consultores 21 midió (5 al 15 de diciembre de 2011) una intención de ir a votar de 28,05%; como puse en Dos instantáneas (24 de enero), «Si el registro de la encuesta de hace un mes se tradujera en la asistencia efectiva de 28% del registro electoral, se presentaría a las mesas primarias un total de 5.134.895 electores», lo que es bastante más de 3 millones y, por supuesto, mucho más que 1 millón y medio.
Ud. puede hacer lo que le plazca. Es su elección creer o no en las encuestas, y hacerse la pregunta que me envía cuando sus resultados no se conforman a sus deseos. En general, las encuestas de empresas más o menos serias—Datos, IVAD, Consultores 21, Alfredo Keller, Hinterlaces, Datanálisis—, con equivocaciones ocasionales, han medido correctamente los estados de opinión. Por ejemplo, absolutamente todas midieron que el gobierno saldría airoso del referendo revocatorio, a pesar de lo cual la Coordinadora Democrática, madre de la MUD, optó por «viciar el ambiente político venezolano» con la infundada acusación de fraude. Vea, por favor, Suma contra gentiles abstencionistas.
Ayer me tropecé con una amiga en la espera de una agencia bancaria. Admitía que la candidatura de Capriles parecía ser una causa perdida y de inmediato añadió: «Pero hay que seguir apoyándolo».
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Todas las personas mencionadas son, como el suscrito—por ahora—, meros observadores del proceso político venezolano. Hoy ha salido un profesional a contrarrestar el impacto letal de las cifras conocidas: nadie menos que el Jefe del Comando de Campaña de Capriles Radonski, Armando Briquet. En declaraciones ofrecidas al diario El Universal, dijo: «Mal podemos salirnos de nuestro foco para responder lo que ellos quieren que les respondamos sobre sus encuestas de PowerPoint. Estamos en la fase de conversar, buscar esos consensos que nos van a llevar al progreso y no vamos a salir de ahí porque salgan encuestadores vinculados al Gobierno a decir que nos están ganando con unas cifras absurdas. Ninguna elección en Venezuela ha quedado con ese resultado que ellos pretenden decir que está sucediendo». (Chávez ganó a Rosales en 2006 por unos 26 puntos de ventaja: 62,84% a 36,9%; IVAD habla de 29,9 puntos de ventaja de Chávez sobre Capriles, pero Hinterlaces ha medido la cosa en la ganga de 18%). Briquet atribuyó a «la desesperación por la avalancha que se ha generado en la alternativa democrática» lo que califica de insistencia en crear una matriz de opinión falsa. Y a continuación argumentó. «Las primarias del 12F fueron la encuesta más importante, esos más de tres millones de votantes representan más del 54% de la votación alternativa que sacamos en 2010. El Gobierno y el PSUV no han logrado nunca esa convocatoria».
Después mencionó a una sola encuestadora por nombre y apellido: GIS XXI, que dirige Jesse Chacón: «Cuando llega una encuestadora claramente identificada con el Gobierno, porque es un ex ministro el que la dirige, la gente no siempre dice lo que piensa». (Por cierto, este blog no se ha molestado en reportar cifras de esa firma). Finalmente adelantó su conclusión: «Ésta es una mentira más en la que el Gobierno se apoya para vender una realidad que no existe. Es imposible haber vivido las primarias y decir que eso es una minoría absoluta en Venezuela, eso no se compagina con la realidad». (Añadamos un comentario en la web de El Universal sobre las declaraciones de Briquet: «El chavismo no termina de entender el mensaje de la encuesta nacional más importante realizada en estos trece años: 52 vs. 48 en las elecciones de la AN»).
Bueno, recapitulemos comenzando por precisar esto último, que es argumento también usado por Sánchez García: «Es la impunidad de uno de los más graves crímenes de opinión y manipulación de la conciencia ciudadana que hayamos sufrido. Tolerado y hasta auspiciado incluso por las dirigencias opositoras, al extremo de que la misma encuestadora puede cubrir las demandas del gobierno y de la oposición, como sucede con muchas de ellas. En especial de las utilizadas en este caso, en que irrumpen en los medios, a días de que la oposición demostrara estar en posesión de un 30% de población electoral dura, fácilmente dimensionable al 52% obtenido en las elecciones parlamentarias de hace algunos meses, la insólita noticia de que Chávez aventaja a Capriles por 30 puntos».
Las elecciones del 26 de septiembre de 2010 contabilizaron 48,13% de los votos a favor del PSUV y sus aliados y 47,22% para los candidatos de la MUD. El PPT corrió aparte—Henri Falcón no había desechado de un todo su pretensión de ubicarse como líder de los no alineados—y obtuvo 3,14% de la votación. Es la suma de MUD y PPT lo que da 50,36% para lo no chavista, no 52%. La diferencia está en los votos nulos.
Pero es que no hay una correlación impepinable entre la votación de una elección presidencial y una para elegir otros cuerpos o mandatarios. Por ejemplo, en dos elecciones separadas por menos de un mes, las elecciones de gobernadores en 1998 (8 de noviembre) y las presidenciales de ese mismo año (6 de diciembre), la suma de votos a favor del MVR (14,26%), el MAS (10,42%), el PCV (0,68%) y PPT (3,01%) alcanzó a 28,37% en la primera oportunidad. Veintiocho días más tarde, la coalición nucleada alrededor del MVR llevó a Hugo Chávez, por primera vez, a la Presidencia de la República con 56,2% de la votación, o el doble en términos porcentuales de la elección regional.
Por otra parte, que el gobierno y el PSUV no hayan logrado nunca reunir a tres millones de votantes en unas elecciones primarias para seleccionar su candidato presidencial pudiera deberse al hecho simple de que jamás las han hecho para ese fin, puesto que Hugo Chávez prefiere ungirse a sí mismo. (En las que hizo para determinar sus candidatos en 2010 a la Asamblea Nacional, el PSUV reunió a 2.575.000 votantes). Y sugerir que los entrevistados por GIS XXI contestan con aprensión, suena a una explicación ad hoc que no cuestiona las cifras en sí mismas que haya podido obtener, así como destacar que el 12 de febrero votó el 54% de los que eligieron diputados de la MUD y el PPT equivale a reconocer que en esa fecha dejó de reportarse el 46% de los votantes de oposición.
Finalmente, ni mis angustiados corresponsales, ni el furibundo Sánchez García, ni el jefe Briquet han aducido un solo número proveniente de alguna otra encuestadora. Por lo menos para el público que se nutre de noticias en los medios de comunicación, las encuestadoras Datos, Datanálisis, Consultores 21 y Alfredo Keller protagonizan ahora una película silente, tal vez en la moda de The artist, ganadora del Oscar (y no precisamente Schemel). Todas ellas, Sr. Briquet, acostumbran usar el más difundido programa de presentaciones: MS PowerPoint.
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La amiga que insistió en que había que apoyar a Capriles a pesar de lo que indican los registros de opinión conocidos hasta ahora, no quiere bajarse del «Autobús del Progreso» que parece dirigirse inercialmente a un mortal precipicio. No deja de haber hermosura en su propensión al martirio, pero le sugeriría considerar el más famoso episodio de la generalmente absurda Guerra de Crimea.
El 25 de octubre de 1854 tuvo lugar la batalla de Balaklava. Tropas inglesas, francesas y turcas sitiaban Sebastopol, y el ejército ruso intentó romper el asedio y descalabrar el suministro británico desde el mar. (Negro). Dos empujones iniciales fueron repelidos, pero en un momento del tercero una orden mal emitida o interpretada condujo al desastre. Se ordenó que la caballería inglesa participara en un asalto especial, el que tenía como propósito impedir que los rusos pudieran salvar sus cañones en la previsible retirada. La misión recayó sobre la Brigada Ligera de Caballería, mandada por lord Cardigan y compuesta por un poco menos de setecientos jinetes, en su mayoría gente muy joven. Así cargaron, armados con lanzas y sables, cayendo sobre las baterías eslavas para verse irremisiblemente bombardeados por artillería desde todos los flancos. El resultado fue, por supuesto, una carnicería; Cardigan relataría después en un discurso: «En los dos regimientos que tuve el honor de conducir, todo oficial, con una excepción, fue o muerto o herido, o su corcel fue cañoneado bajo su monta o lesionado». Los que lograron reagruparse a duras penas, inexplicablemente sin apoyo inglés pero con el misericordioso rescate de los franceses, pudieron salvar apenas 195 caballos. Bajas humanas: 245 entre muertos y heridos, más de la tercera parte del cuerpo ligero.
Fue un momento táctico de tal dramatismo que tiene nombre propio escrito con mayúsculas—Carga de la Caballería Ligera—e inspiró, entre otras cosas, himnos, investigaciones parlamentarias, dos películas (1936 y 1968) y referencia en otras dos (The Eagle Has Landed, Saving Private Ryan), innumerables ensayos, varias piezas de música rock y los versos inmortales de Alfred Lord Tennyson: «¡Adelante, la Brigada Ligera! ¿Alguno desfalleció? No, aunque el soldado supiera que alguien cometió un error, no era cosa suya replicar, ni preguntarse el por qué, sólo cumplir con su deber y morir». (Theirs not to reason why / Theirs but to do and die). Jóvenes hermosamente uniformados fueron, en hermoso sacrificio, pasto de cañones.
Nada de lo antedicho pretende negar todo mérito en el esfuerzo de Capriles; debe aceptarse que el asunto es conmovedor. Miles de personas trabajan ahora noche y día para potenciar su candidatura con dedicación digna de mejor causa. Pero el mariscal francés Pierre Bosquet, destacado actor en la guerra de Crimea, herido él mismo, se pronunció sobre la suicida Carga de la Brigada Ligera en estos términos: «C’est magnifique, mais ce n’est pas la guerre». LEA
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Hola LEA. Creo que este pajarito pió tarde. Me parece que a estas alturas un güirigay de encuestas sólo serviría para detener en parte la caída libre. Más aún, si diésemos por bueno el empate técnico hoy, seguiría siendo un escenario muy difícil. Creo que el punto está en que en el conflicto sobre la interpretación de la sociedad venezolana hay una parte grande y otra más pequeña, y la parte que no está en conflicto no quiere ni pensar en saltos al vacío. Otra cosa, hay que distinguir entre El Nuevo Herald y el Miami Herald. Son dos diarios muy diferentes. Saludo
Consultores 21 es la encuestadora del comando de Capriles. Por mi parte, anticipé hace tres días que hablaría de “empate técnico”. No podían poner a Capriles ganando porque la cosa habría sido aun menos creíble.
Llama la atención la siguiente secuencia: recibí la nota de Bloomberg por correo antes de que la agencia tuviera la noticia en su web. Una búsqueda por Google no dio nada, y en la propia web de Bloomberg no se daban por enterados. Conseguí sólo un párrafo insertado en una nota sobre Chávez colocando militares en puestos clave. Más tarde, apareció por fin el texto que había recibido por correo, después que yo hubiera informado de esta situación a quien me lo enviara.
Igualmente llama la atención que Consultores 21 haya optado por colocar la información en un medio extranjero, Bloomberg, recogida luego por El Nuevo Herald, también un periódico estadounidense. (¿Tendrá, por alguna razón, la encuestadora miedo o vergüenza de contactar a los medios de acá?) Las declaraciones fueron rebotadas por El Universal, en noticia poco destacada, y este diario no dijo nada de Hinterlaces o IVAD en su momento. En mi blog, que se lee en salas situacionales del gobierno y, por supuesto, en el comando de Capriles, había puesto: “Finalmente, ni mis angustiados corresponsales, ni el furibundo Sánchez García, ni el jefe Briquet han aducido un solo número proveniente de alguna otra encuestadora”. Fue sólo después de eso que apareció la nota de Bloomberg, al día siguiente.
Luis Enrique: creo que el proceso político actual es muy incierto. El tema del cáncer de Chávez ha introducido un factor aleatorio en el cual varios escenarios son posibles de realizar. Hay personas que piensan que el cáncer de Chávez es una treta de Fidel y Raúl, para llamar la atención sobre Chávez y fortalecer los vínculos afectivos con efecto en las elecciones a su favor. ¿Es ello posible? Otros piensan que la actitud de Chávez es la de ser un hombre fuerte y resistente y que, a pesar de su enfermedad, se va a superar y lograr la victoria electoral. De este modo, si el mal continúa, el cambio político ocurrirá, ya bajo un nuevo gobierno del chavismo, con una oposición desmoralizada y desunida luego de la derrota.
Chávez está apostando en las dos estrategias, de modo de asegurar su triunfo. Si a ello se agrega el tema de las encuestas, cuyo objetivo es mostrar una debilidad de Capriles y la MUD, bajo el sentido de que es mejor que se retire ante una derrota aplastante, se logra convencer a muchos de que Chávez es inderrotable.
A pesar de que estamos en abril, prácticamente con una Semana Santa de por medio, que congela y hace olvidar a la gente, considero temprano poder hacer un pronóstico. Capriles tiene una campaña de peregrinaje al estilo LHC, con un mensaje de progreso y esperanza, sin violencia y hablando de futuro. Vamos a observar cuán intenso es su impacto en la población indefinida sobre las elecciones, que representa una proporción alta. Hay un mar de incertidumbre. Las encuestas reflejan ese desasosiego colectivo.
Una tragedia para los venezolanos. Viven de un día para otro, esperando qué sucede. Mientras tanto la vida continúa; las clases medias en un constante sarao, en fiestas, restaurantes, cocteles, y los de abajo, igual: bebiendo cerveza, jugando lotería y dominó, matándose los unos a los otros, por motivos pasionales bajos. Y los delincuentes a espacio abierto…
Pero lo único que se puede asegurar es que vienen cambios; no sé de qué modo y quiénes lo harán, pero vienen…
Por supuesto que hay incertidumbre; como es imposible reducirla hasta que desaparezca, intentemos al menos estructurarla. El curso más probable de la enfermedad es que Chávez dure unos tres años en el mundo de los vivos. Es posible que su deceso sea antes de ese lapso, como también lo es que lo supere. En todo caso, no va a morir de cáncer antes del 7 de octubre, y su lucha contra la enfermedad ha fortalecido el apoyo afectivo—bien destacado por Schemel—a su persona. En síntesis, el futuro más probable es su triunfo en las elecciones y su falta absoluta antes de que transcurran cuatro años del período que comienza en 2013, lo que forzará a nueva elección según lo dispuesto en el Art. 233 de la Constitución.
Pero Chávez sí es derrotable, sólo que no desde nada que venga de la MUD, de cuya caja es preciso salirse. Te recomiendo la lectura de Tío Conejo como outsider, que reproduce mi aporte a un libro editado por Fausto Masó a fines de 2005 y cuyo título fue, justamente, Chávez es derrotable. Si la estrategia que allí se esboza no es viable este mismo año, habrá que ponerla en práctica para el momento de la falta absoluta del Presidente de la República.
Otras veces he diferido de tus caracterizaciones horizontales y tajantes sobre los venezolanos y sus costumbres. La inmensa mayoría de «las clases medias» y «los de abajo» no cabe en las caricaturas que propones. En castigo, te impongo la penitencia de leer en este blog Este piazo’e pueblo, so pena de pecado mortal. Otras frases también me suenan injustificadas: no es el objetivo del «tema de las encuestas» la intención de «mostrar una debilidad de Capriles y la MUD». La debilidad existe, y Capriles no se fortalecerá con una «campaña de peregrinaje al estilo LHC» (que fue, por cierto, el estilo de CAP, y el de Betancourt mucho antes). Estamos en tiempos muy distintos.
El problema con Capriles es que no es un estadista ni un político de peso equivalente o superior al de Chávez. No posee los rasgos enumerados en trabajo que he citado otras veces: Retrato hablado.