El siguiente chiste de Eugenio, quien fuera un gran comediante catalán, ayuda a hacer el punto de este comentario:
El prisionero francés
Por supuesto que Nicolás Maduro hará todo lo posible por mantenerse en el poder, pero pareciera que para lograrlo está poco a poco desprendiéndose de personajes incómodos. Primero lo hizo con Jorge Giordani—en la carambola cayó un precipitado Héctor Navarro—, luego envió al exilio dorado de la ONU en Nueva York a una hija del difunto Hugo Chávez y, ahora, le ha arrebatado a Rafael Ramírez el poder inmenso que tenía como Presidente de PDVSA. En una travesura premonitoria del pasado 4 de febrero, se escribió en este blog: «Hoy tuve la fortuna de presenciar en Centroávila una certera presentación de Orlando Ochoa (…) Allí apuntó, reiteradamente, a PDVSA como la verdadera raíz del inmenso desarreglo económico nacional. Entonces pensé: la solución de la cosa no es salir de Nicolás Maduro; es salir de Rafael Ramírez». (Orlando curioso).
Hablando de precipitaciones y salidas, ya varias voces han salido a desestimar los «no anuncios» del presidente Maduro. En verdad, lo que prometió anunciar fue un «sacudón» de su gobierno, y el mero arabesco lateral* de Ramírez es en sí mismo una fuerte movida de mata. ¿Quién sostendrá que es compensación para el antiguo zar petrolero la jefatura que ahora tiene sobre María Gabriela Chávez?
Sólo hizo un anuncio concreto en política económica: la unificación en una sola cuenta en el Banco Central de Venezuela de las divisas que maneja el gobierno, incluidas las de FONDEN y el Fondo Chino. Nos hemos quejado de la opacidad de estos fondos; ¿no habrá acá alguna mejora? De resto, partió la Revolución «Bolivariana» en cinco pedazos; de éstos, la Revolución Económica se producirá “dentro de nuevas reglas de juego verdaderamente ventajosas para el desarrollo de una economía autónoma, diversificada, avanzada, armónica, con capacidad de satisfacer las necesidades materiales de nuestro país”. Ahí cabe cualquier cosa, incluso consolidar la conciliación y cooperación con los empresarios privados. Tal vez lo demás sea retórica necesaria para apaciguar la ortodoxia de los socialistas duros.
Así se prepara Maduro, poco a poco, para enfrentar la esperada decisión del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias (órgano del Banco Mundial), que pronto pudiera imponer a Venezuela la duplicación de su deuda externa al fallar a favor de Exxon-Mobil, Conoco-Phillips y Gold Reserve. LEA
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*Noción de Laurence J. Peter, en El Principio de Peter. A quien haya alcanzado en una organización su nivel de incompetencia, puede desplazársele lateralmente en el organigrama a una posición en la que no puede hacer mucho daño.
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Caro amigo: Tu comentario es miope…Ramírez sale fortalecido del «sacudón» porque ahora su peso crecerá con la vocería de nuestra afamada y esplendorosa robolución en los foros internacionales, al frente de ese sanedrín, mezcla de Kissingers con Bismarks, que orienta desde Carmelitas la política exterior de la república. Y, por cierto, nadie ha hecho referencia al oportunismo demostrado por el tercer personaje de la troika, al hacer mutis y viajar al Cono Sur a discursear y aportar sus luces (¿y,de nuevo, la chequera que camina por América Latina?) a otra lideresa en trance de embargo, durante estos días trascendentales y prepararse para la siguiente purga que el pajarito recomiende al prócer de Miraflores.
En el año de 1982, yo trabajaba en PDVSA como Consejero de la Presidencia. Se me hizo saber que el Ministro de Energía y Minas, Humberto Calderón Berti, quería reunirse conmigo para proponerme un trabajo en el que preservaría mis condiciones laborales en la empresa. Me invitó a almorzar y me explicó que quería que me involucrara en el establecimiento de una fundación que lo promovería a la Presidencia de PDVSA. Entonces le observé: «Tú eres ahora el jefe del Presidente de PDVSA y me dices que quieres ser el subalterno del cargo que ahora tienes». Su contestación fue: «Sí, pero es en PDVSA donde está el poder real».
La pérdida de control de PDVSA por parte de Ramírez es una clarísima capitis diminutio. La Presidencia de PDVSA es el segundo cargo más poderoso del país. Creo que la miopía está de tu lado, para hacer una observación tan amable como la tuya. Y te voy a agradecer que no emplees seudónimos en tus comunicaciones con este blog; la próxima vez, pon tu nombre verdadero.