por Luis Enrique Alcalá | Abr 15, 2013 | Argumentos, Política |
De la prisa sólo queda el cansancio
puerperio.
(Del lat. puerperĭum).
1. m. Período que transcurre desde el parto hasta que la mujer vuelve al estado ordinario anterior a la gestación.
2. m. Estado delicado de salud de la mujer en este tiempo.
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA
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La teoría define a la información como aquello que cambia el estado mental de quien la recibe. Si alguien me avisa hoy que murió Carlos Gardel, esto no es información para mí; el dato no cambia mi estado mental, puesto que ya lo sabía. Si alguien señala hoy el ventajismo del gobierno, llueve sobre mojado. Por eso he dicho frecuentemente que el carácter del reo era conocido desde el 4 de febrero de 1992, hace más de veintiún años; ese día, Hugo Chávez se manifestó como alguien perfectamente capaz de abusar. Pero la acusación ritual de los sucesivos gobiernos de Chávez y su heredero es menos eficaz que la refutación de su discurso, asunto en el que su oposición profesional se ha mostrado particularmente incompetente, como lo muestra el hecho de que la mitad del país todavía vota en su recuerdo tras catorce años de desaguisados. Después vino la implantación de su sistema, pernicioso y abusivo. He aquí un fragmento de la Carta Semanal #246 de doctorpolítico (20 de julio de 2007), que obviamente tampoco es información en el sentido de la definición del comienzo:
La historia venezolana no registra un caso de ventajismo tan sistemático y extenso como el protagonizado por Hugo Chávez. Todo el aparato propagandístico del Estado, acrecentado enormemente desde 1999 por el creciente control de medios radioeléctricos e impresos—sin contar la profusión de vallas publicitarias y volantes y panfletos de toda índole, o las cadenas de radio y televisión—está puesto al servicio de un obsceno culto a la personalidad de Hugo Chávez. Una elección en la que éste participe como candidato desde el ejercicio de la Primera Magistratura será verdaderamente asimétrica (como ya lo ha sido), y cualquier contendor que se le oponga estará en considerable desventaja. Al tsunami mediático con el que monopoliza la noticia, la propaganda, la mentira, añádase los discursos rojos-rojitos de Rafael Ramírez, los juramentos militares de “patria, socialismo o muerte”, las listas de Tascón, las amenazas de Iris Varela, el control del Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia, el manejo de la cedulación y los impedimentos que varios despachos gubernamentales interponen en el curso de candidaturas opositoras. La alternabilidad democrática de la que habla Cilia Flores es tan ficticia como la ficción contractualista de John Rawls.
Más recientemente, anticipaba el 10 de marzo de 2011 (El pelotón opositor, en comentario acerca de los aspirantes de entonces a la candidatura presidencial opositora en la elección del año siguiente): «Puede señalarse en cada uno de ellos algunas bondades, sin la menor duda, pero pareciera que ellas son insuficientes para la tarea de alcanzar la Presidencia de la República en un cotejo que, indefectiblemente, incluirá la candidatura de Hugo Chávez, quien repetirá y ampliará su comportamiento ventajista».
No constituye información señalar que el oficialismo venezolano es reiterado cultor del ventajismo.
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Esta tarde, ha proclamado el Consejo Nacional Electoral a Nicolás Maduro Moros como Presidente electo para lo que resta del período 2013-2019, sobre la base de que la votación registrada en 99,12% de las actas transmitidas, a pesar de que la diferencia en los votos por los dos principales contendientes es muy pequeña (1,59%), no será revertida por el conocimiento del 0,88% restante. Claro que el rector Vicente Díaz, así como el candidato derrotado, han exigido una auditoría del 100% de las cajas con las papeletas impresas, de las que reglamentariamente se auditó el 54%. ¿Es poco este último porcentaje? En camino a la convocatoria del referendo revocatorio de 2004, el CNE que presidía Francisco Carrasquero objetó un poco más de 876.000 firmas de convocantes por considerarlas dudosas. En la misma noche del anuncio, antes de que Julio Borges aclarara sin que nadie se lo preguntase que no estaba «negociando nada»—Pompeyo Márquez había sentenciado: «Político que no negocia no es político»—, los representantes de la Organización de Estados Americanos y el Centro Carter sugirieron al CNE que se dilucidara el asunto auditando ¡una muestra de 5% de esas firmas! (Explicaron que una muestra de ese tamaño, la décima parte de la auditoría normal, había permitido disolver un diferendo electoral en Perú, a satisfacción de las partes. Los factores de la Coordinadora Democrática, fallecida madre de la Mesa de la Unidad Democrática, ignoraron la proposición y prefirieron negociar).
No hay ninguna razón de peso para la prisa en la proclamación de Nicolás Maduro. Para proclamar a Chávez como Presidente electo el año pasado, el Consejo Nacional Electoral se tomó tres días completos, y eso que ganó por una diferencia de casi 11%. Ante una diferencia tan pequeña en el día de ayer, y dado que Maduro ha acordado que se haga la auditoría del 100% de las cajas, era lo sabio, lo aconsejable, lo responsable en aras de la tranquilidad nacional, que se esperara por los resultados del recuento total. Ni siquiera puede argumentarse que el apuro busca evitar una interrupción de la continuidad administrativa; el 9 de enero de este mismo año, había sentenciado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:
En atención al principio de continuidad de los Poderes Públicos y al de preservación de la voluntad popular, no es admisible que ante la existencia de un desfase cronológico entre el inicio del período constitucional y la juramentación de un Presidente reelecto, se considere (sin que el texto fundamental así lo paute) que el gobierno queda ipso facto inexistente. En consecuencia, el Poder Ejecutivo (constituido por el Presidente, el Vicepresidente, los Ministros y demás órganos y funcionarios de la Administración) seguirá ejerciendo cabalmente sus funciones con fundamento en el principio de la continuidad administrativa.
Ergo, no podría desconocerse que la Presidencia de la República es ejercida por Nicolás Maduro hasta que tome nueva posesión del cargo, luego de su proclamación. No hacía falta el cansancio.
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¿Cómo es posible que la gran mayoría de las encuestas diera a Maduro una ventaja de dos dígitos hasta hace pocos días? ¿Es que las registradoras de la opinión pública hicieron mal su trabajo?
La opinión pública, aprendí en 1962 en trabajo del experto Vitaliano Rovigatti, es pendular. Puede estar un día en un punto y al día siguiente en uno diametralmente opuesto. El 12 de mayo de 2005 recurrí a Giacomo Puccini para ilustrar la noción: «La ópera Turandot caricaturiza (…) uno de los rasgos de la opinión pública: su variabilidad instantánea, su volubilidad. Puede que las abejas de un enjambre vuelen posadas sobre un área fija, a veces por un buen tiempo, pero también pueden alejarse con gran velocidad sin previo aviso». José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en Presidente de España en 2004, al producirse en sólo tres días un vuelco en la intención de voto como secuela de los atentados terroristas en Madrid del 11 de marzo de ese año. No fueron las encuestas, que daban ganador a Mariano Rajoy, las que fallaron; fue el candidato del Partido Popular y su gobierno quienes lo hicieran.
En las elecciones de ayer, se consumó casi por completo el colapso de un candidato de bajísimo nivel, políticamente deficiente: Nicolás Maduro. Como he puesto en Por una nariz, éste «ganó con lo que no alcanzó a dilapidar, en poco más de un mes, de la herencia que Chávez le dejara». Aun si la auditoría exigida por la oposición confirmara el orden de llegada anunciado por Tibisay Lucena, Maduro se habría alzado con un triunfo que no merece, no después del obsceno ventajismo oficialista, que entre otros medios empleó el amedrentamiento de antisociales motorizados y organizados para disuadir a votantes de oposición. Esta sola conducta invalida por hipócrita la prédica de una «revolución amorosa», y es harto probable que el ventajismo madurista afectara la población electoral en bastante más que 235.000 sufragios.
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Hay quienes han anticipado que viene una etapa de distensión en el teatro político nacional. Oscar Schemel, por ejemplo, ha argumentado recientemente que el modelo de polarización se ha agotado, y el teórico socialista Javier Biardeau declaraba a El Universal hace exactamente una semana: «La comunicación del PSUV con los aliados ha sido criticada por exceso de arrogancia y es un error que no debe cometerse. Hay que ser muy humildes en este momento y sobre todo reconocer los logros de los aliados, y hay que manejarse con criterios de amplitud. Hace falta mucha amplitud. Los errores de la revolución van por los lados de la amplitud, de la inclusión, que fue vital en los inicios de la revolución». La entrevista de Sara Carolina Díaz prosiguió así:
-¿Y en esa inclusión eventualmente, debe tener cabida la oposición? si es que se quiere un país unido. Son más de 6 millones.
-Obviamente el papel político de la oposición en un régimen democrático es de corrección de políticas públicas y es importante ensayar muchos canales para escuchar diversos factores de oposición. Eso no significa que se deben tomar las decisiones que ellos planteen, pero las demandas y aspiraciones de la oposición siempre tienen que escucharse y procesarse políticamente. Sobre todo de la base social de apoyo de la oposición. Porque la oposición ha crecido electoralmente, y eso hay que reconocerlo, a lo largo de estos 14 años y ese crecimiento indica que hay temas de campaña de oposición que son relevantes para la agenda de políticas publicas y que no están siendo escuchadas.
-¿De qué dependerá un reencuentro con la oposición en caso de ganar Maduro?
-Eso va a depender mucho de los resultados electorales, de la brecha. Creo que si hay un escenario de triunfo contundente de Maduro en términos electorales hay una posibilidad cierta de un mayor diálogo, sobre todo con un sector de oposición.
-¿Dice usted que mientras más brecha a favor de Maduro más posibilidad de diálogo? ¿No debería ser al revés? Que se diga, mira esta cantidad de personas que apoyan a la oposición, vamos a tender puentes, vamos a hablar… no funciona así?
-No funciona necesariamente así porque si hay una brecha muy corta, o una hipótesis negada de que Maduro sea derrotado, los sectores que forman parte de la oposición más radicales van a considerar que ha llegado el momento de pasar factura, eso significa sustituir completamente el legado dejado por Chávez por un nuevo gobierno que se diferenciará radicalmente de lo que fue la revolución bolivariana. Mientras mayor sea la brecha, en ese momento las diferentes tendencias más radicales o moderadas van a tener que tomar una posición más clara con relación al manejo de diálogo entre Gobierno y oposición. Y si se cierra mucho la brecha los sectores más radicales pueden tomar la agenda opositora.
Bueno, también hay radicales a granel en el oficialismo, y la brecha es minúscula; si Biardeau tiene razón, Schemel será desmentido: hoy por hoy, la polarización de dos mitades prácticamente idénticas está en estado paroxístico. Y si la oposición tuviera éxito en demostrar, con la auditoría total, que Capriles fue después de todo el vencedor, nunca lo habría sido con una ventaja marcadamente mayor que la que ha sido adjudicada a Maduro, unos 235.000 votos. El mismo Julio Borges indicaba, luego del primer boletín del CNE, que el comando de Capriles manejaba datos de una «ligera ventaja» de su abanderado. (Carlos Alberto Montaner la reportaba de 200.000 votos).
Pero el paroxismo cederá; la necesidad de conciliación es demasiado grande como para que la lucha por el poder la difiera indefinidamente. Este blog registró el pasado 12 de diciembre (La desembocadura): Entretanto, ya figuras de oposición pintan a Maduro con colores casi tan apetecibles como los que adornarían a Capriles. Eduardo Fernández ha propuesto que se conceda al Vicepresidente “el beneficio de la duda”; según él, ha demostrado ser “proclive al diálogo”. LEA
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por Luis Enrique Alcalá | Nov 25, 2012 | Argumentos, Política |
Al final de la entrada se ha insertado una actualización a partir de notificaciones procedentes de la dirección de Twitter @GrupoLaColinaAC. Se ha añadido un tuit de Nelson Ramírez Torres y mi respuesta por correo electrónico.
La secuencia de implosión de una torre industrial
…admite inadvertidamente saber que no puede proporcionar un liderazgo nacional, cuando proclama: «Yo tengo una sola lucha: mejorar la calidad de vida del pueblo mirandino». El empleo de contrafigura de Hugo Chávez, demostrada la incompetencia de Capriles, está vacante.
Mimesis del adversario
We are not amused
Victoria de Inglaterra
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Más aborrece un vacío la política que la naturaleza. El campo opositor está de nuevo sin cabeza indiscutida y se mueven ostensiblemente algunos, y más discretamente otros, para postularse a esa función capital.
La aspiración más notoria es la de María Corina Machado, ciertamente la cabeza más articulada entre los precandidatos opositores que compitieron, el 12 de febrero, por el estandarte presidencial de la Mesa de la Unidad Democrática. Evaluando correctamente que Henrique Capriles Radonski no tiene cómo imponerse como líder de la oposición, ha iniciado una intensa campaña de reposicionamiento; ahora declara sobre todo y, más sintomáticamente, ha emitido una proclama que redactó, como la reina Victoria, en plural mayestático: “Tenemos la determinación de construir la Venezuela donde estos valores imperen y estamos dispuestos a liderar esta transformación. (…) Nos corresponde a nosotros asumir esta responsabilidad y liderar esta ineludible tarea”.
Leopoldo López, a su vez, ha emprendido una campaña de apoyo personal a los candidatos opositores a las gobernaciones, en apariciones sucesivas estado por estado. Otros maniobran de modo menos aparente: el persistente Eduardo Fernández (candidato que Lewis Pérez y Luis Miquilena reservaban en caso de que la candidatura Capriles no hubiera despegado) y Henry Ramos Allup, convencido de que los muchachos pusieron la torta del 7 de octubre, que parece ser promovido por los medios de Rafael Poleo como la única posible contrafigura de Hugo Chávez. También hay quienes acusan a Ramón Guillermo Aveledo de introducir cambios en la estructura de la MUD en preparación de una eventual candidatura suya, mientras él se queja de haber sido dejado solo y sin apoyo, principalmente financiero. Diego Arria se limita a publicar un libro: La hora de la verdad (¿toda la verdad y nada más que la verdad?)
Claro que Capriles Radonski no comparte el desahucio que se hace de su persona política e intentará repetir como candidato. Muchos opositores de a pie, que invirtieron una afiebrada fe en el candidato perdedor, creen que hay mucho Capriles para rato, que hizo una campaña extraordinaria, que el muchacho se portó muy bien. Pero si se hiciera una votación que calificara los puntos de Capriles en el examen de octubre, por más benévola que fuese probablemente rendiría que tuvo un buen desempeño, pero no tan bueno como para postularlo una segunda vez. No es para tanto.
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¿Por qué esta anticipada precampaña presidencial? ¿No sería la próxima elección de Primer Magistrado en 2018? La razón está en una lectura más o menos general, compartida por chavistas y opositores: que Chávez no podrá cubrir cuatro años de su nuevo período—después de los cuales el Vicepresidente Ejecutivo en funciones completaría lo que falte—, y entonces sobrevendría, si la Constitución no fuere alterada, una nueva elección. (Ver en este blog La segunda elección, entrada del 12 de abril de 2012). También el campo oficialista se preocupa y reacomoda ante esa posibilidad. En cualquier caso, nada convencional emergerá destacadamente hasta después del 16 de diciembre, una vez que se haya recompuesto por causa de las elecciones el mapa regional.
Pero hay otros actores que no obedecen a una lógica electoralista. El general Carlos Julio Peñaloza construye ahora una denuncia por entregas; ella amenaza con detonar una bomba que pudiera causar la implosión de la Mesa de la Unidad Democrática y la resurrección del abstencionismo, al suscitar graves sospechas sobre la honestidad del Consejo Nacional Electoral, las fuentes de financiamiento de la MUD y la presencia de quintacolumnistas en su seno. Hasta ahora, las insinuaciones de Peñaloza—con obvias inexactitudes—se han centrado sobre la presentación de un sospechoso: el Grupo La Colina y su jefe, el ingeniero Juan Mijares, a quien Peñaloza vincula con Teodoro Petkoff.
Peñaloza ni siquiera está seguro de la procedencia del nombre del Grupo La Colina; éste viene de haberse reunido en La Colina Creativa en el campus de la Universidad Metropolitana (no de «la colina» en el de la Universidad Simón Bolívar donde funciona IDEA, un instituto de investigación liderado en sus inicios por exiliados del IVIC: Raimundo Villegas y sus asociados, mayormente familiares). Vicente Díaz, Rector del CNE, es miembro del grupo, que sufrió una pequeña escisión para separar de la fracción más numerosa a Alfredo Croes, Melquíades Pulido, Diego Blanco y Alberto Schaffernorth (NetUno). El denunciante hace arrancar la historia con la concesión de la banda de 800 MHz a BellSouth (Telcel, en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez), un espectro de frecuencias anteriormente asignado a las comunicaciones de las fuerzas armadas venezolanas.* Un cheque de 107 millones de dólares pagados por BellSouth no habría llegado jamás al Tesoro Nacional. (Mijares era en esos tiempos el Director de CONATEL). Y, por supuesto, Peñaloza apunta a la «penetración» de la MUD y, antes, de la Coordinadora Democrática por fichas de La Colina, y a la especie de fraude electrónico por parte del Consejo Nacional Electoral. Regresaríamos a las cosas que en 2004 decían Henry Ramos Allup o Súmate respecto del referendo revocatorio, a la desbandada de 2005 que también liderase el jefe de Acción Democrática.**
Los alegatos de Peñaloza—una cita de Luis Castro Leiva, por ejemplo, entresacada de su contexto—me hicieron recordar un pasaje del astrofísico Carl Sagan en Los dragones del Edén:
Detectar conspiraciones cuando no hay ninguna es un síntoma de paranoia; detectarlas cuando sí existen es un signo de salud mental. Un conocido mío dice que si uno no es un poco paranoico en los Estados Unidos hoy en día entonces está loco. (…) En cierta forma, la ciencia puede ser descrita como el pensamiento paranoico aplicado a la Naturaleza: buscamos conspiraciones naturales, conexiones entre datos aparentemente dispares. Nuestro objetivo es abstraer patrones de la naturaleza (pensamiento del hemisferio derecho), pero muchos patrones que se proponen de hecho no corresponden con los datos. Así, los patrones propuestos deben someterse a la criba del análisis crítico (pensamiento del hemisferio izquierdo). La búsqueda de patrones sin análisis crítico, tanto como un rígido escepticismo sin la búsqueda de patrones, son las antípodas de una ciencia incompleta. Una eficaz búsqueda del conocimiento requiere ambas funciones.
En suma, no pinta nada bien el clima que rodea a la Mesa de la Unidad Democrática. Sórdida cosa esta nueva denuncia de Peñaloza, que reduce al nivel de una bagatela los veinte mil bolívares de Wilmer Ruperti para Juan Carlos Caldera. (Éste ya vuelve a ofrecer declaraciones como si no hubiera pasado nada). ¿Quiénes emergerían, al deceso de la MUD, como sus herederos? LEA
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*El abogado Nelson Ramírez Torres ha publicado un libro—La traición encubierta—sobre este caso de Telcel, que involucra a Roberto Smith Perera (Venezuela de Primera) y a Diego Arria, enlace inicial entre BellSouth y los intereses de los Cisneros. (Al preguntársele por las fuentes de financiamiento para su participación en las primarias de la MUD, Arria señaló que eran la venta de sus acciones de Telcel. Ramírez Torres asegura que nunca las tuvo; a lo sumo habría obtenido un jugoso finder’s fee).
**En depósito del Consejo Nacional Electoral en Fila de Mariches, Primero Justicia presentó, a quien en verdad era un miembro del Grupo La Colina, como técnico suyo. Leopoldo González mostró, el 29 de noviembre de 2005, «que las máquinas de votación guardaban, en un profundo piso de su memoria, la secuencia de los votos registrados en ellas. El sorpresivo hallazgo no equivalía, por supuesto, a la determinación de la posibilidad de fraude electoral. La memoria de las máquinas almacenaba exactamente los votos que habían sido emitidos, sin adulterarlos en lo más mínimo. El problema era que en principio podía ser vulnerado el secreto del sufragio, si se efectuaba el cotejo de la secuencia guardada en las memorias de las máquinas de votación con el orden de registro de las máquinas captahuellas. (…) En una reunión de la peña de Luis Ugueto Arismendi del 3 de abril de 2006, Alfredo Croes, destacado miembro del Grupo La Colina, certificó que las máquinas de Smartmatic hacían exactamente lo que la empresa había ofrecido y que no era posible acceder a la secuencia de votación sin la connivencia de gobierno y oposición». (Las élites culposas, pág. 273 y nota 162). Para abrir esa memoria había que recomponer una llave partida en cinco trozos, uno de los cuales quedaba en poder del CNE, dos quedaban al PSUV y dos a la oposición.
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ACTUALIZACIONES
1. Desde la dirección de Twitter @GrupoLaColinaAC, recibí primero el siguiente tuit dirigido a @doctorpolitico: «SE DESTAPA ESCÁNDALO EN CORAL GABLES por ejercicio ilegal del corretaje bursátil, GENERAL VENEZOLANO involucrado sancionado». (Lunes 26 de noviembre, a las 10:51 a. m.)
Poco después, la dirección mencionada insistía: «SE DESTAPA ESCÁNDALO EN CORAL GABLES por ejercicio ilegal d corretaje bursátil, GENERAL VENEZOLANO sancionado POR la NASD». (A las 3:23 p. m. de ayer).
Una búsqueda somera en Google de «general venezolano escándalo Coral Gables NASD» no rindió resultados, por lo que envié tuit en estos términos: «¿Algún enlace a noticia sobre el caso en Coral Gables?» (A las 4:18 p. m.) La dirección mencionada respondió (ya ha borrado este tuit): finra.org/web/groups/ind…, dirección abreviada para http://www.finra.org/web/groups/industry/@ip/@enf/@da/documents/disciplinaryactions/p011982.pdf. También tuiteó: «d donde saca ud. q la ida d 3 personas del grupo laColina es fracción mayoritaria, cuando quedaron 150 dl grupo original?»
A esto último respondí: «Creo que Ud. (o Uds.) no leen con atención. Puse que cuatro (no tres) se separararon de la fracción mayoritaria». (Hoy, 27 de noviembre a las 9:39 a. m.) En efecto, arriba se lee: «Vicente Díaz, Rector del CNE, es miembro del grupo, que sufrió una pequeña escisión para separar de la fracción más numerosa a Alfredo Croes, Melquíades Pulido, Diego Blanco y Alberto Schaffernorth (NetUno)».
Pero entonces fui a leer el .pdf de un boletín de la NASD (siglas de la antigua National Association of Securities Dealers, Inc, una corporación de carácter privado para autorregular la industria de corretaje de valores. Hoy en día, luego de una recomposición de julio de 2007, es conocida como Financial Industry Regulatory Authority, Inc.) En el boletín mencionado consta lo siguiente:
Carlos Julio Penaloza (CRD #2187279, Registered Principal, Coral Gables, Florida) submitted a Letter of Acceptance, Waiver, and Consent in which he was fined $7,500, and suspended from association with any NASD member in a principal capacity for 30 business days. Without admitting or denying the allegations, Penaloza consented to the described sanctions and to the entry of findings that he permitted another individual of his member firm to act in the capacity of a general securities representative by effecting securities transactions without being registered as a general securities representative and to act in the capacity of a general securities principal by acting as a branch manager without being registered as a general securities principal.
Penaloza’s suspension began September 20, 2004, and will conclude at the close of business October 29, 2004. (NASD Case #C10040091)
Es decir, hace un poco más de ocho años el general Peñaloza fue multado por valor de US$ 7.500 y recibió prohibición por un mes de actuar como corredor principal, por haber presuntamente autorizado a un empleado de su firma para actuar como representante principal sin haber estado registrado al efecto. La nota de NASD señala que Peñaloza ni admitió ni negó la acusación, aunque se sometió a las sanciones.
¿Es esto un «escándalo» (DRAE: Alboroto, tumulto, ruido) que «se destapa»? ¿Una multa de una organización privada—no de la Securities Exchange Comission—y una breve suspensión temporal? Lo cierto es que si se trata del Grupo La Colina defendiéndose del alegato en su contra que construye—a mi modo de ver, como sugerí, algo paranoicamente el general Peñaloza—es una defensa muy mala; el argumento ad hominem (matar al mensajero) es falacia de las más primitivas. El Grupo La Colina tendría que negar, en su defensa, las cosas que Peñaloza afirma, no intentar el descrédito del general tremebundo. Vale.
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2.A las 7:20 p. m. de ayer, el abogado Nelson Ramírez Torres puso el siguiente tuit conminatorio: «¿Por qué @DoctorPolitico señalaste paranoia del general Peñaloza? ¿Por su convicción de que en Venezuela hubo fraude electoral?» Así le contesté en correo que le dirigí anoche a las 8:42 p. m.:
Peñaloza hace arrancar el asunto en la época de La traición encubierta. Resulta obvio que al menos ha leído tu libro, quizás hablado contigo de estas cosas. Tan sólo por esto, si yo razonara como él, podría construir la vistosa teoría de una conspiración que los incluye a ambos y a Rafael Poleo; quizás también a a algunos golpistas, los únicos beneficiarios de una conseja que otra vez lleva a la conclusión de que el camino electoral está bloqueado.
La relación que intenta establecer entre el Grupo La Colina, fundado en 2005, a partir de una referencia de Castro Leiva a «la colina» muchos años antes y una cita de él sacada de contexto y que no significa lo que él quiere establecer, ya es signo de su ligereza al sugerir conexiones aviesas. Conocí a Castro Leiva, y puedo asegurarte que no era marxista ni aprobaba a Chávez.
No he leído tu libro; no sé si en él presentas dudas fundadas acerca de la conducta del Ing. Mijares en el asunto BellSouth. La MUD y su señora madre, la Coordinadora Democrática, se beneficiaron del apoyo de gente de La Colina. Fue Leopoldo González, un miembro de ese grupo, quien demostró en Fila de Mariches la posibilidad de que se vulnerara el secreto del voto. Sería un extraño proceder en personas que, según Peñaloza, trabajan para hacernos confiar en un sistema electoral que sería fraudulento.
El cuestionamiento de Petkoff, sobre evaluaciones superficiales de Ojo Electoral, no resiste el análisis; era conveniente una ONG tal luego de que Súmate se sumara a los golpistas que sostuvieron que en 2004 hubo otro fraude electoral.
Hasta ahora, no he visto que Peñaloza o tú proporcionen ni una sola prueba seria de fraude electrónico el 7 de octubre. Tampoco sé si Peñaloza se tiene por cristiano; en todo caso, la tradición judeo-cristiana tiene por grave pecado «levantar falsos testimonios y mentir».
Es a esas cosas a las que llamo paranoicas. («Detectar conspiraciones cuando no hay ninguna es un síntoma de paranoia». Carl Sagan).
Quiero añadir una apuesta: deme quien quiera probar la tarea de construir una teoría de conspiración cuyo protagonista sea cualquier persona más o menos conocida. En veinticuatro horas le presentaré un vistoso pasticho como el generado por Peñaloza, con insinuaciones tan flojas como «La trampa puede armarse después de la transmisión de la data desde las máquinas de votación a la sala de conteo del CNE». (Artículo en su blog www.puestodecombate.org del 10 de agosto). En la emisión del sábado pasado de Dr. Político por Radio Caracas Radio, expresé opinión acerca de esta forma de «razonar». He aquí el fragmento de 55 segundos del programa:
De Dr. Político en RCR – 24/11/12
Vale.
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por Luis Enrique Alcalá | Ago 13, 2012 | Argumentos, Política |
Saludo de amor (Edward Elgar) al cierre de juegos impecables en Londres
Salut d’amour
aberration(n.) something that differs from the norm (In 1974, Poland won the World Cup, but the success turned out to be an aberration, and Poland have not won a World Cup since).
world-english.org
aberración. (Del lat. cient. aberratio, -onis). 1. f. Grave error del entendimiento. 2. f. Acto o conducta depravados, perversos, o que se apartan de lo aceptado como lícito. 3. f. Astr. Desvío aparente de los astros, resultante de la combinación de la velocidad de la luz con la de los movimientos de la Tierra. 4. f. Biol. Desviación del tipo normal que en determinados casos experimenta un carácter morfológico o fisiológico. 5. f. Ópt. Imperfección de un sistema óptico que produce una imagen defectuosa.
Diccionario de la Lengua Española
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La impresionante clausura de los Juegos Olímpicos de Londres puso de relieve su magnífica organización. La capital inglesa alojó durante 17 días los mejores atletas de 204 países, sin que incidente alguno empañara las 303 competencias que compusieron las trigésimas Olimpíadas. Lord Coe—el barón Sebastian Newbold Coe—, él mismo ganador de cuatro medallas olímpicas, encabezó el Comité Organizador que hizo un trabajo extraordinario; sus palabras finales en la ceremonia de cierre, británicamente parcas, fueron: «Lo hicimos bien». El conde belga Jacques Rogge, Presidente del Comité Olímpico Internacional, cerró las suyas con un simple «Gracias, Londres».
El 26 de julio registraron los medios internacionales los vistosos comentarios de Mitt Romney, el candidato del Partido Republicano en las próximas elecciones de Presidente de los Estados Unidos, de visita en Inglaterra. Romney, reportó el diario londinense The Telegraph, había elevado «su tendencia a meter la pata» al declarar que, a causa de preocupaciones de seguridad, era «difícil saber como resultarían» los juegos. A modo de fundamentación del imprudente comentario, Romney dijo que había hallado «unas cuantas cosas desconcertantes» y abundó: «Los cuentos acerca de personal insuficiente en la compañía privada de seguridad, la supuesta huelga de funcionarios de inmigración y aduana, no son obviamente algo alentador».
David Cameron, el primer ministro inglés, de tendencia política afín a la de Romney, no perdió tiempo en clavar un dardo a quien aún no había recibido: «Estamos acogiendo unos Juegos Olímpicos en una de las ciudades más ocupadas, más activas, más bullentes de cualquier parte del mundo. Por supuesto, es más fácil si se celebra los Juegos Olímpicos en medio de la nada», aludiendo a Salt Lake City, la capital de los mormones—Romney es uno—, donde el estadounidense presidió los juegos de invierno en 2002. Por su parte, el Alcalde de Londres, Boris Johnson, dirigiéndose a una concentración de 60.000 personas que asistían en Hyde Park al relevo final que trajo la antorcha olímpica a Londres, dijo a los asistentes: «Hay un tipo llamado Mitt Romney que quiere saber si estamos listos». Entonces arengó, arrancando rechiflas del público: «¿Estamos listos? ¡Sí, lo estamos!» En efecto, los londinenses estuvieron listos.
Romney quiso después, torpemente, enmendar el capote y declaró de nuevo:»Mi experiencia en relación con las Olimpíadas es que es imposible que no ocurran errores en absoluto. Por supuesto, habrá errores de vez en cuando, pero ellos quedan ensombrecidos por las extraordinarias demostraciones de coraje, carácter y determinación de los atletas». Es decir, los competidores rescatarían a los organizadores, sus atónitos anfitriones.
El republicano mormón estaba muy equivocado, tanto en protocolo como en su agorera profecía. Su visión, parece ser, sufre de aberración.
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Ayer llegó por correo electrónico a este blog el siguiente mensaje:
Encuesta del C N E De buena fuente y fidedigna, confidencial encuesta que maneja el C.N.E: AMAZONAS CHAVEZ: 42% CAPRILES: 39% N/S.N/C 19% ANZOATEGUI CHAVEZ: 28% CAPRILES: 59% N/S.N/C 12% APURE CHAVEZ: 44% CAPRILES: 43% N/S.N/C 13% BARINAS CHAVEZ: 44% CAPRILES: 45% N/S.N/C 11% BOLIVAR CHAVEZ: 41% CAPRILES: 45% N/S.N/C 14% CARABOBO CHAVEZ: 24% CAPRILES: 63% N/S.N/C 13% COJEDES CHAVEZ: 45% CAPRILES: 41% N/S.N/C 14% DELTA AMACURO CHAVEZ: 42% CAPRILES: 37% N/S.N/C 21% FALCON CHAVEZ: 34% CAPRILES: 55% N/S.N/C 11% GUARICO CHAVEZ: 37% CAPRILES: 41% N/S.N/C 22% LARA CHAVEZ: 33% CAPRILES: 54% N/S.N/C 13% LIBERTADOR-CARACAS CHAVEZ: 38% CAPRILES: 50% N/S.N/C 12% MERIDA CHAVEZ: 34% CAPRILES: 53% N/S.N/C 14% MIRANDA CHAVEZ: 23% CAPRILES: 66% N/S.N/C 11% MONAGAS CHAVEZ: 36% CAPRILES: 49% N/S.N/C 15% NUEVA ESPARTA CHAVEZ: 33% CAPRILES: 54% N/S.N/C 13% PORTUGUESA CHAVEZ: 38% CAPRILES: 57% N/S.N/C 15% SUCRE CHAVEZ: 31% CAPRILES: 44% N/S.N/C 15% TACHIRA CHAVEZ: 28% CAPRILES: 59% N/S.N/C 13% TRUJILLO CHAVEZ: 31% CAPRILES: 44% N/S.N/C 16% VARGAS CHAVEZ: 37% CAPRILES: 41% N/S.N/C 12% YARACUY CHAVEZ: 27% CAPRILES: 55% N/S.N/C 18% ZULIA CHAVEZ: 25 (Allí se cortaba el texto).
También ayer, los comentaristas en español de la transmisión de los Juegos de Londres por DirecTV señalaron como el más significativo triunfo latinoamericano en la impecable justa planetaria la actuación de Rubén Limardo, el esgrimista venezolano que ganó la Medalla de Oro en su especialidad de espada, la primera de algún latinoamericano desde 1904. Hace pocos días, el Chamán del Guaraira Repano comentó, de visita en la sede de Acción Democrática en La Florida, que las declaraciones de Limardo en apoyo a Hugo Chávez habían debido reportarle a éste unos tres puntos porcentuales más en la intención de voto.
Esperaremos los números de una próxima «encuesta» para la desinformación y la esperanza del capriloradonskismo, la nueva aberración que seguramente será adjudicada, en tanto contratante, al Comando Estratégico Operacional, que tiene bastante plata para ordenar estudios demoscópicos y se asustará mucho cuando se confirme que su jefe perderá por 39 puntos en Carabobo. Sobre esa nueva medición, que nos llegará de fuente fidedigna y buena, valdrá la pena averiguar la opinión que merecerá a Mitt Romney. LEA
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por Luis Enrique Alcalá | Ago 5, 2012 | Política |
De la raison d’État a la raison des cachuches
Que el empleo de una gorra se haya convertido en el issue central de una campaña electoral a la que le quedan sólo dos meses, revela la vacuidad del debate político en Venezuela. Los frenéticos mensajes por Twitter y las declaraciones solemnes en Facebook parecieran conferir a tan ridículo tema una calidad sustancial que, por supuesto, no tiene. Una gorra como la que ahora se objeta a Capriles forma parte del paisaje venezolano desde hace largos años. La ocupación de rectoras del Consejo Nacional Electoral con este asunto intrascendente indica la altura de sus intereses.
Los símbolos patrios debieran ser propiedad de los ciudadanos. Con tal de que no se les profane, todo venezolano debiera tener derecho a lucirlos como le venga en gana. Pero en el fondo, conferir carácter sagrado a unos colores, a unas estrellas (siete u ocho) o a un caballo al que se le tuerce su posición original es primitivismo enteramente inútil, y su empleo en torneos electorales es una vulgar manipulación de la psiquis popular.
Como lo es, por ejemplo, insertar en la discusión electoral un lejano parentesco con algún hijo ilegítimo de Juan Vicente Bolívar. Ninguna genealogía confiere a nadie una autoridad especial, y las cabalgatas de Henrique Salas Römer en 1998 desde Valencia, porque «en Carabobo empezó Venezuela», no eran argumento válido en la conquista del voto.
Ya debe tener pijamas tricolores
Obviamente, no hay manipulador más descarado que el Presidente de la República. Hugo Chávez ha intentado secuestrar símbolos patrios y próceres muertos, ha creído que puede monopolizarlos en una necrofilia que fija la coartada de su dominación en el pasado, y si el capriloradonskismo ahora presenta la Batalla de la Cachucha, los venezolanos nos hemos cansado de ver al candidato del PSUV enfundado en chaquetas tricolores que ocultan el chaleco antibalas de rigor.
También tiene derecho a la camisa
Capriles Radonski tiene derecho a sus cachuchas. Comenzó a usarlas cuando ya no presidía la extinta Cámara de Diputados; por un tiempo las lució en imitación de Enrique Mendoza vueltas al revés, como receptor de un equipo de béisbol. (Tal vez supuso que tal cosa convenía para hacer política en el estado Miranda, cuyos pobladores ya se habían habituado al tocado del otrora gobernador; luego las habrá enderezado para todo lo contrario: deslindarse de un rayado Mendoza). Al candidato de la MUD le ha dado, desde hace años, por tapar su cabeza, y esto es uno de sus derechos. Antes que Venezuela se retire definitivamente del sistema interamericano de derechos humanos, debiera considerar Capriles introducir ante la Corte Interamericana en Costa Rica un recurso que preserve la protección de su cerebro con tejido tricolor.
¡Qué triste esta campaña intrascendente! El candidato del PSUV repitiendo un discurso agotado y simplista, agresivo y megalómano, ocupado—él, que era águila que no cazaba moscas—en genealogías que lo irritan, declarándose con fatuidad «el corazón de su patria». El de la MUD empeñándose en imitar la manipulación psicohistórica con su Comando Tricolor y sus camisas y gorras tricolores. Ya antes había usado la copia; el 16 de agosto de 2009, en emulación de Chávez, que todo lo relaciona con Bolívar, proponía la constitución del «Comando Moral y Luces» para dirigir un intento de referendo abrogatorio—que era constitucionalmente imposible—de la Ley Orgánica de Educación.
Una pobre y tediosa campaña, protagonizada por candidatos insuficientes que estudian cómo atrapar al elector con símbolos entrañables. LEA
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La página web del diario El Universal trae hoy, 7 de agosto de 2012, una nota de «análisis» que incide sobre el tema de la entrada precedente. Aquí se la reproduce íntegra a continuación:
ELECCIONES 2012 | Análisis
Bolívar, Sean Penn y la gorra ponen sabor a la campaña electoral
El analista John Magdaleno, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración de Caracas (IESA), señala que «los formatos de comunicación» de los dos principales aspirantes «son bastantes convencionales» y no está habiendo «grandes innovaciones» en la campaña con vistas a las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
EL UNIVERSAL
martes 7 de agosto de 2012 11:43 AM
Caracas.- A falta de dos meses y un día para las elecciones en Venezuela, la polémica sobre una gorra del candidato opositor, Henrique Capriles, la presencia del actor estadounidense Sean Penn y las sempiternas utilizaciones de la imagen de Bolívar aliñan una campaña electoral muy previsible y poco espectacular.
El presidente venezolano y candidato a la reelección, Hugo Chávez, con sus continuos actos multitudinarios y actividades transmitidas por televisión, y Capriles, inmerso en una maratón de mítines masivos en localidades y ciudades de todo el país, repiten hace semanas el mismo patrón con el fin de conquistar el voto el 7 de octubre, reseñó EFE.
Chávez encabezó ayer un acto de Gobierno en el centro del país, que, como es habitual, fue transmitido en cadena obligatoria de radio y televisión.
Acusado reiteradamente por sus detractores de usar políticamente esa prerrogativa que le confiere su condición de jefe de Estado, Chávez comenzó su intervención recordando que estaban en cadena para que, dijo: «no hablemos de campaña electoral ni nada de eso, porque a veces a alguien se le sale algo por la emoción».
Luego, en declaraciones a medios del Estado, aseguró que se presentaba a su tercera reelección para tratar de lograr la «irreversibilidad» del proceso que encabeza desde 1999.
En tanto, después de varios días encabezando decenas de actos con comunidades en pueblos y ciudades, Capriles recurrió hoy a la red social en internet Twitter para hacer algunos comentarios y acusar a Chávez, el «candidato del continuismo», de desesperar porque «14 años después sólo él cree sus mentiras».
Para el analista político John Magdaleno, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración de Caracas (IESA), «los formatos de comunicación» de estos aspirantes «son bastantes convencionales» y no está habiendo «grandes innovaciones» en la campaña con vistas a las elecciones presidenciales del 7 de octubre, a las que se presentaron otros cinco candidatos.
Así las cosas, la polémica suscitada por la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de amonestar públicamente a Capriles por la gorra con los colores y las estrellas de la bandera venezolana que lleva habitualmente ha centrado buena parte del debate político en las últimas jornadas en Venezuela.
El CNE acusó a Capriles de no atender los exhortos que han hecho para que los candidatos no usen los símbolos patrios en actos de campaña. «Acá asesinan más de 50 venezolanos todos los días y el tema para el Gobierno es la gorra que yo uso!», indicó el candidato presidencial opositor al respecto.
Por su parte, Chávez considera que lo de la gorra supone una evidencia del desconocimiento de las instituciones y denunció una «intención burguesa» de desestabilización y golpismo.
El fin de semana fue el actor estadounidense Sean Penn el elemento noticioso en un acto de campaña de Chávez en Valencia (centro del país), en el que se paseó con un afiche del presidente venezolano, con quien trabaja en programas de ayuda para Haití.
Para Magdaleno, «una campaña tiene que generar noticias para ser atractiva para los medios», aunque da por sentado que en la medida en que se acerque la fecha de las elecciones se irán levantando las cartas escondidas de los candidatos, tanto en términos de anuncios como en el tono de su discurso.
Hasta ahora «el formato de presentación del presidente es el que se ha venido planteando en todos los casos (…) el formato de presentación de Capriles es el mismo, el de los actos multitudinarios con un recorrido (…), y las puestas en escena no varían esencialmente», dijo.
Otro de los elementos que marcaron esta primera fase de la campaña fue la presentación del nuevo rostro de Simón Bolívar y la polémica que puso encima de la mesa un genealogista que aseguró que el candidato opositor tenía parentesco con el Libertador.
Chávez replicó que, si fuera verdad ese nexo, el supuesto árbol familiar vincularía a Capriles con Fernando Bolívar, un sobrino del Libertador, a quien, aseguró el presidente, «su tío siempre lo reprendió porque era borracho, era jugador, le gustaba la plata y era un corrupto, lamentablemente».
Una de las causas para todas estas jaranas es, según el analista Vladimir Villegas, constituyente en la redacción de la Constitución de 2000, que «no ha habido un debate político de altura, porque el Gobierno no lo ha permitido» y ha llevado el discurso al terreno del insulto y el improperio.
Paradójicamente el mayor elemento de distracción de los últimos meses, el cáncer de Chávez, ha desaparecido del debate político, a pesar de que muchos pronosticaban hace meses que ese sería el elemento dominante de cara a los comicios.
«Yo no creo que esta elección la vaya a decidir la enfermedad del presidente, esta campaña la van a decidir los votos», sostuvo Villegas.
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por Luis Enrique Alcalá | Jun 28, 2012 | Argumentos, Política |
Intención de voto en el mes de junio
Acepté con gusto la amabilidad de Oscar Schemel, «el mejor conceptualizador de los encuestadores venezolanos» (José Rafael Revenga dixit), quien me invitó a la rueda de prensa en la que presentó los hallazgos fundamentales del Monitor País de Hinterlaces correspondiente al mes de junio (levantamiento de campo entre el 16 y el 24 de junio), recién salido del horno. Se trató de 1.500 entrevistas directas—con muestra estratificada, semi-probabilística, polietápica y aleatoria—de las que el 76% se hizo en hogares y 24% por consulta telefónica. (Hinterlaces comenzó en 2006 sus sondeos telefónicos—de amplio empleo en los Estados Unidos—y ha logrado construir una base de datos de 12 millones de teléfonos fijos y celulares plenamente estratificados). Además hace Hinterlaces estudios cualitativos—focus groups—que le permiten desentrañar significados y motivos para las respuestas que obtiene con sus encuestas; su aproximación a tal tomografía de la opinión nacional es psicosocial, cultural, lo que mejor aprecia la premisa de que el país ha cambiado su cultura política. «Hay un nuevo país», dijo Schemel.
Naturalmente, la cifra más esperada era la de intención de voto para el 7 de octubre; la recentísima medición registra que la brecha entre las candidaturas del oficialismo y la oposición se ha ampliado algo más: ahora es de 21 puntos la ventaja de Hugo Chávez sobre Henrique Capriles. He aquí los datos de las respectivas trayectorias (que sólo corresponden a intención de voto por Capriles después del 12 de febrero):
Recorrido histórico de la intención de voto
En el último mes, la ventaja del adelantado se amplió en cuatro puntos desde la formalización de las postulaciones ante el Consejo Nacional Electoral; la intención de voto a favor de Chávez aumentó en 1%, mientras que bajaron tres puntos quienes anuncian que votarán por Capriles. Dos informaciones complementarias son la propensión a votar en las elecciones presidenciales y el juicio acerca de quién ganará en ellas.
Apuesta al ganador (clic para ampliar)
Una buena mayoría del país piensa que Hugo Chávez será el triunfador. En mayo, 61% de los consultados pensaba eso mismo; en junio, 60% cree que tal será el resultado. Sólo 24% de la muestra piensa que Capriles vencerá. En términos del padrón electoral, 4.300.000 personas creen que Capriles ganaría, lo que no es una cifra despreciable. Esa fue la cantidad de votantes que sufragó por Manuel Rosales en diciembre de 2006, y seguramente hay un buen número de electores que votarán por Capriles aunque crean que perderá. Con toda probabilidad, sacará más votos que Rosales en números absolutos.
Disposición de ir a votar (clic amplía)
En cambio, parece muy elevado el porcentaje de quienes aseguran que depositarán su voto el 7 de octubre. Los que dicen que votarán con seguridad alcanzan 86% de los encuestados, y si se suma quienes afirman que lo harán probablemente, la cosa se monta en un total de 94%. Estas respuestas hacen presumir a Hinterlaces que la abstención del 7 de octubre equivaldrá a 20% de los electores.
Quien hace este blog, en cambio, se inclina por pronosticar 30% de abstención y que, tal vez, Chávez gane a Capriles por menos de diez puntos y él mismo alcance 40% de los votos o un poco menos. Esto, obviamente, puede ser un caso de wishful thinking; veremos si puede ser más preciso el ojo clínico de Dr. Político que el bioanálisis del laboratorio de Hinterlaces. Reconoceré mi error si se produce, pero apuesto a alguna forma de manifestación de la gente no alineada con el gobierno y tampoco con la oposición.
En una de las tantas informaciones que Schemel aportó acerca de la importancia de ese grupo, llamó mi atención la que refiere porcentajes de identificación con tres posibilidaes; Hinterlaces preguntó: «¿Cuál de las siguientes frases se parece más a su manera de pensar? 1. El resultado de las próximas elecciones presidenciales decidirá mi futuro; 2. Gane quien gane, mi situación personal se mantendrá igual; 3. Los cambios en mi vida personal no dependen de estas elecciones». Estos fueron los resultados: 1. 35%, 2. 24%, 3. 38%. Casi 40% del país cree que construye la forma de su vida a pesar de lo que pase políticamente.
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El solo Resumen Ejecutivo del Monitor de Hinterlaces se compone de 49 láminas (abajo se encuentra un enlace para descargarlo en formato .pdf). Creo interesante mostrar algunas de las que corresponden a la opinión de los ciudadanos acerca de ciertos grupos e instituciones. Aquí se ha seleccionado las que presentan la estimación de los venezolanos acerca de los tribunales de justicia, la policía, el Consejo Nacional Electoral, el PSUV y la oposición, así como un cuadro de simpatías por los principales partidos. No será fácil la cosa para quienes preparen su grito de fraude, con los números que ahora obtiene el CNE.
Cuando los periodistas presentes en la rueda de prensa preguntaron a Schemel si la brecha de 21 puntos entre Chávez y Capriles, a escasos tres meses de las votaciones, era superable por el segundo, se resistió a desahuciarlo por completo. Destacó que Capriles había tenido éxito en posicionarse como «candidato potable», que no genera mucha resistencia y ha asegurado la continuidad, en términos generales, de los programas sociales del gobierno. Y pudiera haber, dijo, eventos imprevistos que modificaran la situación a favor de Capriles. Si hubiera sido yo a quien hubiese sido dirigida la interrogante, habría sacado una cuenta muy simple: Capriles tendría que captar 7% de los electores cada mes faltante, mientras Chávez no convenciera ni un solo votante más, para lograr un empate. (Y no me refiero a un «empate técnico» como el que ha declarado Consultores 21, sino real).
Hace nada declaró Saúl Cabrera, el Director General de esa encuestadora: “Tengo en la cara una sonrisa y es que nuestros estudios reflejan que los candidatos tienen una diferencia de 2, 3 o 4 puntos; pero otros estudios, realizados a la misma población, señalan una diferencia porcentual de 27 o 30 puntos, eso es imposible, alguien está mintiendo“. (En Noticias 24). Bueno, la admisión de rostro sonriente equivale a admitir para quién trabaja. Por su lado, Schemel no tenía en la cara una sonrisa cuando habló hoy, con mucha seriedad, en la rueda de prensa del Hotel Marriott, y aprovechó para destacar que sus más de 60 clientes son todos empresas privadas nacionales e internacionales, que no trabaja para ninguno de los comandos y ninguno de los partidos. Tampoco habló de 27 o 30 puntos de brecha; sólo de 21, el número de la consultora de Capriles.
LEA
Aprobación de los tribunales
Aprobación de la policía
Aprobación del Consejo Nacional Electoral
Aprobación del PSUV
Aprobación de la oposición
Simpatías partidistas de los venezolanos
Descargue aquí el Resumen Ejecutivo, que no sólo contiene números, sino explicaciones: MONITOR PAIS – JUNIO 2012 – REPORTE MCS (28-06-2012)
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