Actualizado abajo con declaraciones de hoy de Antonio Ecarri Bolívar, Vicepresidente de Acción Democrática, y de Nicolás Maduro en nota al pie.

 

Un estado generalizado en la población opositora

 

Una mezcla cambiante de explicables sentimientos, en la que en un instante predomina la rabia, en otro la depresión, en otro la desesperanza, en otro la incredulidad más refractaria, se ha aposentado en el corazón de amplias capas de la población venezolana desde la madrugada del 16 de agosto. Como aquél esposo que se niega a aceptar la muerte de la más adorada esposa, aferrado al cadáver, ido de juicio, y dice entre desconsolados gimoteos, una y otra y otra vez: “No es verdad. Ella no está muerta. No puede estar muerta”. Así discurren ahora centenares de miles de venezolanos, impedidos emocionalmente de considerar la realidad del resultado referendario.

Bofetada terapéutica – 19 de agosto de 2004

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La elección de gobernadores de estado impacta menos nuestra vida cotidiana y ciudadana que una decisión acerca de quién deba ser o dejar de ser el Presidente de la República, pero los resultados oficiales anunciados en la noche del pasado domingo llevaron las cotas de negación y desesperanza opositoras a niveles posiblemente mayores que las alcanzadas en la madrugada del 16 de agosto de 2004, cuando Henry Ramos Allup voceara «¡Fraude!» Al menos tres factores pudieran explicar tal recrudecimiento: primero, que la «revolución» chavista-madurista ya se acerca a veinte años desesperantes de dominación; segundo, que en 2004 apenas se fundaba Facebook (Twitter dos años más tarde); esto es, que ahora las redes sociales permiten la amplificación y difusión casi instantánea de los estados de opinión; tercero, que las expectativas, sobre la base del éxito opositor en la elección de Asamblea Nacional en diciembre de 2015 y lo que las encuestas registraban, eran de un nuevo y extendido triunfo; Datanálisis, por ejemplo, esperaba 16 gobernaciones para la oposición.

En términos del número de gobernaciones alcanzadas por la oposición, que esta vez haya obtenido las de Anzoátegui, Bolívar*, Mérida, Nueva Esparta, Táchira y Zulia significa un progreso de 50% respecto de las que ganó en 2012:

 

Gobernaciones de oposición en la era chavista-madurista

 

Ninguno de los gobernadores proclamados por el Consejo Nacional Electoral en esa media docena de estados parece dispuesto a renunciar a su logro, en solidaridad con la tesis de la Mesa de la Unidad Democrática: que los resultados anunciados son fraudulentos (la palabra de moda).

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Ayer envió Baltazar Cardenal Porras un mensaje a unos cuantos de sus corresponsales; en él ponía:

La primera lección que debemos asumir es que la mejor manera de calibrar nuestra espiritualidad es cuando se presentan las situaciones adversas. No hay, no puede haber motivo para la desilusión ni la desesperanza. La razón es sencilla, las adversidades y los aparentes fracasos están para superarse no para llorarlos. Por supuesto que hay que hacer discernimiento personal y colectivo, pero no para desahogarnos ni buscar chivos expiatorios sino para ver hacia adelante. Nos toca por nuestra condición de creyentes y de pastores. Esto no quita que se sienta dolor y pena por lo sucedido.

En segundo lugar, hay que pisar tierra y no hacernos ilusiones vanas. Estamos ante un gobierno que ha sido calificado de «delincuencial» y esto no es solamente un epíteto, es una realidad y hay que asumirla como tal. Crece y crecerá la desconfianza y la falta de credibilidad en los organismos públicos, y esto es grave, por las consecuencias que pueda traer. Las tentaciones son muchas: violencia, exilio, componendas o enfrentamientos que deben ser guiados, en nosotros, por el respeto, la misericordia y la justicia. Nada fácil de compaginar pero así debe ser.

Tercero. Es fácil y cómodo achacar todo a la ineficiencia de la MUD. Tiene su responsabilidad y debe asumirla pero no se puede ser masoquista. La responsabilidad primera y mayor es la del gobierno y la de los organismos públicos que se deben a la ciudadanía y no a ninguna parcialidad. El comportamiento del CNE, del plan República, y el abuso grosero, antes, durante y después de las elecciones regionales, son muestra clara de ello.

Cuarto. Hay que evitar por todos los medios la tentación de la violencia. Es fácil, decir a la calle. Pero no se trata sin más de ofrecerse como carne de cañón ante quienes no tienen escrúpulos para lesionar vidas y bienes.

Quinto. No podemos hacernos eco de los que solamente son críticos de barrera, que no se comprometen con nada, critican todo, pero no se involucran. Más bien este tipo de personas hacen daño a la sociedad, y terminan sirviendo a los intereses de quienes dicen adversar.

Sexto. Dios quiera y la MUD sea capaz, o tenga los elementos claros para poder ofrecer a la opinión pública, la acusación de desconocimiento y de fraude en los resultados electorales. Sería excelente para la salud social.

Séptimo. No hay duda de que podemos hablar de incongruencias entre lo pronosticado y los resultados. Por supuesto que tanto los analistas como los que ofrecen datos pueden equivocarse. Pero la dimensión de lo sucedido, indica que hay algo más profundo. El manejo inescrupuloso de los datos, la manipulación y el regodeo ante el adversario, indicativo de que algo no va por buen camino.

Escribo a la carrera, porque hoy ha sido complicado abrir el internet. En los análisis de los próximos días tendré elementos más concretos que compartir con ustedes. Lo que no podemos en estos momentos es convertirnos en plañideras con cara de velorio y decir sin más: apaga y vámonos.

Hacía falta una sacudida así. LEA

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* El presidente Maduro aseguró hoy que el PSUV había ganado la gobernación del estado Bolívar.

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Actualización: a las 10:39 a. m. de hoy, la web de El Universal publicó la siguiente nota:

El vicepresidente de Acción Democrática (AD), Antonio Ecarri Bolívar, informó este martes que está en discusión que los gobernadores electos por la oposición se juramenten ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

Durante una entrevista transmitida por RCR aclaró que hay que estudiar bien esa decisión; porque están tomando en consideración que de no ir quedarían excluidos, y según él los electores “van a querer que sus gobernadores se instalen, tomen posesión y ejerzan”.

Ecarri señaló que juramentarse ante la ANC “no legitima a nadie, porque desde su origen y elección es ilegal e inconstitucional”.

Cabe recordar que el jefe del comando de campaña de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Gerardo Blyde, afirmó que no iban a acudir a esa juramentación, porque tal proclamación se debe realizar ante los Consejos Legislativos Estadales.

Por otra parte, Ecarri Bolívar acotó que la razón por la que la oposición perdió el grueso de las gobernaciones en las elecciones regionales celebradas el domingo 15 de octubre fue por la «abstención» de gran parte de los electores.

En cuanto a las actas, puntualizó que no han encontrado “inconsistencias numéricas”, por lo que no ve factible que esa diferencia de 600 mil votos que «nos saca el Gobierno esté asociada a un fraude».

Sin embargo, indicó que en los comicios hubo una serie de “ventajismos políticos” que, a su juicio, viciaron la nulidad del proceso “como la exclusión de testigos en las mesas en el estado Miranda, la migración de electores de centros a 48 horas del proceso y el no permitir las sustituciones”.

N. R. aunque la ANC fuese legal y constitucional, ningún gobernador tendría que juramentarse ante ella; Gerardo Blyde tiene razón. Vale.

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