Es un honor para este blog reproducir a continuación el artículo de Eduardo Fernández que hoy publica el diario Últimas Noticias. Pocas lecciones pueden ser tan útiles en este momento de la vida nacional.
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CINCO CONSPIRADORES
El Gobierno no necesita seguir averiguando quiénes están conspirando. No hay nada más desestabilizador que las políticas del Gobierno
Dedico este espacio a denunciar a cinco conspiradores. Ellos son: la inflación, el desabastecimiento, la corrupción, la inseguridad y la división entre los venezolanos.
El Gobierno no necesita seguir averiguando quiénes están conspirando. No hay nada más desestabilizador que las políticas del Gobierno, que se traducen en una creciente indignación popular.
Si el Gobierno no acaba con la inflación, la inflación acabará con el Gobierno. Si el Gobierno no acaba con el desabastecimiento, el desabastecimiento acabará con el Gobierno. Si el Gobierno no acaba con la inseguridad, la inseguridad acabará con el Gobierno. Si el Gobierno no acaba con la corrupción, la corrupción acabará con el Gobierno. Y si el Gobierno no acaba con la división de los venezolanos entre buenos y malos hijos de la Patria, la división entre los venezolanos acabará con el Gobierno.
Pero si estos cinco factores se presentan juntos y si, además, el Gobierno no hace nada para enfrentarlos y, por el contrario, todos los días hace lo necesario por agravarlos, más temprano que tarde se producirá una conmoción social y un colapso de lo poco que queda de vida institucional.
La inflación se acaba con disciplina fiscal y con aumento de la producción de bienes y servicios en el país. El desabastecimiento se acaba estimulando el aparato productivo interno y promoviendo inversiones de capitales nacionales e internacionales. La corrupción se reduce dramáticamente acabando con el control de cambio y con todas las trabas que entorpecen la marcha de la economía. La inseguridad se reduce mejorando la educación y promoviendo empleos decentes. La división de los venezolanos entre buenos y malos hijos de la patria disminuye el día en que el Presidente de la República modere su lenguaje, el presidente de la Asamblea Nacional haga lo propio y los líderes de la oposición también.
Todos hablamos de diálogo. El papa Francisco y la Conferencia Episcopal nos aconsejan diálogo. Salvo algunos energúmenos inútiles, todos los venezolanos creemos en la conveniencia del diálogo. Pero, para que exista diálogo, es indispensable reconocer la existencia del otro y renunciar a todo tipo de violencia, comenzando por la violencia verbal.
Eduardo Fernández
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Sin duda alguna el Dr. Fernández ha tocado los cinco puntos básicos para justificar cualquier protesta. Y aún cuando la sensatez nos dice que el diálogo siempre será una salida para resolver conflictos (y este no es cualquier conflicto), en este caso el diálogo no parece tan viable como debiera ser dada la manera de actuar y afrontar la situación, por parte de uno de los actores principales: El Gobierno.
No se puede pedir diálogo mientras se reprime; tampoco si no se incluye a los Estudiantes y otros factores importantes; tampoco mientras se insulta, se descalifica y agrede verbalmente a los adversarios. El gobierno da muestras de que nada le importa y que solo quiere ganar tiempo, mientras baila al son del ritmo de Salsa en Miraflores, mientras en las calles hay muertos, heridos y detenidos. En fin, no se observa voluntad de rectificación ni propósito de enmienda. Es una simple estrategia para enfriar la calle. Mas de lo mismo que vimos en los días de Abril de 2002.
Nunca es tarde para el diálogo. Ojalá que la gente del Gobierno entienda el planteamiento del Dr. Fernández en su justa medida y terminemos ya con esta conflictividad que mas que soluciones lo que trae consigo es daño, destrucción y resentimiento, de los cuales ya hemos tenido suficiente. Saludos LEA…
Creo que más que tratar de ganar tiempo, el gobierno siente que cada vez le queda menos tiempo.