Hoy fue enterrado en el Cementerio del Este el hermano ido. Sus hijos habían solicitado que dijera algo de él en el velorio y decidí escribir mis palabras para protegerme del dolor al decirlas. Acá las reproduzco:
José Luis Alcalá, Señor de Pueblo
José Luis Alcalá Corothie irradiaba su poderosa esencia sin proponérselo, pues nunca fue presuntuoso. De él pudiera decirse lo que alguna vez registré de mi esposa: “No conozco gente que sepa de él y no lo quiera, y él quiere estrictamente a todo el mundo y sobre éste distribuye su bondad”.
Ayer recibí una nota escrita por Alejandro Alcalá Ojeda, su segundo hijo. Allí deja una constancia que es una gran verdad:
“Cuando nací en el año 1975, mi padre Jose Luis Alcalá apenas tenía dos años de haber perdido su pierna en un accidente de moto. A pesar de eso, nunca vi a mi papá como un discapacitado; su fuerza, su perseverancia, su actitud echada para adelante, hizo que siempre lo viera como un súper heroe. Mi papá lograba siempre, con su imponente personalidad, que nadie sintiera pena por su situación. A veces hasta parecía que se la ‘vacilaba’, y disfrutaba que sus amigos y familiares le dijéramos el Mochito”.
Eso es muy justo; nadie sintió lástima por la discapacidad de José Luis, aunque más de uno lo llamara cariñosamente “Mochuelo”. Y mocho como era, hacía ejercicios nadando vigorosamente o subiendo cerro, lo que hacía solo o, preferentemente, en compañía de su compadre Ovidio Ramella. Yo no creo que hubiera podido seguirle el enérgico paso que le era característico.
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Cuando José Luis, un bebé todavía, no caminaba, ya era una conducta suya que se durmiera frotando la esquina de un pañal mientras cantaba en voz baja. En ese tiempo trabajaba en nuestra casa la inolvidable Paula Barinas, quien pronosticó que él sería Presidente de la República, pues se dormía cantando el himno de la República. Esa predicción no se cumplió pues, como hizo constar Connie Méndez en su amable canción, en Venezuela “arrullamos a los niños con el Himno Nacional”. (Lo que musitaba José Luis era el “Duérmete mi niño…”) Jamás tuvo vocación política, a pesar de ser gente de Pueblo.
¿Qué quiero decir por eso? Hoy hay luto en el 23 de Enero, en la urbanización Simón Rodríguez, en el barrio El Guarataro, donde hizo amistades que valoraba mucho. José Luis tuvo siempre una preferencia profunda por sus compatriotas menos favorecidos, a quienes llamaba “Mi bella gente pobre”.
Eso era así no por una ideología en que lo hubieran adoctrinado, sino por una identificación total y natural, espontánea, con el Pueblo todo, muy especialmente con sus miembros menos afortunados. Tal preferencia se manifestó en él desde muy pequeño, cuando era su terreno favorito para el juego el barrio El Infiernito en la quebrada de Chacaíto, cosa que le valió el despectivo mote de “orillero”, por aquello de gente de orilla. Él fue, vocacionalmente, gente de orilla; vivió lo que Antonio Machado sentía, ese poeta que todo el mundo reconoce en el verso que registrara Joan Manuel Serrat: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. José Luis anduvo por el mundo, con dos piernas primero, luego con una sola y una muleta, con ese amor popular.
Machado escribió en algún lado:
“Escribir para el pueblo… ¡qué más quisiera yo! Deseoso de escribir para el pueblo aprendí de él cuanto pude, mucho menos, claro está, de lo que él sabe. …yo no he pasado de folklorista, aprendiz, a mi modo, del saber popular. Siempre que advirtáis un tono seguro en mis palabras, pensad que os estoy enseñando algo que creo haber aprendido del pueblo”.*
José Luis de Alcalá y Corothie, Señor de Pueblo, aprendió de ese Pueblo al que amaba sin límites. Tal vez yo le auxiliara de cuando en cuando en algún asunto escolar, pero él me enseñó de la vida.
Hermano, gracias por el orgullo de haberte tenido con nosotros. LEA
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* Acababa de citar esas palabras de Antonio Machado hace seis días, en Prólogo de la modestia.
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La muerte de Jose Luis es triste noticia. Maria Elena fué mi gran amiga, mi hermana de la vida. Con ella, en la Alcalareña, aprendí a querer a todos en la familia. Reciban mi cariño y mi abrazo fraternal.
Gracias, Milagros. Transmitiré a la gente de José Luis tu amable saludo.
Luis Enrique, La Alcalareña y los Alcalá siempre tendrán un lugar muy especial en mi corazón. Maravillosos recuerdos de Don Alcalá, Josefa, Maria, el Mocho Jose Luis. A todos les deseo paz y tranquilidad.
Luis Enrique, me acabo de enterar por Rafael Ulises del fallecimiento de tu hermano, recibe mí más sentido pésame para ti y toda la familia, por tan dolorosa pérdida.
Un abrazo
Beatriz
José Luis era tan vital que nunca en mi vida lo imaginé muerto. En el fondo, inconscientemente, lo creía inmortal. Nunca esperé recibir esa noticia. Por eso, y porque lo quería como un hermano, me afecta tanto su partida y me entristece mucho no haber podido asistir a su despedida. Quizás es mejor así, porque recordaré siempre las imágenes de mi cuñado cuando estaba vivo.
Primo , te acompaño en tu dolor por la partida de José Luis, Dios lo tenga en su Gloria. Me encanto lo que escribiste sobre el. Raúl se une a mi . Un abrazo y muchos cariños para tu familia. 😍😘
Mi querido Luis Enrique, recibe más más afectuoso abrazo de acompañamiento y mi más sentido pésame.
Gracias a todos por sus cálidos comentarios.