Mike Williams—Jefe de Mantenimiento de Deepwater Horizon, la plataforma petrolera de British Petroleum—, representado en la película de 2016* por Mark Wahlberg, es quien pronuncia las palabras que forman el título de esta entrada: «Hope is not a tactic», que repite enfáticamente. En efecto, la esperanza no es una actuación, y él las dice porque un alto ejecutivo de BP propone tomar una decisión altamente arriesgada y esperar que resulte bien.
Como sabemos, la plataforma fue destruida por una explosión que pudo ser evitada y el sucesivo incendio de las instalaciones. En este blog se comentó, en la Nota del día 2 de mayo de 2010, el terrible incidente:
Hablar de derrame de petróleo en el Golfo de México es un eufemismo. Es lo que uno dice cuando un envase de volumen definido, así sea del tamaño de un supertanquero como el Exxon Valdez, vierte todo su contenido. El accidente de la plataforma Deepwater Horizon de BP, acaecido hace doce días, ha desatado en verdad una mayúscula descarga continua desde las profundidades perforadas, y se parece más a la erupción del volcán Eyjafjallajökull que al vaciado de un embalse. (…) Tres bocas submarinas escupen petróleo a una rata diaria de 10.000 barriles, según estimaciones satelitales; al menos, una mitad de esa tasa, equivalente a casi 800.000 litros diarios o 9,2 por segundo. Ahora se estima que pudiera tomar unos tres meses detener la abundante petrorragia; un mes antes de eso, el volumen arrojado al mar a 5.000 barriles por día habrá superado la descarga del Exxon Valdez. Cuatrocientas especies animales, se estima hasta ahora, serán gravemente afectadas si no barridas definitivamente del área, y la cuarta parte de la pesca de los Estados Unidos dejará de ser por un buen tiempo. Es muy posible que las consecuencias económicas, con su ineludible secuela social de paro y desempleo, sean peores que las que el huracán Katrina dejó a su paso.
Emplear una táctica fundada sobre bases falsas y esperar que funcione—los militares se alzarán, la protesta ciudadana dará al traste con el gobierno—, como si la sociedad fuese un sistema mecánico enteramente previsible y lo único posible fuera «aumentar la presión», es una irresponsabilidad:
No es un secreto que en el muy difícil proceso político venezolano hay posiciones de oposición radical que no sólo recomiendan como “salida” golpes de Estado desde hace mucho tiempo, sino que propugnan invasiones extranjeras al país o creen justificado un magnicidio y de hecho lo han intentado. He vuelto a recordar lo que me escribiera hace dos años quien, después de referirse a los militares venezolanos—los “verdes”, los llama él—como factor clave, asegurara esta monstruosidad: “La buena noticia es que la crisis continúa”. (Tratamiento antidepresivo, 10 de octubre de 2018).
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Ayer conversaba con un amigo de décadas a quien mucho estimo; él es graduado en Ciencias Políticas de una prestigiosa universidad francesa, y en cuanto comenzábamos a tratar el tema político nacional soltó la abusada sentencia atribuida a Aristóteles: «La política es el arte de lo posible». Con esto quiso sugerir que lo que yo ni siquiera había terminado de esbozar no podía hacerse—sugerencia que no justificó—y, pontificando, enseñarme algo como que si jamás lo hubiera oído. Antes de que terminara el día le escribí, dejando constancia de esto:
Creo que la intención de esa simple y manida fórmula es enfatizar que no debe atenderse a proposiciones inalcanzables, y nunca he predicado algo distinto. Por lo contrario, cerrando el año pasado escribí (Una metamorfosis preferible): “Para que algo sea un deber tiene primeramente que ser posible; nadie está obligado a hacer lo imposible”.
También le puse hacia el final:
Mucha, si no toda la oposición a Maduro (antes a Chávez) se predica sobre la base de un juicio moral, y si incurres en conductas inmorales entonces pierdes toda la autoridad. En una película de Luis Alberto Lamata dice un personaje femenino: «En una batalla moral, si actúas como el enemigo eres el enemigo».
La mayoría opositora transita nuestro doloroso proceso nacional apostando únicamente a la esperanza de que las cosas saldrán bien, así estén fundadas sobre la mentira. Pero, bueno, todos tenemos derecho a la equivocación y no es necesario morir con ella. También podemos variar de opinión y de actitud. LEA
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* Deepwater Horizon es una película estadounidense de drama y desastre protagonizada por Mark Wahlberg, Dylan O’Brien, Kurt Russell, Gina Rodriguez, Kate Hudson y John Malkovich, dirigida por Peter Berg y escrita por Matthew Sand y Matthew Michael Carnahan. La película está basada en la explosión de la Deepwater Horizon en el golfo de México el 22 de abril de 2010. El rodaje comenzó el 27 de abril de 2015 en Luisiana, Nueva Orleans, y se estrenó el 30 de septiembre de 2016. (…) Tuvo en su mayoría críticas positivas… (Wikipedia en Español).
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