El juez que vino del frío

En el reciente altercado de Cancún, entre el Presidente de la República de Venezuela, Hugo Chávez Frías y el de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, el primero insinuó que el segundo estaría implicado en la presunta penetración de 300 paramilitares colombianos en nuestro país con ánimo de asesinarlo. (Insinuación que es lo que Hugo Chávez y Nicolás Maduro entienden por respeto).

Ahora, sin embargo, se ha volteado la tortilla. Los medios de prensa del mundo repiten una noticia originada en Madrid, según la cual el juez Eloy Velasco, en proceso contra militantes de ETA y las FARC, asegura tener evidencia de que el gobierno venezolano ha facilitado la cooperación entre ambas organizaciones terroristas y que éstas conspiraban para asesinar a Uribe Vélez y Andrés Pastrana en territorio español.

El juez menciona específicamente a Arturo Cubillas Fontán, quien fue nombrado en 2005 Director de la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras venezolano. A Cubillas le atribuye Velasco la función de responsable por la ETA en el área colombo-venezolana y, en particular, del enlace de su organización con las FARC. La cordial asociación ha permitido que miembros de ETA recibieran adiestramiento en campamentos de las FARC, y que miembros de éstas viajaran a España con planes asesinos que, afortunadamente, nunca se materializaron.

Los resultados de la investigación del juez Velasco, contenidos en un escrito de veintiséis páginas (descargar archivo .pdf), están mayormente soportados en correos electrónicos guardados en el elocuente computador de Raúl Reyes, capturado durante la incursión de Colombia en territorio ecuatoriano que causó la muerte de su dueño.

La cancillería colombiana, a raíz del incidente de Cancún, ha estado muy activa en procura de una entrevista personal de Chávez y Uribe, pero esta iniciativa fue lanzada antes de las acusaciones de Velasco. Cabría preguntarse si tan espinoso tema va a ser incluido en la agenda de la conversación de ambos presidentes. Pero lo cierto es que el aguacero internacional que cae sobre Chávez no tiene visos de amainar. Es una lástima que no se pueda hacer caer sobre el Caroní. LEA

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