Toutes choses sont dites déjà; mais comme personne n’écoute, il faut toujours recommencer.

André Gide – Tratado de Narciso

 

Caricatura del gran Forges (Antonio Fraguas de Pablo – 1942-2018)

 

Intervenir la sociedad con la intención de moldearla in­volucra una responsabilidad bastante grande, una responsa­bilidad muy grave. Por tal razón, ¿qué justificaría la constitución de una nueva asociación política en Venezuela? ¿Qué la justificaría en cualquier parte? Una insuficiencia de los actores políticos tradicionales sería parte de la justificación si esos actores estuvieran incapacitados para cambiar lo que es necesario cambiar. Y que ésta es la situación de los actores políticos tradicio­nales es justamente la afirmación que hacemos. Y no es que descalifiquemos a los actores políticos tradicionales porque supongamos que en ellos se encuentre una mayor cantidad de malicia que lo que sería dado esperar en agrupaciones humanas normales. Los descalificamos porque nos hemos convencido de su in­capacidad de comprender los procesos políticos de un modo que no sea a través de conceptos y significados altamente inexactos. Los desautorizamos, entonces, porque nos hemos convencido de su incapacidad para diseñar cursos de acción que resuelvan problemas realmente cruciales. El espacio in­telectual de los actores políticos tradicionales ya no puede incluir ni siquiera referencia a lo que son los ver­daderos problemas de fondo, mucho menos resolverlos. Así lo revela el análisis de las proposiciones que surgen de los actores políticos tradicionales como supuestas soluciones a la crítica situación nacional, situación a la vez penosa y peligrosa. Pero junto con esa insuficiencia en la conceptualización de lo político debe anotarse un total divorcio entre lo que es el adiestramiento típico de los líderes políticos y lo que serían las capacidades necesarias para el manejo de los asuntos públicos. Por esto, no solamente se trata de enten­der la política de modo diferente, sino de permitir la emergencia de nuevos actores políticos que posean experien­cias y conocimientos distintos. Las organizaciones políticas que operan en el país no son canales que permitan la emergencia de los nuevos actores que se requiere. Por lo contrario, su dinámica ejerce un efecto deformante sobre la persona política, hasta el punto de imponerle una inercia conceptual, técnica y actitudinal que le hacen incompetente políticamente.

Proyecto SPV – 8 de febrero de 1985

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La confusión de la herramienta con el fin explica mucho de los resultados de la política nacional. La discusión pública venezolana se halla a punto de agotar los sinónimos castellanos del término conciliación. Acuerdo, pacto, concertación, entendimiento, consenso, son versiones sinónimas de una larga prédica que intenta convencernos de que la solución consiste en sentar alrededor de una mesa de discusión a los principales factores de poder de la sociedad. Nuevamente, no hay duda de que términos tales como el de conciliación o participación se refieren a muy recomendables métodos para la búsqueda de un acuerdo o pacto nacional. No debe caber duda, tampoco, que no son, en sí mismos, la solución.

Licitación política – 29 de agosto de 1998

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Una cierta forma de hacer política—reptiliana: agresiva, territorial, ritual, jerárquica—está muriendo ante nuestros ojos. (¿Cómo puede ser uno territorial en Internet? ¿Quién es su jefe?) Pero es la muerte de gigantes, sin los que nunca hubiéramos divisado la tierra prometida. Como tales ¿por qué tendrían que sentirse mal por haber sido enormes e indispensables? Ellos construyeron las posibilidades que hoy tenemos. No se justifica entonces que entorpezcan el progreso, pretendiendo que lo que hacen, cada vez de eficacia menor, es lo único posible. Nos deben la libertad de crear, como ellos mismos en su momento lo hicieron, una cosa distinta.

Política natural – Carta Semanal #324 de doctorpolítico -19 de marzo de 2009

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…el mero hecho de definirse como oposición es, lo he dicho muchas veces, un error fundamental. En 1999, a los dos meses de la primera toma de posesión de la Presidencia de la República por Hugo Chávez, dije a la peña mencionada en el epígrafe que antes que oposición lo indicado era una superposición, y que en vez de un protocolo de acusación se requería uno de refutación.

Balmes y el futuro de la oposición, 25 de marzo de 2018

 

Otra de Forges

 

Con fecha de hoy, efectococuyo trae una nota centrada sobre un elocuente hallazgo de Datanálisis: «Un outsider le gana en intención de votos a Maduro y a Guaidó, según encuesta». En el cuerpo de la información, asienta:

Una encuesta de Datanálisis revela que en unas hipotéticas elecciones presidenciales, 45,8% de los electores votaría por un candidato independiente, 12% por el dirigente chavista Nicolás Maduro y 11,4% por el líder opositor Juan Guaidó. 30,8% opta por la opción de No sabe / No responde.

En el estudio, de febrero de este año, el outsider representa casi el doble de intención de votos de los que reúnen Maduro y Guaidó juntos.

“Lo que la encuesta dice es que hay decepción y desconexión con las ofertas políticas existentes llámense oficialistas, que tienen el mayor nivel de rechazo empezando por Maduro, u opositoras (…) la gente quiere una propuesta distinta a las estrategias pasadas, a la polarización actual”, responde el director de Datanálisis Luis Vicente León.

Para el analista político es evidente que en Venezuela aumenta el terreno para un outsider frente a la crisis de partidos y el desgaste de los dirigentes políticos: “El campo del outsider es el campo de las decepciones de la población frente al liderazgo”.

¿Inminencia de un outsider?, 10 de marzo de 2021

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Vuelta atrás, pues desde hace un buen tiempo es endémica en Venezuela la condición patológica de insuficiencia política:

…debe existir una causa más profunda de insuficiencia del sistema político, pues, como hemos anotado, estos procesos patológicos han sido más de una vez diagnosticados. Es así como algo más fundamental es la causa última de la insuficiencia. En nuestra opinión esta causa es la esclerosis paradigmática evidente en los actores políticos tradicionales.

Todo actor político lleva a cabo su actividad desde un marco general de percepciones e interpretaciones de los acontecimientos y nociones políticas. Este marco conceptual es el paradigma político, y del paradigma que se sustente depende la capacidad de imaginar y generar las soluciones a los problemas públicos.

Es ése el sustrato del problema. La insuficiencia política funcional en Venezuela no debe explicarse a partir de una supuesta maldad de los políticos tradicionales. Con seguridad habrá en el país políticos “malévolos”, que con sistematicidad se conducen en forma maligna. Pero esto no es explicación suficiente, puesto que en la misma proporción podría hallarse políticos bien intencionados, y la gran mayoría de los políticos tradicionales se encuentra a mitad de camino entre el altruismo y el egoísmo políticos.

La explicación última de nuestra insuficiencia política funcional reside, pues, en la esclerosis paradigmática del actor político tradicional.

Dictamen, 21 de junio de 1986

 

LEA

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