Otra vez se tocan los extremos

 

Nosotros tenemos que participar, movernos. La lucha es luchando.

Henrique Capriles Radonski, en el estilo de Manuel Rosales

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En alguna parte observó G. W. F. Hegel que en el transcurso de la lucha los enemigos terminan por parecerse. Hay mucho, por ejemplo, de Carlos Andrés Pérez en Hugo Chávez, aunque algunos argüirán, no sin razón, que en lo tocante a megalomanía el segundo ha sobrepasado con creces a su precursor. Chávez fue el complemento perfecto de George W. Bush y se le parecía mucho, sobre todo en eso de sentirse ungido de la historia. Asimismo es notable la adopción de una agresividad irracional en gente opositora, que en principio rechaza a Chávez—de nuevo no sin razón—por su permanente modelación de la violencia.

Tenemos ahora un caso que Hegel consideraría de librito en esto de rivales que hacen mimesis. Se trata de un candidato a gobernador que se refirió a su contendiente como «aburrido», prosiguiendo así en su descripción: «Un bate quebrado, trasnochado, que da sueño…» Parecen cosas de Chávez ¿no es así? ¿No era Chávez quien descalificaba tempranamente a Henrique Capriles Radonski por «majunche»? (DRAE: Ven. De calidad inferior, deslucido, mediocre). ¿No era Capriles quien reclamaba reiteradamente el estilo insultante del Presidente de la República?

Pues bien, las caracterizaciones de aburrido, bate quebrado, trasnochado y somnífero fueron endilgadas por Capriles Radonski a Elías Jaua el pasado domingo 28 de octubre, ayer. Parece que Hegel tenía razón (al menos en este punto); Capriles imita ahora a Chávez y a la perfección, al decir: «Un bate quebrado, trasnochado, que da sueño no va a gobernar el estado Miranda, eso se los aseguro». Cuidado, que antes aseguró que sería presidente.

En su campaña instantánea por la reelección en Miranda, Capriles Radonski ha dado pruebas de su inteligencia mimética; ahora habla de «corazón» a cada rato, reforzando sin proponérselo la fatuidad de Hugo Chávez, el «corazón de su patria». También admite inadvertidamente saber que no puede proporcionar un liderazgo nacional, cuando proclama: «Yo tengo una sola lucha: mejorar la calidad de vida del pueblo mirandino».

El empleo de contrafigura de Hugo Chávez, demostrada la incompetencia de Capriles, está vacante. LEA

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