Como muestra el título, el suscrito también puede escribir esdrújulas, las palabras preferidas del cursi-socialismo del siglo XXI. Es uno de sus productos provisionales el proyecto de una nueva constitución para Venezuela, un ampuloso y fundamentalmente errado documento de ¡411 artículos! El programa se centró sobre algunos de sus errores fundamentales. Dos temas musicales—¿Quién se ha atrevido a herirte? y El inspector Linley—de Debbie Wiseman, y el inicio de la Obertura de H. M. S. Pinafore, opera cómica de Gilbert & Sullivan, acompañaron el tránsito de Dr. Político en RCR el día de hoy. Éste es su archivo de audio:
LEA
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Estimado Doctor Político, viendo lo que está pasando con la constitución y siendo que nuestro País ya ha transitado por el camino de 25 constituciones según pude contar, pareciera que pretendemos resolver los problemas del País haciendo lo mismo una y otra vez.
Me tome el trabajo de revisar la actual constitución con la idea de definir a mi juicio, que artículos se cumplían y cuáles no. Por supuesto no terminé. En líneas generales más de la mitad podrían demostrarse con hechos que no se cumplen. La conclusión es que en Venezuela la Constitución ha sido derogada de hecho y que el País vive en una anarquía.
Mi opinión es que en la constitución solo debería aparecer artículos en los cuales todos estemos de acuerdo. No solo una mayoría y por otro lado solo deberíamos aceptar como constitución la que fundó a Venezuela en 1830 al separarse de la Gran Colombia o quizás desde 1811 cuando se registra la primera constitución que nos reconoce como País, todas las demás deberían considerarse reformas o enmiendas. Los Países, así como las personas no renacen ni se refundan. Decir que eso es posible, es una falacia.
En mi opinión, basándome en la lógica y solo considerando los hechos, debo decir que una constituyente propuesta en un País ya constituido, no es más que un acto de barbarie, ya que no pretende modificar lo que no funciona con el objetivo de mejorar las instituciones (Lo cual sería una reforma), sino arrasar el Estado para imponer una estructura y unas personas que se acomoden a la dirigencia que goce de más popularidad en su momento, ya que por lo general la gente no vota con la razón sino con el corazón.
Usted dirá que el soberano puede hacer lo que quiera y tiene el poder de destruir el legado bueno o malo de las anteriores generaciones sin tener que responder a nadie, ni siquiera a las futuras generaciones. Pero, ¿Las anteriores constituciones no fueron promulgadas también por un supuesto soberano?, ¿Cambió la forma de hacer las cosas en Venezuela con cada constitución?
Un País civilizado debería considerar que el soberano no solo es la generación que vive y participa hoy con su voz, sino que se debe incluir a las generaciones pasadas desde que se fundó la República que solo pueden hablar con la legislación que promulgó, o incluso con las tradiciones.
Mi conclusión es que una constituyente es un acto de barbarie. Así que el conflicto que tiene a Venezuela en este momento de locos, es entre barbarie y civilización. No necesitamos más constituyentes, es más, se deberían desenmascarar y no considerar como institución. Solo se debería reconocer reformas que obliguen a argumentar para efectuar los cambios y dejar una pista que garantice el aprendizaje a las futuras generaciones.
Las instituciones deben ser más fuertes que los hombres que las conforman, así que no debería haber en un País civilizado la posibilidad de que una generación particular con el argumento de que es el soberano, arrasar con el estado a través de ese artilugio llamado constituyente.
Hagamos el ejercicio. Tratemos de fusionar todas las constituciones de Venezuela en una sola, analizando artículo por artículo, extraigamos aquello que se cumple y en lo que hay consenso, enviemos el resto a las leyes, reformemos la actual constitución dejando los acuerdos sociales de probada aceptación que resultaron del ejercicio propuesto y quizás en ese proceso encontremos la forma de resolver la situación actual acudiendo al conocimiento que nuestros antepasados dejaron en ellas.
Es claro que para llegar a eso nuestra sociedad primero debe reconocer el valor del conocimiento y la experiencia y entender que el poder no es solo para usarlo. El mal uso del poder tiene sus consecuencias y si nuestra clase dirigente hubiera aprendido es y nuestra sociedad nos preparara en eso el hecho de depender de un líder mesiánico bueno (La excepción) no existiría ya que sería suficiente con un representante mediocre controlado y orientado por las instituciones (La regla).
Tomás Jefferson dijo: “El mundo pertenece a las generaciones vivientes y ninguna sociedad puede hacer una Constitución perpetua; en consecuencia, la Constitución y las Leyes extinguen su curso natural con aquellos que le dieron el ser. Toda Constitución expira normalmente a los 34 años”. (Carta a James Madison, 6 de septiembre de 1789).
El sistema chavista-madurista no ha derogado la Constitución, aunque la ha violado en más de una ocasión; creo que la más grave violación ocurrió en 2008, cuando la propia Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia adulteró el sentido del Art. 42. (Ver Violación denunciada).
La única constitución venezolana que ha sido aprobada por el Soberano es la actual; todas las otras fueron promulgadas sin el concurso del Pueblo. Ud., por cierto, asienta: «por lo general la gente no vota con la razón sino con el corazón». ¿Es Ud. gente?
«Depende, por tanto, de la opinión que el líder tenga del grupo que aspira a conducir, el desempeño final de éste. Si el liderazgo venezolano continúa desconfiando del pueblo venezolano, si le desprecia, si le cree holgazán y elemental, no obtendrá otra cosa que respuestas pobres congruentes con esa despreciativa imagen. Si, por lo contrario, confía en él, si procura que tenga cada vez más oportunidades de ejercitar su inteligencia, si le reta con grandes cosas, grandes cosas serán posibles». (De héroes y de sabios, 17 de junio de 1998)
Encuentro muy interesante la opinión de Tomás Jefferson, pero no la comparto, ya que yo como ingeniero creo firmemente en el principio de mejoramiento continuo. Cuando Jefferson dijo que “ninguna Constitución debe ser perpetua” está diciendo algo lógico por lo que nadie lo puede cuestionar, sin embargo, concluir que las leyes se extinguen en su curso natural no es exacto. Es como decir que el conocimiento se extingue, además, me parece un poco pretencioso decir con tanta exactitud el período de vigencia de las Constituciones. Probablemente lo que quiso decir en esa frase, fue que cada 34 años (más o menos una generación) la constitución debe ser revisada y adaptada a la realidad de esa generación. Yo veo la constitución y las leyes como un manual donde cada generación deja su conocimiento en la forma correcta de hacer las cosas, para beneficio de las futuras generaciones. Por lo tanto, la capacidad de ser modificadas y perfeccionadas debe estar previsto en el normal funcionamiento de las instituciones.
Las constituciones se deben perfeccionar y mejorar en la medida que la civilización se desarrolla. La garantía que se tiene para no cometer los mismos errores una y otra vez, es que la experiencia de cada generación, sea capitalizada por las futuras. Esa es una de las razones por la que la principal virtud de la Constitución de los Estados Unidos de America, es su capacidad de ser enmendada. Jefferson pertenece a esa sociedad que solo ha hecho una Convención Constitucional y que tiene un sistema político que pareciera ser bastante desarrollado. Esos campesinos que hicieron esa primera constitución no sabían mucho, pero lo que si sabían era que su constitución y sus leyes tenia que quedar abierta a que cada generación pudiera dejar en ella un legado para las siguientes. Ellos construyeron un país que tiene un sistema que aprende y pienso que eso es precisamente lo que nosotros deberíamos emular.
Respondiendo a su pregunta ¿Es Ud. Gente? La cual obviamente no tengo que responder ya que es retórica, debo decir que mi intención no fue menospreciar a la Gente ya que el juicio que emití lo hice por mi mismo. He encontrado que para tomar decisiones con la razón debo hacer un esfuerzo, ya que mi primer instinto es emocional. Si a mi me pasa y por lo que he podido observar pareciera que también a los que me rodean, entonces, esa es la regla y no la excepción. Cuando las decisiones correctas se hacen habituales, se convierten en conocimiento que eventualmente pasa a ser parte del instinto. Alguien afirmó alguna vez, “Nos equivocamos mas de lo que acertamos” en lo que estoy de acuerdo. Lo importante es no equivocarse en lo mismo más de una vez. Es claro y espero que esté de acuerdo conmigo, que el proceso de desarrollo es un proceso de ensayo y error.
Creo firmemente en la sabiduría de la Gente, pero sinceramente no veo virtud en que una constitución haya sido aprobada por un referendo. Es como decir que el código genético es valioso porque la mayoría de la gente votó por eso o que un juicio tumultuario es mejor que un juicio en un juzgado limitado por las leyes. El conocimiento no es popular, pero si indispensable y lo que debe haber en la constitución y las leyes es el conocimiento de una sociedad para que no se cometa los mismos errores una y otra vez. La Biblia por ejemplo es un documento ampliamente aceptado por los que profesan la religión católica o el cristianismo y sin embargo nadie votó por ella. Desde el enfoque religioso hablando de la religión católica podemos ver un conocimiento muy interesante: La posibilidad de arrepentirse y ser perdonado. Es la aceptación de una realidad y la documentación de un aprendizaje que dio alivio a muchas personas y que cambió al mundo.
Por supuesto que estoy en contra de la rigidez, pero no debe ser fácil abolir el conocimiento. Ese debe ser un proceso muy bien cuidado y realizado por elites que deben en primer lugar ganar sus privilegios y responsabilidades con méritos y la confianza de la población. El éxito en sus objetivos en pro del bienestar de la gente que representan, es el requisito para ser dirigente. El sufragio es útil para elegir representantes y reemplazarlos cuando no logran sus objetivos o vencen sus períodos, pero no es en lo absoluto útil para buscar soluciones a los problemas. Eso es menester de profesionales.
Le agradezco mucho su respuesta y la oportunidad que me da de expresarle mi opinión.
Un gran saludo y lo felicito por su blog y su programa al cual soy asiduo oyente (desde hace poco debo decir), el cual es un ejercicio de análisis que debería convertirse en un hábito comúnmente aceptado.
La primera vez que supe de la declaración de Jefferson fue por envío de Jorge Olavarría, a comienzos de los noventa; él puso entonces 35 años. Fue después cuando identifiqué el origen en la carta de Jefferson a Madison, que leí toda. En efecto, se refería a una generación, a la esperanza de vida promedio de la época. Se trata, por otra parte, de la carta a un amigo, no de un documento jurídico o científico.
Pero veo en su texto conclusiones lógicamente inválidas y contradicciones. Por ejemplo, cuando dice que no comparte la opinión de Jefferson y poco después escribe: “Cuando Jefferson dijo que ‘ninguna Constitución debe ser perpetua’ está diciendo algo lógico por lo que nadie lo puede cuestionar…” Luego apunta que la razón de su discrepancia es que, como ingeniero, cree en “el principio de mejoramiento continuo”, lo que parece implicar que Ud. atribuye a Jefferson una postura contraria. Esto me parece pretencioso, que es calificativo que Ud. atribuye a tan gran estadista porque ofreció un tiempo en años, ya explicado. Jefferson no buscaba exactitud, como Ud. sostiene; de hecho, empleó el adverbio “normalmente”. O, por ejemplo (cito sus palabras): «…sinceramente no veo virtud en que una constitución haya sido aprobada por un referendo. Es como decir que el código genético es valioso porque la mayoría de la gente votó por eso o que un juicio tumultuario es mejor que un juicio en un juzgado limitado por las leyes». Nadie ha votado nunca por el código genético ni un referendo puede ser asimilado a un «juicio tumultuario»; su construcción es crasamente falaz. (En el sentido lógico: falacia: argumento inválido con apariencia de validez).
Traje la cita de Jefferson porque Ud. escribió: “solo deberíamos aceptar como constitución la que fundó a Venezuela en 1830 al separarse de la Gran Colombia o quizás desde 1811 cuando se registra la primera constitución que nos reconoce como País, todas las demás deberían considerarse reformas o enmiendas”. Tan tajante—¿pretenciosa?—opinión es incorrecta; en un momento dado puede ser conveniente promulgar asuntos constitucionales que no pueden ser obtenidos por reforma o enmienda, conceptos constitucionales entera y cualitativamente distintos, imposibles de obtener mediante mera modificación de lo existente. Por ejemplo, si se viera como benéfico y aconsejable progreso que Venezuela se integrara en una entidad política superior. En tal caso, se hace necesario un proceso constituyente, y su radical condena del mismo—“ un acto de barbarie”—es enteramente errónea. En mi respuesta anterior opté por tratarlo con suavidad; ahora le digo que creo que su cultura constitucional es insuficiente, y eso le permite despachar el tema con afirmaciones que tienden a lo dogmático. Le invito a leer en este blog Catecismo constituyente (11 de agosto de 2017), que le aclarará más de un punto.
Ud. se atreve a juzgar alegremente la capacidad de los estadistas que armaron los Estados Unidos y su constitución, cuando escribe: “Esos campesinos que hicieron esa primera constitución no sabían mucho…” No voy a inventariar en esta respuesta las dotes de los “Padres Fundadores” de los Estados Unidos, pero le aclaro que ni Madison ni Jefferson eran campesinos; eran hacendados. El primero fue el cuarto presidente de los EEUU, precisamente sucediendo a Jefferson, y es tenido como el padre del Estatuto de Derechos (Bill of Rights). Por su parte, Jefferson fue el tercer presidente, luego de haber sido electo como Vicepresidente. Fue abogado practicante, graduado del College of William & Mary; “Jefferson, while primarily a planter, lawyer and politician, mastered many disciplines, which ranged from surveying and mathematics to horticulture and mechanics”. (Wikipedia). En abril de 1962, John F. Kennedy ofreció una cena a los ganadores del Premio Nobel del Hemisferio Occidental; en la ocasión dijo en su discurso de bienvenida: “Creo que ésta es la colección más extraordinaria de talento, de conocimiento humano, que se haya reunido alguna vez en la Casa Blanca, con la posible excepción de cuando Thomas Jefferson cenaba solo”. Hay otros; ¿habrá sido Benjamín Franklin un campesino que “no sabía mucho”? Benjamin Franklin FRS FRSE (January 17, 1706 [O.S. January 6, 1705] – April 17, 1790) was an American polymath and one of the Founding Fathers of the United States. Franklin was a leading author, printer, political theorist, politician, freemason, postmaster, scientist, inventor, humorist, civic activist, statesman, and diplomat. As a scientist, he was a major figure in the American Enlightenment and the history of physics for his discoveries and theories regarding electricity. As an inventor, he is known for the lightning rod, bifocals, and the Franklin stove, among other inventions. He founded many civic organizations, including the Library Company, Philadelphia’s first fire department and the University of Pennsylvania. (Wikipedia).
Ud. declara estar de acuerdo con esto: “Nos equivocamos mas de lo que acertamos”. Yo tengo bastantes más aciertos que equivocaciones, lo que se hace posible por mi hábito de no hablar por la tapa de la barriga y por someter mi discurrir a mi propia y despiadada crítica. En septiembre de 1995 compuse y juré públicamente cumplir un código de ética de la Política; son sus estipulaciones quinta y sexta las siguientes:
5. Consideraré mis apreciaciones y dictámenes como susceptibles de mejora o superación, por lo que escucharé opiniones diferentes a las mías, someteré yo mismo a revisión tales apreciaciones y dictámenes y compensaré justamente los daños que mi intervención haya causado cuando éstos se debiesen a mi negligencia.
6. No dejaré de aprender lo que sea necesario para el mejor ejercicio del arte de la Política, y no pretenderé jamás que lo conozco completo o que no hay asuntos en los que otras opiniones sean más calificadas que las mías.
Creo con fundamento en sus propios textos que Ud. no sabe mucho del ámbito constitucional, para no mencionar las ciencias sociales y psicológicas.
Muy bien Señor Alcalá, he leído con detenimiento su respuesta y debo decirle que efectivamente usted tiene razón prácticamente en todo lo que dice, y disculpe que quizás no haya redactado lo que quería comunicar con la precisión que quisiera, pero claramente le indico, como usted supo reconocer, que no soy un experto constitucional, ni soy muy letrado en las ciencias sociales y psicológicas, soy solo un ciudadano preocupado que quiere entender la lógica de asuntos complejos como los procesos constituyentes, al que además se le podría pedir que apruebe o no una constitución que no solo va a afectar mi vida sino a la de las futuras generaciones. Creo, según sus comentarios, que yo no sería una persona capacitada para tener semejante responsabilidad, así como la inmensa mayoría de la población y estoy de acuerdo en eso. Entonces debo concluir y corríjame si me equivoco, que la tarea de redactar una constitución y aprobarla es para personas con las cualidades para ello, que nos representen con nuestro consentimiento, así como fueron los “Padres Fundadores” de los Estados Unidos, que usted en su escrito me hizo notar claramente.
La intención de incluir palabras como “pretencioso” y “campesinos” en mi respuesta anterior, buscaban precisamente saber, en caso de que usted considerara responderme, si iba a poner el foco en eso o en el fondo del asunto que es debatir la forma en que pudiéramos garantizar que el país aprenda. La palabra «campesinos» al referirme a los “Padres fundadores” (Por quienes siento profunda admiración) la tomé de una escena en una película (With Honnors) donde un vagabundo representado por Joe Pesci, se dirige a un profesor de derecho constitucional en Harvard y le hace notar que la mayor virtud de su constitución era su capacidad de ser mejorada, el se refiere a los Padres Fundadores como campesinos (farmers en inglés), pero no con desprecio sino con admiración. Es claro que yo no logré el mismo efecto. Si es de su interés, puede ver el fragmento en el siguiente vículo https://www.youtube.com/watch?v=bitPep8Gjz8. Disculpe mi referencia a la cultura popular.
En cuanto a la frase “Nos equivocamos mas de lo que acertamos”, permítame respetuosamente dudar de su siguiente afirmación: “Yo tengo bastante mas aciertos que equivocaciones” ya que yo no la cité como una opinión sino como un hecho. No es posible que nadie acierte en nada la primera vez, esa es la excepción, no la regla. La única probabilidad de que eso pase es que no se atreva a hacer cosas que no hayan sido probadas antes, en consecuencia, su método de aprendizaje es exclusivamente por modelaje. Sin embargo, cuando se trata de cosas sobre las que no ha podido estudiar, estoy casi seguro, es más seguro, que ha debido hacer varios intentos antes de tener éxito. Realmente no considero importante discutir sobre la capacidad de acertar en todo ya que el valor de el progreso está en perseverar hasta lograr los objetivos, lo cual cuesta muchas equivocaciones. Es mas importante aprender a aprender y la clave esta en no cometer el mismo error dos veces.
Quiero también comentar sobre su iniciativa de promover un referendo para que la “Gente mandé”. No voy a cuestionar el valor de su propuesta sobre la cuál, por su puesto como habrá podido deducir tengo serias dudas. Mi comentario está mas bien dirigido a que me ilumine acerca de cómo podemos hacer una hoja de ruta que lleve ese objetivo a feliz término. ¿Cuál es el trabajo que se debe hacer y que están haciendo sus promotores para lograrlo? Y lo mas importante ¿Como es posible imponer esa iniciativa ante un gobierno que desconoce todo aquello que no le conviene? Yo con mucho gusto estaría dispuesto a apoyarle aún cuando tenga mis dudas, si esa iniciativa sirve para practicar métodos civilizados de Gobierno. Es más, tengo algunas ideas y propuestas que si le interesa podría exponer. Es claro que yo no soy una persona con influencia y que quizás mi oferta no represente algún valor, pero si el pueblo es la sumatoria de muchos individuos, sumar uno es un paso hacia adelante.
En referencia a Jefferson, no fue mi intención descalificarlo. Mi comentario estaba dirigido a una interpretación de sus palabras, las cuales se podrían debatir para extraer su espíritu y convertirlas en conocimiento.
Usted comenta “En mi respuesta anterior opté por tratarlo con suavidad”, lo que me hace inferir que su primera reacción fue emocional, por lo que tuvo que hacer un esfuerzo para actuar lo mas razonadamente posible. No fue mi intención retarlo ni poner a prueba su promesa con el código de ética política (El cual leí en su blog antes de decidir intervenir aquí), más bien fue un intento de promover enfoques distintos al suyo y debatir en búsqueda de la verdad. Cuando usted hace afirmaciones como que algo que dije es enteramente erróneo y no trata de entender por qué yo lo veo así, no deja mucho espacio al debate y la conciliación, además se presenta como poseedor de la verdad absoluta.
Imagino que cuando hace referencia al código de ética de la Política en los dos artículos que menciona lo hace a modo de sugerir hacia mi persona un comportamiento similar. Estoy dispuesto a hacer ese mismo juramento, solo que antes quisiera que me aclara en artículo segundo donde dice: “Procuraré comunicar interpretaciones correctas del estado y evolución de la sociedad general”, ¿A que interpretaciones se refiere, a interpretaciones que a su juicio sean correctas o a interpretaciones publicadas y generalmente aceptadas por la sociedad?
Creo que ya usted habrá notado que una de las deficiencias políticas que tiene nuestro País es que no hay nadie hablándole a la gente, presentando opciones y lo que es peor, no hay nadie tratando de convencer a (o ser convencidos por) quienes se oponen a nosotros de que tenemos otras opciones con mayor probabilidad de éxito. Pienso que eso es algo dentro de nosotros contra lo cual la lucha empieza en nosotros mismos. En ingeniería hay un dicho que dice, “Cuando nada funciona lea el manual”. Se trata de nuestra naturaleza de querer saber como se hace todo antes de consultar la información adecuada. Nosotros no podemos hacer que todos actúen como nosotros, solo podemos tratar de ganarnos su confianza y lograr la influencia necesaria para acometer las tareas que ya en nuestro País son impostergables. Yo le preguntaría ¿Está de acuerdo en eso? ¿Qué cree que debemos hacer para lograr ese objetivo?
Lamentablemente a veces es necesario actuar con el instinto ya que no hay tiempo para hacer acciones mejor pensadas. Esas situaciones son, cuando tomar una decisión cualquiera que sea, es claramente mejor que no tomar ninguna. Realmente yo soy una de esas personas, al que el día a día, no le deja preparar mejor sus respuestas y por supuesto debo tener muchas fallas en mi redacción y probablemente no haya logrado comunicar claramente mi posición, pero decidí tomar el riesgo ya que como un átomo que soy de este pueblo, pienso que no decir nada es una peor decisión.
Veamos si puede entender lo siguiente:
1. Ud. pone: “…soy solo un ciudadano preocupado que quiere entender la lógica de asuntos complejos como los procesos constituyentes, al que además se le podría pedir que apruebe o no una constitución que no solo va a afectar mi vida sino a la de las futuras generaciones. Creo, según sus comentarios, que yo no sería una persona capacitada para tener semejante responsabilidad, así como la inmensa mayoría de la población y estoy de acuerdo en eso”. Quien quiere entender pregunta, y afirmaciones como éstas no son preguntas: “En mi opinión, basándome en la lógica y solo considerando los hechos, debo decir que una constituyente propuesta en un País ya constituido, no es más que un acto de barbarie…” (…) “Un País civilizado debería considerar que el soberano no solo es la generación que vive y participa hoy con su voz, sino que se debe incluir a las generaciones pasadas desde que se fundó la República que solo pueden hablar con la legislación que promulgó, o incluso con las tradiciones. Mi conclusión es que una constituyente es un acto de barbarie”. (…) “Las instituciones deben ser más fuertes que los hombres que las conforman, así que no debería haber en un País civilizado la posibilidad de que una generación particular con el argumento de que es el soberano, arrasar con el estado a través de ese artilugio llamado constituyente”.
2. En inglés, campesinos es peasants; farmers significa granjeros, gente que ejerce la agricultura. Hacendados, en el caso de varios como Jefferson o Madison. (Franklin no era ninguna de esas cosas).
3. Ud. opina: “En cuanto a la frase ‘Nos equivocamos mas de lo que acertamos’, permítame respetuosamente dudar de su siguiente afirmación: ‘Yo tengo bastante mas aciertos que equivocaciones’ ya que yo no la cité como una opinión sino como un hecho”. Escribí “bastantes”, en plural—y en esa afirmación digo la verdad—sugiriendo de inmediato un método para asegurar que nuestras equivocaciones sean pocas; no hablar irresponsablemente (por la tapa de la barriga) y someter lo que uno mismo piensa a un severo examen crítico, precisamente porque se admite la posibilidad de error. Escribí en febrero de 1985: “El actor político tradicional parte del principio de que debe exhibirse como un ser inerrante, como alguien que nunca se ha equivocado, pues sostiene que eso es exigencia de un pueblo que sólo valoraría la prepotencia. El nuevo actor político, en cambio, tiene la valentía y la honestidad intelectual de fundar sus cimientos sobre la realidad de la falibilidad humana. Por eso no teme a la crítica sino que la busca y la consagra”. El método descrito (por segunda vez) funciona; pruébelo.
4. Más adelante pone: “Usted comenta ‘En mi respuesta anterior opté por tratarlo con suavidad’, lo que me hace inferir que su primera reacción fue emocional, por lo que tuvo que hacer un esfuerzo para actuar lo mas razonadamente posible. No fue mi intención retarlo ni poner a prueba su promesa con el código de ética política (El cual leí en su blog antes de decidir intervenir aquí), más bien fue un intento de promover enfoques distintos al suyo y debatir en búsqueda de la verdad. Cuando usted hace afirmaciones como que algo que dije es enteramente erróneo y no trata de entender por qué yo lo veo así, no deja mucho espacio al debate y la conciliación, además se presenta como poseedor de la verdad absoluta”. No tuve que hacer ningún esfuerzo (lo que a Ud. no le consta) y, como le he sugerido, su procedimiento de razonar es defectuoso: la inferencia acerca de que mi “primera reacción fue emocional” no se sostiene. El empleo del verbo optar indica claramente que consideré más de un tipo de respuesta, punto; esa consideración es un acto intelectual, no emocional. Pero puedo admitir que Ud. me resulta muy molesto. Por ejemplo, al reclamar que cuando encuentro error en lo que escribe “no trato” de entender su punto de vista. Éste es perfectamente entendible, y no se necesita entender por qué dice alguien que la nieve es negra para saber que esa proposición es errónea. Más molesto, ofensivo incluso, es sostener que me presento “como poseedor de la verdad absoluta”; es faltar el respeto con incredulidad a quien afirma: “Consideraré mis apreciaciones y dictámenes como susceptibles de mejora o superación, por lo que escucharé opiniones diferentes a las mías, someteré yo mismo a revisión tales apreciaciones y dictámenes y compensaré justamente los daños que mi intervención haya causado cuando éstos se debiesen a mi negligencia”.
5. Además asienta Ud. esta verdad absoluta: “…una de las deficiencias políticas que tiene nuestro País es que no hay nadie hablándole a la gente, presentando opciones y lo que es peor, no hay nadie tratando de convencer a (o ser convencidos por) quienes se oponen a nosotros de que tenemos otras opciones con mayor probabilidad de éxito”. Yo le hablo a la gente, Sr. Álvarez, desde 1962; yo presento opciones, yo trato de convencer. A Ud. no le he convencido, pero estoy acostumbrado a eso.
6. Pareciera que Ud. no ha leído esto:
Para la economía clásica la mano misteriosa del mercado estaba basada en la eficiencia del decisor individual. Se lo postulaba como miembro de la especie homo œconomicus, hombre económicamente racional. Los modelos del comportamiento microeconómico postulaban competencia perfecta e información transparente. El mercado era perfecto porque el átomo que lo componía, el decisor individual, era perfecto. La propiedad del conjunto estaba presente en el componente.
En cambio, la más moderna y poderosa corriente del pensamiento científico en general, y del pensamiento social en particular, ha debido admitir esta realidad de los sistemas complejos: que éstos—el clima, la ecología, el sistema nervioso, la corteza terrestre, la sociedad—exhiben en su conjunto “propiedades emergentes” a pesar de que estas mismas propiedades no se hallen en sus componentes individuales. En ilustración de Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química: si ante un ejército de hormigas que se desplaza por una pared, uno fija la atención en cualquier hormiga elegida al azar, podrá notar que la hormiga en cuestión despliega un comportamiento verdaderamente errático. El pequeño insecto se dirigirá hacia adelante, luego se detendrá, dará una vuelta, se comunicará con una vecina, tornará a darse vuelta, etcétera. Pero el conjunto de las hormigas tendrá una dirección claramente definida. Como lo ponen técnicamente Gregoire Nicolis y el mismo Ilya Prigogine en Exploring Complexity (Freeman, 1989): “Lo que es más sorprendente en muchas sociedades de insectos es la existencia de dos escalas: una a nivel del individuo y otra a nivel de la sociedad como conjunto donde, a pesar de la ineficiencia e impredecibilidad de los individuos, se desarrollan patrones coherentes característicos de la especie a la escala de toda la colonia”. Hoy en día no es necesario suponer la racionalidad individual para postular la racionalidad del conjunto: el mercado es un mecanismo eficiente independientemente y por encima de la lógica de las decisiones individuales.
Es esta característica natural de los sistemas complejos el más poderoso fundamento de la democracia y el mercado. A pesar de la imperfección política de los ciudadanos concretos, la democracia sabe encontrar el bien común mejor que otras formas de gobierno; a pesar de la imperfección económica de los consumidores el mercado es preferible como distribuidor social. (Marcos para la interpretación de la libre empresa en Venezuela, 9 de enero de 2004).
Le agradeceré que se tome un tiempo para meditar estas cosas y que cese en su pretensión de diagnosticarme psicológicamente sin conocerme suficientemente.